Modrego volver¨¢ a Castell¨®n

El consejero de Medio Ambiente, Fernando Modrego, no olvidar¨¢ la ma?ana de ayer ni el peculiar sainete en dos actos del que fue protagonista y espectador. Se traslad¨® hasta Castell¨®n para hablar, por en¨¦sima vez, del proyecto de remodelaci¨®n de El Pinar, ajeno a lo que se le ven¨ªa encima. Y lo primero que se le vino fue el presidente de la Diputaci¨®n, Carlos Fabra, que lleva unos d¨ªas echando pestes de su departamento y buscaba el abrazo que acallara la pol¨¦mica sobre el enfrentamiento con el consejero. Una hora antes de la llegada de Modrego, Fabra se despach¨® a gusto en una comparecencia explicando que sus cr¨ªticas iban dirigidas a determinados t¨¦cnicos, 'que hacen inviable un desarrollo adecuado de las infraestructuras', unos funcionarios a los que defini¨® como 'iluminados de la ecolog¨ªa'. Fabra intent¨® dejar claro que los exabruptos no ten¨ªan calado pol¨ªtico y que, en cualquier caso: 'Aqu¨ª m¨¢s que yo no manda nadie. Mando yo'. Desde esa posici¨®n de privilegio, explic¨® las bondades del gobierno de Zaplana y todos los esfuerzos inversores realizados. Para referirse a Modrego y a su buena relaci¨®n, destac¨® que son pareja de mus, aunque el consejero brilla m¨¢s como pol¨ªtico que como compa?ero de juego, explic¨®.

Cuando el responsable de Medio Ambiente baj¨® del coche oficial, se vio entre los brazos de Fabra y sometido a una constante exhibici¨®n de cari?o de su compa?ero de juegos que, viendo que se entreten¨ªa en conversar con el alcalde de Castell¨®n, Jos¨¦ Luis Gimeno, se lanz¨® en pos de la fotograf¨ªa . Las muestras de efusividad fueron tales que el rostro de Modrego adquiri¨® un inequ¨ªvoco tono rojizo. Pero no acabaron ah¨ª las sorpresas.

Fabra, que ya hab¨ªa conseguido su objetivo, abandon¨® el acto y dej¨® al consejero a cargo de Gimeno. La presentaci¨®n del proyecto urban¨ªstico era abierta al p¨²blico, escaso, y durante el uso de la palabra que se dio a los ciudadanos uno lanz¨® al alcalde la sugerencia de construir un parque zool¨®gico. Gimeno, ante la hilaridad del resto, no s¨®lo no excus¨® la falta de una instalaci¨®n de este tipo sino que adelant¨® que se habilitar¨¢ uno 'con conejitos, gallinas de verdad, no pollos a l'ast, y pavos'. Modrego consigui¨® sujetar la mand¨ªbula, aunque algunos espectadores no lo lograron, y todav¨ªa dolorido por los abrazos y las risas anunci¨® que la pr¨®xima semana visitar¨¢ Castell¨®n para otro acto oficial.