Ya ser¨¢ menos

El recurso contra los presupuestos vascos presentado por Aznar ha suscitado, entre otras reacciones exageradas, la advertencia de Arzalluz de que esa iniciativa forma parte de una estrategia para 'liquidar a Euskadi', complementada con la de su segundo, Egibar, de que el Gobierno prepara la 'suspensi¨®n de la autonom¨ªa vasca'. En fin, el lehendakari Ibarretxe ha considerado que se trata de un intento de 'desestabilizar' la pol¨ªtica vasca y avisado de que 'Euskadi jam¨¢s formar¨¢ parte de un proyecto com¨²n con el Estado espa?ol si no se nos respeta'. La irritaci¨®n de los nacionalistas tiene un punto de impostaci¨®n. Ibarretxe y su partido no pueden ignorar que fueron ellos quienes iniciaron la carrera de desprop¨®sitos que ha desembocado en esta decisi¨®n.

El lehendakari dedujo de una consideraci¨®n razonable, la de que PP y PSOE no votar¨ªan nunca con Batasuna, que pod¨ªa gobernar sin negociar los apoyos que completasen su insuficiente mayor¨ªa. Fue una deducci¨®n err¨®nea. Suplir esa carencia con una modificaci¨®n sobre la marcha del sistema de votaciones fue una cacicada. Que la respuesta de los socialistas y populares, abandonar la C¨¢mara para que no hubiera qu¨®rum, fuera un error pol¨ªtico no convalida esa irregularidad. El resultado fue el esperpento de unos presupuestos parcialmente aprobados gracias a la abstenci¨®n de Batasuna, y la pr¨®rroga autom¨¢tica de las partidas que no gustaban a dicha formaci¨®n.

La chapuza pudo remendarse despu¨¦s parcialmente mediante la aprobaci¨®n, gracias a la abstenci¨®n socialista, de unos cr¨¦ditos extraordinarios que completaran las partidas prorrogadas. El Gobierno central pod¨ªa haberse hecho el distra¨ªdo y olvidado las irregularidades, pero no ha querido y es dif¨ªcil reproch¨¢rselo. Dejar las cosas tal cual habr¨ªa sido sentar un precedente impresentable. As¨ª lo piensan tambi¨¦n los socialistas vascos, partidarios de que el Constitucional se pronuncie.

La iniciativa hubiera resultado menos defendible si hubiera implicado la suspensi¨®n cautelar de los presupuestos. Esa posibilidad, evitada expresamente en el recurso planteado, habr¨ªa provocado el caos y la inseguridad jur¨ªdica. Con esa cautela, la iniciativa puede considerarse acertada; as¨ª lo confirman las reacciones de los nacionalistas, que suelen recurrir al tremendismo cuando se saben en una posici¨®n indefendible.