Uribe espera ganar hoy en la primera vuelta
El candidato liberal independiente lanza un discurso de mano dura para lograr el 50% de los votos
Las calamidades de Colombia estimulan las guasas del fatalismo porque parecen irremediables. '?Sabe usted cu¨¢l es la ¨²nica salida para nuestro pa¨ªs?, pues el aeropuerto'. El belicoso discurso del candidato liberal independiente, ?lvaro Uribe, triunfar¨¢ en las presidenciales de hoy porque la mayor¨ªa de los colombianos exige el aplastamiento de la violencia, al precio que sea, despu¨¦s de que fracasara el proceso de paz de 1999 y la reacci¨®n guerrillera no conociera l¨ªmites, ni c¨®digos de honor. La pobreza alcanz¨® el 60%, el Estado de derecho naufraga y los partidos tradicionales son cascarones desarbolados, sin apenas predicamento en la sociedad.
Si suma m¨¢s del 50% de los votos en una jornada bajo intimidaci¨®n terrorista, Uribe, 49 a?os, suceder¨¢ en la jefatura del Gobierno a Andr¨¦s Pastrana, el presidente conservador incapaz de doblegar a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), pese a las concesiones contenidas en su plan de paz de hace tres a?os. La rabia de este pa¨ªs de 40 millones de habitantes reclama ahora autoridad, como cuatro a?os atr¨¢s reclam¨® la paz, esperanzada por el abrazo entre el candidato Pastrana y el jefe de las FARC, Manuel Marulanda, Tirofijo.
Uribe aventaja a Horacio Serpa, 59 a?os, el candidato oficial del opositor Partido Liberal, por m¨¢s de 20 puntos, y el resto de los aspirantes, entre ellos, Noem¨ª San¨ªn y Luis Garz¨®n, no tienen posibilidades. Pero no cabe esperar milagros de la previsible victoria del abogado de Medell¨ªn porque el rompecabezas nacional es de locos y algunos de los planteamientos de Uribe, fundamentalmente la creaci¨®n de una milicia civil de un mill¨®n de personas contra la subversi¨®n, despiertan los miedos al nacimiento de un Estado delator y revanchista, nada comprometido con los derechos humanos y la justicia.
El liberal Fernando Cepeda, ex ministro, no oculta su preocupaci¨®n por lo que se viene. 'El comienzo de su gobierno, si gana, ser¨¢ inicialmente muy duro. Y no porque se agudice el conflicto violento, porque ya est¨¢ agudizado. Eso no es novedad', reflexiona en su despacho de la Facultad de Derecho de la Universidad de Los Andes. La violencia, los 40.000 muertos de 39 a?os de conflicto ya no asombran, aunque algunas de las ¨²ltimas modalidades guerrilleras han espeluznado: el burro bomba, el ni?o bomba o el perro bomba.
'Ser¨¢ muy duro el principio porque va a tomar decisiones, de otro orden, que van a ser tambi¨¦n muy duras, decisiones institucionales, de puestos, en t¨¦rminos de reforma pol¨ªtica, de disciplina del pa¨ªs'. 'El problema de Uribe es que va a hacer lo que dice', agrega. Y el candidato que roza el 50% en todos los sondeos quiere un revolc¨®n institucional, m¨¢s apertura econ¨®mica, menos z¨¢nganos y corruptos, y duplicar el tama?o de las Fuerzas Armadas: crear un ej¨¦rcito de 100.000 soldados profesionales, para combatir a las FARC (unos 20.000 miembros), al Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional (ELN, cerca de 5.000) y a los paramilitares (cerca de 10.000).
La guerra no es gratis y la creaci¨®n de los batallones de oficio costar¨¢n cerca de 4.000 millones de d¨®lares (3.600 millones de euros), seg¨²n fuentes pr¨®ximas al candidato. El nuevo presidente deber¨¢ sufragar su ej¨¦rcito profesional con nuevos cr¨¦ditos, en un pa¨ªs que batalla con la servidumbre de una deuda interna y externa cercana a los 40.000 millones de d¨®lares. Uribe eval¨²a aplicar el C¨®digo Penal a quienes evadan al fisco, una plaga que contribuye a la pauperizaci¨®n de las arcas p¨²blicas en toda Am¨¦rica Latina.
