Un mendigo entre las flores
La polic¨ªa toma por un pedig¨¹e?o a un adinerado empresario de Girona
A menudo se dice de Girona -invirtiendo un dicho popular- que es una ciudad 'con mucho Din y poco Don'. Ser¨¢ por eso que las personas acomodadas de Girona rechazan claramente los signos de ostentaci¨®n en su indumentaria. En algunos casos la tendencia, quiz¨¢ deudora de la est¨¦tica grounge, llega a extremos que confunde a las autoridades policiales. S¨®lo as¨ª puede entenderse que se llegue a confundir a un respetable y adinerado empresario con un molesto mendigo.
El exceso de celo de la Polic¨ªa Municipal de Girona en el control de la mendicidad en las calles ha originado la queja de un empresario que hace unos d¨ªas fue expulsado de una plaza p¨²blica ¨²nicamente por su presunto aspecto desastrado -al parecer, llevaba ropa de abrigo en un d¨ªa luminoso y barba de varios d¨ªas.
El incidente ocurri¨® ante una multitud de personas en el casco antiguo
Seg¨²n parece, la Polic¨ªa Local de Girona recibi¨® una denuncia en la que se alertaba sobre la acci¨®n de un grupo de mendigos que importunaban a los visitantes de la exposici¨®n Girona, temps de flors, que se clausur¨® el pasado fin de semana con casi medio mill¨®n de visitantes. Gui¨¢ndose por la descripci¨®n f¨ªsica de uno de los supuestos mendigos realizada por los denunciantes y fi¨¢ndose en su olfato policial, los agentes detectaron a uno de los presuntos pedig¨¹e?os. Una patrulla mixta compuesta por un agente de la Polic¨ªa Municipal y otro de los Mossos d'Esquadra se aproxim¨® a una persona que se encontraba en la plaza de Sant Dom¨¨nec, en el casco antiguo de la ciudad, rog¨¢ndole que dejara de pedir limosna y se alejara del lugar. El incidente se produjo ante una multitud de personas que recorr¨ªan el casco antiguo. El destinatario de la advertencia policial, un ciudadano que se encontraba visitando el lugar tranquilamente, se mostr¨® indignado ante la confusi¨®n y acudi¨® de inmediato a las dependencias de la Polic¨ªa Municipal para presentar una queja. El asunto se elev¨® hasta el concejal responsable de los agentes, que recibi¨® al ciudadano agraviado y le present¨® disculpas por el incidente. ?ste no present¨® denuncia alguna. La Polic¨ªa Local, por su parte, ha decidido no sancionar, aunque s¨ª advertir, al agente que rebaj¨® a la categor¨ªa de mendigo al conocido empresario.
No es la primera vez que la estricta aplicaci¨®n de las ordenanzas municipales para atacar la mendicidad en las calles del centro de Girona causa extravagantes conflictos. Un mendigo que tiene un conocido puente de Girona como centro de operaciones ha sido multado dos veces en los ¨²ltimos a?os por un juzgado de la ciudad porque lleva a cabo su actividad sin licencia municipal. Los magistrados consideran que pedir limosna es una actividad prohibida por la ordenanza municipal. El mendigo, que dispone de un letrado que atiende sus asuntos jur¨ªdicos, decidi¨® no pagar las multas y recurrir contra ambas sentencias, en las que se le condenaba a pagar 6.000 y 4.000 pesetas, respectivamente.
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