Cultura anuncia que derribar¨¢ la restauraci¨®n del Teatro Romano sin aclarar c¨®mo y cu¨¢ndo
La Generalitat valenciana derribar¨¢ toda la 'obra nueva' reversible de la restauraci¨®n del Teatro Romano de Sagunto que proyectaron los arquitectos Giorgio Grassi y Manuel Portaceli. Lo anunci¨® ayer la subsecretaria de la Consejer¨ªa de Cultura, Carmina N¨¢cher, quien asegur¨® que se retirar¨¢ el revestimiento de las gradas y se derribar¨¢ el gran escenario en acatamiento de la sentencia del Tribunal Superior de Justicia ratificada por el Supremo. N¨¢cher, no obstante, se?al¨® que se crear¨¢ una comisi¨®n para estudiar la manera en que se revertir¨¢ la obra, lo que determinar¨¢ los plazos y el coste de la misma.
La subsecretaria de la Consejer¨ªa de Cultura compareci¨® ayer en solitario, sin ning¨²n t¨¦cnico a su lado, para explicar la decisi¨®n de la Generalitat sobre una de las cuestiones m¨¢s espinosas y pol¨¦micas que han protagonizado la pol¨ªtica valenciana. De hecho, Presidencia ha intervenido en su futura resoluci¨®n, aunque ayer s¨®lo respondi¨® N¨¢cher.
Tras repasar los informes encargados ex profeso, la subsecretaria afirm¨® que la mayor parte de la intervenci¨®n arquitect¨®nica de Grassi y Portaceli es reversible, como ya se aseguraba en la documentaci¨®n elaborada por el Gobierno socialista que impuls¨® el proyecto, y dec¨ªan los propios autores del mismo.
En consecuencia, N¨¢cher anunci¨® que se derribar¨¢ toda la obra cuyo proceso de desmontaje no da?e los vestigios supuestamente romanos sobre los que se construy¨® y fundament¨® su decisi¨®n en el ¨²ltimo informe elaborado por el arquitecto valenciano Salvador Lara, 'que hizo la tesis doctoral sobre el Teatro Romano en la misma ¨¦poca' en que se efectu¨® la intervenci¨®n. 'Es el que mejor conoce el tema', apunt¨® N¨¢cher. De modo que se retirar¨¢ todo el m¨¢rmol de las gradas y se reducir¨¢ el gran escenario actual a la m¨ªnima expresi¨®n, hasta alcanzar la cota de 1,20 metros, sin llegar a la delicada l¨ªnea de contacto entre la obra nueva y la m¨¢s antigua. Esta actuaci¨®n supondr¨¢ la destrucci¨®n de gran parte del muro exterior.
N¨¢cher explic¨® que la decisi¨®n obedece a una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, ratificada por el Tribunal Supremo, e insisti¨® en que es la '¨²nica posibilidad de reversi¨®n del Teatro Romano'. El Supremo declar¨® en octubre de 2000 que la intervenci¨®n de Grassi y Portaceli 'supone una reconstrucci¨®n' del Teatro Romano que se hizo sobre unos presupuestos metodol¨®gicos 'plenamente defendibles en el plano art¨ªstico o acad¨¦mico, pero enfrentados a un criterio normativo (...) de la Ley de Patrimonio Hist¨®rico'. La subsecretaria record¨® que la decisi¨®n responde tambi¨¦n al programa electoral del PP de 1995.
En cualquier caso, la nueva intervenci¨®n anunciada por N¨¢cher se demorar¨¢ en el tiempo, puesto que a¨²n no hay plazos ni se ha estipulado la forma de acometerla, ni el coste de la misma. De momento, este verano se celebrar¨¢ en el recinto el festival Sagunt a Escena, afirm¨® la subsecretaria. No en vano, a¨²n se ha de crear la comisi¨®n de expertos (que incluir¨¢ a arquitectos, arque¨®logos, delileantes, historiadores y otros t¨¦cnicos) que estudiar¨¢ la forma en que se han de revertir las obras, sin perjudicar a las ruinas, adem¨¢s de tener que elaborar un proyecto de 'reutilizaci¨®n' del monumento nacional, cuya restauraci¨®n qued¨® inacabada por el litigio.
De hecho, N¨¢cher insisti¨® en que el prop¨®sito es que 'al mismo tiempo que se hace la compleja reversi¨®n, [el Teatro Romano] sea utilizado por el pueblo y los saguntinos'. En este punto se produjo un momento desconcertante debido a que la subsecretaria subray¨® reiteradamente que el proyecto de reversi¨®n comporta uno de 'reutilizaci¨®n', lo que significar¨¢ habilitar las gradas para que el p¨²blico pueda asistir a los espect¨¢culos, tras retirar las anteriores. Tambi¨¦n se deber¨¢n introducir nuevos elementos en el escenario, si ¨¦ste es derribado, para posibilitar las representaciones. N¨¢cher no aclar¨® el modo en que se realizar¨¢ tal actuaci¨®n, si bien sugiri¨® que hay alternativas. Sea como sea, es una cuesti¨®n que tendr¨¢ que decidir la citada comisi¨®n, repiti¨®.
N¨¢cher declin¨® dar los nombres de los t¨¦cnicos que, de momento, ya forman parte de esta nueva comisi¨®n que se constituir¨¢ casi medio a?o despu¨¦s de que finalizara el plazo que concedi¨® el TSJ a la Generalitat para la entrega de los informes sobre la manera de ejecutar la sentencia. Una materia, por otra parte, que el PP ya llevaba en su programa electoral de 1995. Desde entonces, el principal sost¨¦n de la necesidad de intervenir en el Teatro Romano ha sido el ex diputado del PP y abogado Juan Marco Molines, quien inici¨® el litigio y lo mantuvo hasta el final. Ya retirado de la vida pol¨ªtica, Marco Molines ha reclamado protagonismo con sus continuas amenazas de pedir la ejecuci¨®n de la sentencia y su petici¨®n de reunirse con los miembros del Consell para tratar el asunto.
