Sanidad descarta dar botes a los toxic¨®manos para mezclar drogas

La Agencia Antidroga ha descartado de momento dispensar a los toxic¨®manos recipientes donde mezclar las drogas antes de inyect¨¢rselas y acabar as¨ª con su costumbre de compartir entre varios un mismo bote. Este organismo de la Consejer¨ªa de Sanidad ha tomado esta decisi¨®n tras observar los 'escasos resultados' de un programa piloto de reparto de 500 cuencos emprendido de febrero a abril pasados en los poblados marginales de La Quinta (Fuencarral) y Las Barranquillas (Vallecas Villa).

El 46% de los consumidores de drogas inyectadas comparte recipientes, seg¨²n una encuesta realizada en 2000 a 539 toxic¨®manos por encargo de los responsables del registro del sida de la Comunidad. Esta pr¨¢ctica es mucho menos peligrosa que compartir jeringuillas, pero tambi¨¦n entra?a riesgos sanitarios: alguien con una aguja infectada puede contagiar enfermedades al resto de los drogodependientes que cargan sus hipod¨¦rmicas en el mismo bote. Por eso, los autores de la encuesta hab¨ªan reclamado a Antidroga medidas para erradicar esta costumbre. Portavoces de la agencia indican que 'fueron muy pocos los toxic¨®manos que usaron bien los 500 recipientes dispensados en el plan piloto'. Unas semanas antes del reparto los drogodependientes fueron informados de sus objetivos a trav¨¦s de los trabajadores sociales y sanitarios del equipo Radar, que les atienden en los poblados donde van a comprar los estupefacientes. 'A todos se les indic¨® que los cuencos no deb¨ªan compartirse ni usarse m¨¢s de una vez, pero pocos hicieron caso. Unos los compartieron porque dec¨ªan que compraban la droga entre todos y que por eso hac¨ªan juntos la mezcla, y otros los emplearon varias veces. S¨®lo unos pocos se adhirieron bien al tratamiento y acudieron todos los d¨ªas a cambiar los recipientes usados por otros nuevos', a?aden. Ante estos resultados, Antidroga rechaza iniciar un plan de dispensaci¨®n de botes en toda regla. 'Ser¨ªa una mala utilizaci¨®n de los recursos p¨²blicos, porque los recipientes no son baratos', subrayan, aunque no descartan emprender un nuevo ensayo para ver si obtienen una respuesta mejor. Cada uno de estos cuencos de aluminio, similares a los que ya se utilizan en las sala de venopunci¨®n (narcosala) de Las Barranquillas, cuesta de 10 a 30 pesetas. El importe de las jeringuillas es de 6 o 7 pesetas.

Intercambio de jeringuillas

El miedo al sida y los programas de intercambio de jeringuillas han logrado que el 94% de los consumidores de drogas por v¨ªa intravenosa haya abandonado el peligroso h¨¢bito de compartir chutas, seg¨²n el estudio de Sanidad. Pero hay un 6% de irreductibles que, pese a todas las campa?as, siguen empleando agujas ya usadas. Para atajar esta pr¨¢ctica de riesgo, los responsables del registro regional de sida piden que se ampl¨ªen a¨²n m¨¢s los programas de reparto de jeringuillas, que han experimentado un gran crecimiento en los ¨²ltimos a?os. El 82% de los consumidores por v¨ªa intravenosa recurre a ellos. En 2000, la agencia entreg¨® 1.900.000 agujas hipod¨¦rmicas y 350.000 preservativos a trav¨¦s de ONG, centros de emergencia y de la narcosala.