Alemania rehabilita a los soldados desertores del III Reich
Ya s¨®lo quedan cerca de 150 supervivientes de uno los episodios m¨¢s olvidados del terror nacionalsocialista: el trato que se daba a los desertores de la Wehrmacht. M¨¢s de 23.000 soldados fueron ejecutados por abandonar las filas del Ej¨¦rcito alem¨¢n en la II Guerra Mundial, un n¨²mero incomparablemente mayor a las condenas de muerte por deserci¨®n dictadas por los tribunales militares de Estados Unidos (763, de las cuales 617 fueron condonadas). Las correspondientes sentencias de muerte, sin embargo, segu¨ªan en pie, hasta ayer, cuando la mayor¨ªa parlamentaria de socialdem¨®cratas y verdes en el Bundestag (C¨¢mara baja del Parlamento) aprob¨® su derogaci¨®n, en contra de las protestas de la oposici¨®n conservadora.
'Esto, de alguna manera, corona mis esfuerzos de muchos a?os', sostuvo en conversaci¨®n con este peri¨®dico Ludwig Baumann, presidente de la Federaci¨®n de las V¨ªctimas de la Justicia Militar Nacionalsocialista. Baumann, 80 a?os en la actualidad, abandon¨® las filas de la Wehrmacht en 1942, en el frente occidental, cerca de Burdeos. Fue apresado poco despu¨¦s, torturado y condenado a muerte en un proceso sumario de 40 minutos. Gracias a exitosas gestiones de su padre, un comerciante, la pena luego fue conmutada por 12 a?os de prisi¨®n, una decisi¨®n que, sin embargo, durante 10 meses no le fue comunicada a Baumann, que aguardaba su ejecuci¨®n en el corredor de la muerte y luego tuvo que partir hacia un campo de concentraci¨®n.
'Traidores'
Pese a haber quedado marcado de por vida por esta experiencia, Baumann -y los pocos otros desertores que tambi¨¦n se salvaron del pared¨®n- nunca fueron rehabilitados. Todo lo contrario: a¨²n hoy, muchos de su misma generaci¨®n los siguen considerando 'traidores' y 'cobardes'.
'Si todos hubieran actuado como nosotros, los campos de exterminio y la guerra de agresi¨®n no hubieran sido posibles', reflexiona, en cambio, Baumann. Su ¨²nica opci¨®n para derogar la condena a muerte era acudir a la fiscal¨ªa que elev¨® la acusaci¨®n de deserci¨®n (57 a?os despu¨¦s del final de la guerra, ¨¦sta ya no existe) y pedir el levantamiento de la sentencia. Un tr¨¢mite kafkiano que Baumann y sus compa?eros siempre descartaron por humillante.
La rehabilitaci¨®n, decidida ayer junto al levantamiento de las sentencias nacionalsocialistas en contra de los homosexuales, ya hab¨ªa sido impulsada en 1998, pero en aquel entonces fue bloqueada por los conservadores. Su portavoz jur¨ªdico, Norbert Geis, sigue pensando que se est¨¢ cometiendo una 'absurda injusticia' con esta derogaci¨®n generalizada. 'En algunos casos, las sentencias a¨²n hoy pueden ser consideradas como justas, como cuando los soldados abandonaban la protecci¨®n a la poblaci¨®n civil', dijo Geis a EL PA?S. Para no herir susceptibilidades, en la ley se deja constancia de que la rehabilitaci¨®n no significa 'restar valor' al deber cumplido por los millones de soldados alemanes que no desertaron.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.