Agenda pol¨ªtica
Todo ello supondr¨¢ un nuevo retraso, hasta el punto de que los futuros avances en la consecuci¨®n del anunciado derribo pueden estar marcados por la agenda pol¨ªtica, sobre todo teniendo en cuenta que en la primavera de 2003 habr¨¢ elecciones auton¨®micas. La imagen exterior de la piqueta destruyendo en una costosa operaci¨®n una obra ya consolidada, en un momento en que arrecian las cr¨ªticas de la oposici¨®n por la falta de recursos destinados a la protecci¨®n del patrimonio, no es un elemento que haya influido en la determinaci¨®n de la Generalitat, a juicio de N¨¢cher. En este sentido, el estado de abandono del castillo de Sagunto, por ejemplo, contrasta tambi¨¦n con la medida adoptada y hace m¨¢s dif¨ªcil su asimilaci¨®n. De hecho, una petici¨®n generalizada en Sagunto es la de dar vida al Teatro Romano, infrautilizado todos estos a?os por el pleito.
La subsecretaria se limit¨® a responder ante la posible incomprensi¨®n de la ciudadan¨ªa de una actuaci¨®n destructiva de esta ¨ªndole que las sentencias son firmes y que hay que acatarlas, sin entrar en mayores consideraciones. Tambi¨¦n evit¨® cualquier estimaci¨®n sobre el coste final de la futura intervenci¨®n y se remiti¨® a la comisi¨®n. El Gobierno valenciano 'no entra en los valores est¨¦ticos' de la obra de Grassi y Portaceli, sino que 'est¨¢ acatando una sentencia', volvi¨® a repetir.
N¨¢cher insisti¨® en que la decisi¨®n adoptada es la '¨²nica posible y viable', fundamentada en el 'respeto de los vestigios de abajo, de la verdad romana'. A este respecto record¨® que la sentencia habla en todo momento de volver el Teatro Romano al estado anterior a la intervenci¨®n de Grassi y Portaceli, por lo tanto, quiso dejar bien claro desde un principio que huelga hablar de las numerosas intervenciones arquitect¨®nicas realizadas en el monumento desde 1930 hasta 1978, y tambi¨¦n durante el siglo XIX, que, a juicio de los autores del proyecto, hicieron en gran medida irreconocibles los aut¨¦nticos vestigios romanos, dejando sobre todo en las gradas una superposici¨®n de obras que romp¨ªan cualquier atisbo de originalidad romana.
N¨¢cher indic¨® que el m¨¢rmol superpuesto a las gradas ha provocado da?os en las piedras del interior debido a que no se ha solucionado un problema de filtraciones, de 'escorrent¨ªa de las aguas'. Al ser preguntada si con anterioridad no exist¨ªa ese mismo problema, N¨¢cher respondi¨® que no, y sugiri¨® diversas maneras de arreglarlo, desde habilitar desag¨¹es hasta la colocaci¨®n de tuber¨ªas, si bien volvi¨® a remitir todas estas cuestiones a la futura comisi¨®n. En todo momento, evit¨® referirse a la futura actuaci¨®n como una reconstrucci¨®n o una intervenci¨®n sobre las supuestas ruinas romanas.
'Todo lo que es obra nueva ir¨¢ fuera', repit¨® la subsecretaria general. 'Esa soluci¨®n garantiza que los restos originales no sufrir¨¢n da?o en la reversi¨®n', a?adi¨®.
Informes
Seg¨²n los informes encargados al Instituto T¨¦cnico de Materiales, al jefe de servicio de Patrimonio, al jefe de Patrimonio Arquitect¨®nico de la Consejer¨ªa de Cultura, al director de la Escuela T¨¦cnica Superior de Arquitectura de Madrid, Juan Miguel Hern¨¢ndez, y al Colegio de Arquitectos de Valencia, que design¨® a Salvador Lara, N¨¢cher se?al¨® que la reversibilidad es factible en las gradas, dudosa en los puntos de contacto entre las zonas nuevas y las antiguas y no factible en las piezas extra¨ªdas en las excavaciones arqueol¨®gicas. El muro y los laterales del escenario tambi¨¦n se derrumbar¨¢n, mientras que el proscenio depender¨¢ de los trabajos y las catas futuras.
El arquitecto Juan Navarro Baldeweg rechaz¨® el encargo de la Generalitat de redactar un informe, mientras que Ignasi Sol¨¤-Morales falleci¨® antes de emitirlo, si bien dej¨® escrito en diversos art¨ªculos su apoyo al proyecto de Grassi y Portaceli.
N¨¢cher indic¨® que el Ministerio de Cultura no ha participado en el proceso de estudio ni ha sido consultado sobre la decisi¨®n tomada, a pesar de ser el propietario del monumento nacional, si bien las competencias sobre su gesti¨®n fueron transferidas a la Generalitat.
![Vista panor¨¢mica del Teatro Romano, con las gradas y el escenario que ser¨¢n desmontados seg¨²n la decisi¨®n de la Consejer¨ªa de Cultura.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/TZA7NUZBBUCUSMWVLERHQMZERM.jpg?auth=8a5e49d3622a88d4f5c397274336af6d42bbdd53f747a712aa1de6e59d55f7e5&width=414)
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