He venido a Euskadi

Hace seis meses que he venido por propia iniciativa a vivir a Euskadi. No hab¨ªa ning¨²n condicionante personal o profesional que me obligase. Busqu¨¦ que ambas circunstancias concurriesen en esta tierra que progresivamente hab¨ªa ido descubriendo y en la cual est¨¢ germinando una de las sociedades m¨¢s pr¨®speras y plurales de Europa; no exenta, por otro lado, de contradicciones.

No hace mucho tiempo, mientras asist¨ªa en el Kursaal a un concierto en el que se interpretaba el R¨¦quiem de Mozart no dejaba de pensar en el particular r¨¦quiem que en Orio estaba viviendo la familia de un concejal socialista y, como yo, asturiano. Pensaba en la contradicci¨®n de una sociedad con grandes medios econ¨®micos y culturales sometida a la tensi¨®n interna ejercitada por un colectivo, ciertamente beligerante, procurando silenciar a quienes no militan en sus filas.

Despu¨¦s de siglos de tortuoso avance de nuestra civilizaci¨®n, la victoria indiscutible ?no ha sido para la libertad de hablar? Hoy en Euskadi ninguna bandera puede justificar la involuci¨®n a momentos hist¨®ricos en los cuales se negaba el discurso que previamente se hab¨ªa calificado de disidente. Ni las arengas con resabio de llamada a las cruzadas (de algunos pol¨ªticos madrile?os) ni los goras a quienes hace tiempo optaron por la eliminaci¨®n frente a la confrontaci¨®n dial¨¦ctica contribuir¨¢n a construir el futuro que buscamos. Y si hay algo que me atrajo de este pueblo es el dinamismo y el af¨¢n de construir.