El acto de la demolici¨®n entra a escena en Sagunto
Crece la pol¨¦mica por el derribo de la obra nueva del teatro
Al margen de otras consideraciones, hay una sentencia que se ha de acatar y un compromiso electoral que se ha de cumplir. El PP contemplaba en su programa de 1995 la reversi¨®n de la obra encomendada por el Gobierno socialista. As¨ª lo afirm¨® el pasado lunes la subsecretaria de Cultura, Carmina N¨¢cher, quien, sola, sin un t¨¦cnico a su lado, argument¨® que los informes que obran en su poder, y que no ha hecho p¨²blicos, indican que la intervenci¨®n es reversible en las gradas y gran parte del escenario. En consecuencia, se constituir¨¢ en un tiempo indeterminado una comisi¨®n de expertos en diversos campos para estudiar el modo de demoler la obra nueva y de reutilizar el espacio para actividades culturales.
Se desconoce, por tanto, c¨®mo y cu¨¢ndo se realizar¨¢ la nueva intervenci¨®n y cu¨¢nto costar¨¢ a la endeudada Generalitat volver el monumento al estado anterior. Pero s¨ª se puede adelantar con seguridad la difusi¨®n internacional de la piqueta destruyendo con el dinero p¨²blico una obra levantada con financiaci¨®n de la Generalitat. Mientras tanto, el Teatro Romano languidece en las faldas de la monta?a, sin capacidad de convertirse en revulsivo de la vida cultural, social y econ¨®mica de un pueblo aletargado. Aunque peor suerte corre el castillo que corona el cerro, en un estado de pat¨¦tico abandono en el que ni los m¨¢s conspicuos amantes de las ruinas podr¨ªan encontrar elementos rom¨¢nticos para su disfrute.
Tampoco es balad¨ª la alusi¨®n al compromiso electoral de N¨¢cher, pues ¨¦ste ven¨ªa a recoger el testigo de una destructiva campa?a medi¨¢tica protagonizada por un diario conservador de Valencia, el mismo que hab¨ªa azuzado el conflicto ling¨¹¨ªstico. La derecha valenciana incorpor¨® la pol¨¦mica de la lengua y el Teatro Romano de Sagunto como dos piedras angulares de su agitaci¨®n pol¨ªtica, intrumentaliz¨¢ndolas y convirti¨¦ndolas en casus belli.
En el caso del monumento nacional, el PP respald¨® al abogado y ex diputado popular Juan Marco Molines en su particular cruzada contra la intervenci¨®n de Grassi y Portaceli que finalmente gan¨® en los tribunales. Ahora, siempre sotto voce, militantes y cargos del PP cargan contra el hoy asesor de la presidenta de las Cortes. Molines no ha dudado en reclamar protagonismo, amenazando con pedir la ejecuci¨®n de la sentencia del Tribunal Superior de Justicia ratificada por el Tribunal Supremo, si la Generalitat no anunciaba el derribo de la obra. El martes a?adi¨® que estar¨¢ ojo avizor sobre el contenido de la programaci¨®n del pr¨®ximo festival Sagunt a Escena.
La resoluci¨®n final incluso ha sorprendido al alcalde saguntino, Silvestre Borr¨¢s, del PP, quien ha reconocido que esperaba una actuaci¨®n menos radical, m¨¢s simb¨®lica, para acatar la sentencia. En realidad era lo que se esperaba. Persiste la idea de que la Generalitat est¨¢ manejando el tiempo y el coste pol¨ªtico en la resoluci¨®n del conflicto sobre el Teatro Romano. Anuncia la creaci¨®n de una comisi¨®n que diltar¨¢ el proceso y dictaminar¨¢ sine die. N¨¢cher, sin embargo, es firme: hay que cumplir la sentencia y desmontar la obra nueva, siempre que ello no perjudique a los vestigios anteriores. En su fallo, el Supremo considera que la intervenci¨®n de Grassi y Portaceli no es una rehabilitaci¨®n, sino una reconstrucci¨®n realizada sobre presupuestos metodol¨®gicos 'plenamente defendibles en el plano art¨ªstico o acad¨¦mico, pero enfrentados a un criterio normativo (...) de la Ley de Patrimonio Hist¨®rico'.
Desde el principio, la intervenci¨®n, premiada en foros arquitect¨®nicos y materia de estudio en algunas instituciones acad¨¦micas, gener¨® una viva pol¨¦mica. Prestigiosos arquitectos y artistas redactaron en su momento un manifiesto en su defensa, pero tambi¨¦n suscit¨® opiniones muy adversas en otros expertos. Entre los saguntinos se critic¨® sobre todo el gran muro que cierra el escenario y que impide la visi¨®n del anfiteatro. Pero, pasados los a?os y consolidada una obra que no pudo concluirse, la cuesti¨®n se centra en si es prudente e incluso de sentido com¨²n perpetrar una demolici¨®n que volver¨ªa a lanzar el nombre de Sagunto por todo el mundo, aunque esta vez el car¨¢cter legendario y heroico de la resistencia al asedio de An¨ªbal brillar¨ªa por su ausencia.
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