La gran reforma de los escenarios

'El teatro en Espa?a necesita dos cosas: dinero e imaginaci¨®n'. As¨ª lo cree Luis Alberto de Cuenca, secretario de Estado de Cultura, que ha tomado nota de las recomendaciones que 15 expertos del mundo del teatro, pertenecientes a diferentes palos del sector, le han hecho. ?stos se han reunido durante casi un a?o para elaborar un borrador de 77 p¨¢ginas que pretenden que se convierta en un ambicioso Plan General de Teatro. La reivindicaci¨®n m¨¢s llamativa de la reforma es convertir el mundo de la escena en un servicio cultural p¨²blico, como lo son los museos y las bibliotecas.

'Dinero, dinero y dinero'. Es lo que piden todos los integrantes del sector. Pero no a costa de elevar s¨®lo los presupuestos, sino a trav¨¦s de otros caminos. La conversi¨®n del sector en servicio p¨²blico supone, entre otras cosas, una fiscalidad diferente y un intento de captar m¨¢s p¨²blico mediante la bajada de las entradas al reducirse el IVA del 16% al 4%, como ocurre en otros pa¨ªses. ?sa es una batalla dura porque la decisi¨®n final no depender¨ªa del Gobierno espa?ol, sino de la Uni¨®n Europea.

Los directores de los teatros p¨²blicos podr¨ªan ser nombrados por concurso

El proyecto de conversi¨®n del sector supone una fiscalidad diferente

Desde el ministerio se ven dificultades al proyecto: 'Es extraordinariamente complejo, seg¨²n me indican los responsables econ¨®micos', asegura De Cuenca. Otras voces del sector reclaman m¨¢s audacia. Consideran que esa reducci¨®n del IVA les permitir¨ªa acumular los fondos necesarios para sostener mejor las programaciones futuras, sus nuevos proyectos.

Adem¨¢s, tanto las comunidades aut¨®nomas, a las que ya se ha transferido gran parte del teatro, como el Congreso de los Diputados han recibido el borrador en el que se solicita que el teatro sea una asignatura de la Educaci¨®n Secundaria, en la que se ense?en pr¨¢cticas esc¨¦nicas y se intenten formar nuevos p¨²blicos y nuevos creadores.

Sobre el sistema de subvenciones, el borrador del nuevo Plan General de Teatro tambi¨¦n aconseja cambios. En vez de dinero, los profesionales ofrecen aceptar un paquete de funciones dentro de la red de teatros p¨²blicos; siempre y cuando no implique darle a ese circuito el poder del ministerio en la selecci¨®n.

Pero el Gobierno s¨ª perder¨ªa poder a la hora de hacer nombramientos, seg¨²n contempla el plan. Los directores de teatros p¨²blicos ser¨ªan designados despu¨¦s de un concurso p¨²blico al que optar¨ªan equipos con un proyecto concreto. Es un sistema que ya se utiliza en muchos teatros europeos.

Tambi¨¦n se contempla apoyar al sector a trav¨¦s de subvenciones para exportar al extranjero montajes de autores espa?oles; fortalecer el teatro de base, que es la cantera de creadores y p¨²blicos nuevos; instaurar cuotas en los teatros p¨²blicos para los autores y elaborar un plan de promoci¨®n en el que se implicar¨ªa a las televisiones en la programaci¨®n de obras y en la difusi¨®n de la cultura teatral a trav¨¦s de espacios espec¨ªficos. Se ha tenido muy en cuenta la importancia de potenciar los circuitos alternativos, las asociaciones de espectadores o los fondos documentales en los que se d¨¦ informaci¨®n y se invite a la reflexi¨®n. Otro aspecto importante: que los textos premiados lleguen a estrenarse.

El Instituto Nacional de las Artes Esc¨¦nicas y de la M¨²sica (Inaem), que dirige Andr¨¦s Amor¨®s, ha servido de sede para todas las reuniones en las que han participado Jes¨²s Campos y Santiago Mart¨ªn Berm¨²dez, de la Asociaci¨®n de Autores de Teatro; Joan Maria Gual y Juan Calzada, de la Red Espa?ola de Teatros, Auditorios y Circuitos de Titularidad P¨²blica; Carlos Sarri¨® y Miguel Escutia, de la Coordinadora Estatal de Salas Alternativas; Roca Gonz¨¢lez y Daniel Mart¨ªnez, de la Federaci¨®n Estatal de Asociaciones de Empresas Productoras de Teatro y Danza; Jorge Bosso y Juan Matute, de la Federaci¨®n de Actores del Estado Espa?ol, y Hermann Bonin, de la Organizaci¨®n de Sindicatos de Actores y Actrices del Estado Espa?ol.

No han faltado nunca a estas reuniones Cristina Santolaria, subdirectora general del Inaem, y dos miembros de su equipo, Enrique Guzm¨¢n y Alberto Fern¨¢ndez Torres, este ¨²ltimo conocido y prestigioso te¨®rico del mundo del teatro. En esta lista faltan los directores de escena, que s¨ª estuvieron representados, en un principio, por Juan Antonio Hormig¨®n y Eduardo Vasco, de la Asociaci¨®n de Directores de Escena, pero que se retiraron: 'Se decidi¨® as¨ª por parte de nuestra junta directiva', explica Hormig¨®n, 'ya que se pens¨® que era preferible que sigui¨¦ramos adelante con un proyecto propio, en el que seguimos trabajando'.

Tras elaborar siete borradores parece que los miembros de la comisi¨®n han llegado a un anteproyecto de plan en el que hay un amplio consenso entre los diversos sectores representados. Para muchos de ellos es algo milagroso, pues han tenido que escuchar a varios agoreros que les pronosticaban un fracaso por falta de acuerdo. Ahora, no s¨®lo se trata de que exista ese documento de trabajo, sino que han logrado consensuar muchos intereses enfrentados y tradicionalmente a la gre?a.

Todos prefieren calificar la propuesta como Plan General, aunque en realidad estar¨ªamos ante la Ley de Teatro que desde hace tantos a?os ha perseguido el sector. El nombre no es casual. Una ley es muy dif¨ªcil de modificar desde el punto de vista administrativo, mientras que un plan, por profundo que sea, siempre admite cambios con una cierta celeridad, aunque tenga rango legal. Una ley podr¨ªa convertirse en un cors¨¦, seg¨²n apuntan algunos, dentro del cual se asfixiar¨ªan muchas propuestas que por ahora s¨®lo pueden considerarse experimentales hasta que no hayan superado la prueba de llevarse a la pr¨¢ctica.

El ministerio no se ha comprometido a que esta propuesta termine por ser normativa. 'Ni yo, ni nadie de mi equipo ha prometido que esto se convierta en una ley, por lo menos, en esta legislatura', afirma De Cuenca.

Algunos, para que las propuestas no queden en papel mojado, prefieren incluso hablar de Libro Blanco del Teatro. Pero si los objetivos que se han planteado llegaran a buen puerto y se convirtieran en vinculantes se dar¨ªa la circunstancia de que la Administraci¨®n, al igual que ocurre con la sanidad o la educaci¨®n, tendr¨ªa que tratar el teatro como algo que est¨¢ obligada a hacer llegar al ciudadano. De hecho, si el plan fuese contemplado y aprobado por las Cortes, podr¨ªa llegar a darse el caso de que los ayuntamientos espa?oles, al igual que est¨¢n obligados a contar con bibliotecas, tuvieran que disponer de teatros con programaci¨®n estable.