La guerra es salvaje en algunos frentes de la enrevesada geograf¨ªa colombiana, y las tropas resuellan de un lado a otro, y en ocasiones ceden las trincheras que les corresponden a los paramilitares, salvajemente eficaces en la lucha contraguerrillera. La sociedad, siempre indefensa, clam¨® indignada por un nuevo abandono, por la tardanza castrense en llegar al caser¨ªo del Choc¨®, donde murieron 117 personas, 41 menores, destrozadas por una bombona de gas repleta de explosivos lanzada por las FARC contra un grupo paramilitar.
La direcci¨®n de los institutos armados argumenta que no dispone de soldados suficientes para cubrir 980 pueblos, cuando son 6.242 los que requieren vigilancia. El Ej¨¦rcito lucha contra el narcotr¨¢fico en Caquet¨¢, Putumayo, Huila, Guaviare y el Cagu¨¢n, zona esta ¨²ltima, de 42.000 kil¨®metros cuadrados, legalmente ocupada por las FARC durante el fallido proceso de paz de Pastrana. El general Fernando Tapia, comandante en jefe del Ej¨¦rcito, dijo que s¨®lo tienen 60.000 hombres para combatir a la guerrilla y al paramilitarismo en un territorio total de 400.000 kil¨®metros cuadrados. Esas carencias determinan que la subversi¨®n act¨²e en la mayor parte de Colombia y tambi¨¦n el auge de los paramilitares, con evidente base social, ante la ineficacia de los cuerpos de seguridad del Estado.
Eurodiputados
Los cinco eurodiputados que observar¨¢n la jornada electoral recibieron cumplida informaci¨®n del Gobierno y de los candidatos sobre la peliaguda peripecia nacional. Javier Pom¨¦s, diputado al Parlamento Europeo por la Uni¨®n del Pueblo Navarro, observador de comicios en diversas partes del mundo, reconoce que 'el nuevo Gobierno colombiano heredar¨¢ una soluci¨®n militar al no haberse podido desarrollar convenientemente las mesas de la paz'. Las negociaciones quedaron, de momento, descartadas, sin condiciones para reanudarlas, y la apuesta de Uribe es, efectivamente, militar: fuego graneado contra las guerrillas para intentar que su eventual presencia en un nuevo proceso negociador sea con la cabeza gacha.
Todos los candidatos prometen mano dura y la singular y cambiante Noem¨ª San¨ªn dice que perseguir¨¢ a los grupos violentos como a fieras, como en su d¨ªa se hizo con el narcotraficante Pablo Escobar. Demasiado tarde, el discurso del palo pertenec¨ªa a Uribe desde hac¨ªa tres a?os. El liberal Horacio Serpa insiste en considerar el desbarajuste institucional, la concentraci¨®n de la riqueza, la creciente desigualdad social y pobreza como los culpables del drama colombiano y la multiplicaci¨®n de los efectivos insurgentes. Ese mensaje del liberal, que lo ha sido todo en pol¨ªtica menos presidente de Gobierno, no ha tenido mucho ¨¦xito porque es intercambiable, repetitivo y por todos aceptado.
'Serpa ha sido acusado de ser fiel representantes de la politiquer¨ªa', se?ala el columnista Alfonso G¨®mez. 'Pero esa clase pol¨ªtica y esos politiqueros dejan de ser cr¨ªticos cuando, como ha ocurrido ahora, lo han dejado todo para irse a otras toldas [candidaturas]. No le falta raz¨®n, pero el arribismo es vicio antiguo y planetario.
Gane quien gane, los problemas obligar¨¢n a esfuerzos herc¨²leos. M¨¢s en el caso de la reforma pol¨ªtica prometida por el favorito, la m¨¢s audaz: constituir un Congreso unicameral, que le reportar¨¢ el rencor de los legisladores despachados, reducir los esca?os de 286 a 150 y cambiar el sistema electoral. 'Con cualquiera de esos cambios, usted ya tiene un problema en Colombia'.
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