Deslealtad

El convenio firmado por la Consejer¨ªa de Turismo y el Ayuntamiento de Huelva, por el que la Junta de Andaluc¨ªa se compromete a financiar con tres millones de euros el nuevo estadio de la ciudad de Huelva, refleja el compromiso de la Junta por participar en la construcci¨®n del estadio de los onubenses. Un acto -el de la firma del convenio- que s¨®lo deber¨ªa haber servido para constatar este compromiso. Sin embargo, el acto tambi¨¦n ha servido para que el alcalde de Huelva y el consejero de Turismo hagan su particular campa?a contra el Gobierno andaluz, en la persona de su presidente, pues no tienen otro sentido las palabras que pronunci¨® el alcalde y el silencio del consejero.

Unas palabras de ataque al presidente de la Junta tratando de hacer ver su despreocupaci¨®n por Huelva cuando el d¨ªa a d¨ªa muestra la presencia del Gobierno andaluz en todos los problemas sociales que est¨¢n afectando a Huelva y a sus pueblos. De ah¨ª que sus palabras puedan verse m¨¢s como un intento de disfrazar el hecho de encontrarse imputado, por su forma de entender los intereses p¨²blicos, que en la verdad de sus afirmaciones. En cualquier caso, es un comportamiento que no resulta extra?o. Estas maneras, en algunos pol¨ªticos, son su forma natural de actuar. Se ocupan m¨¢s del desprestigio del adversario que del inter¨¦s p¨²blico.

Sin embargo, esta actuaci¨®n queda peque?a si se la compara con la que ha mantenido el consejero de Turismo, el andalucista Antonio Ortega. Este pol¨ªtico ya nos ten¨ªa acostumbrados a su peculiar sentido de hacer pol¨ªtica. De siempre la ha venido tratando con la misma consideraci¨®n que, recientemente, ha dado a la raqueta de paddle y a su compa?ero Jos¨¦ Hurtado, cuando ha ense?ado sus nulas aptitudes para el deporte y para el compa?erismo. Un talante que no ha tenido ning¨²n reparo en volver a mostrar en el acto de la firma del convenio. Su silencio, y su falta de respuesta, despu¨¦s de las palabras del alcalde de Huelva contra el presidente del Gobierno andaluz del que forma parte, son muestras de asentimiento a la mentira y a la ofensa y, por tanto, de deslealtad para con el presidente que lo nombr¨® para el cargo de consejero y con la promesa que hizo en su toma de posesi¨®n.