La 'extra?a pareja' frente al sida
Bono y O'Neill, con ojos h¨²medos, piden en Sur¨¢frica f¨¢rmacos contra la transmisi¨®n madre-hijo
Hab¨ªa l¨¢grimas en los ojos de la extra?a pareja -el l¨ªder rockero Bono y el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Paul O'Neill- cuando terminaron ayer en Pretoria (Sur¨¢frica) su recorrido por las salas de maternidad del Chris Hani Baragwanath (CHB), el mayor hospital de ?frica y uno de los mayores del mundo. Acababan de enfrentarse cara a cara con la peor cara del sida, la que hace nacer cada a?o en Sur¨¢frica a 70.000 ni?os con el virus VIH. Bono y O'Neill, que realizan juntos una gira por varios pa¨ªses de ?frica, pidieron ayer que el dinero destinado a combatir esa pandemia se centre en objetivos como conseguir que las embarazadas seropositivas reciban antivirales que impidan la transmisi¨®n del VIH a sus hijos.
El rockero irlandes de U-2 y el zar de la econom¨ªa norteamericana est¨¢n cumpliendo la apuesta que se hicieron mutuamente el pasado enero durante la cumbre de Davos en Nueva York: visitar juntos y conocer de primera mano la tragedia que vive el continente africano, donde habitan 25 millones de infectados por el sida.
O'Neill anunci¨® ayer que su Gobierno donar¨ªa este a?o 15 millones de d¨®lares, seis millones m¨¢s que el pasado, para combatir el sida en Sur¨¢frica. Uno de cada nueve surafricanos es seropositivo, y en Soweto, un conjunto de asentamientos urbanos de extrema pobreza, la proporci¨®n es de un infectado por cada tres. O'Neill se mostr¨® indignado, sin embargo, por el uso de la ayuda dispensada hasta ahora: 'Est¨¢ bien que se gaste dinero en prevenci¨®n y cosas parecidas, pero lo m¨¢s urgente es evitar que las mujeres embarazadas transmitan la enfermedad a sus hijos, y eso no se est¨¢ haciendo. Hay que cambiar la situaci¨®n'.
O'Neill y Bono visitaron el hospital Chris Hani Baragwanath (CHB) de Soweto. Sus 600 doctores y 4.000 enfermeras deben cubrir las necesidades de unos tres millones de personas, y atienden diariamente a unas 2.500. El CHB es considerado el epicentro de la lucha mundial contra el sida, y dispone de un laboratorio, respaldado por la Universidad de Witwaeersrand, que ha sido pionero en f¨¢rmacos como la nevirapina, contra transmisi¨®n madre-hijo.
El secretario del Tesoro y la estrella del rock, que ya se presentan a s¨ª mismos como 'la extra?a pareja', vivieron momentos muy emotivos en el centro. 'He preguntado cu¨¢nto dinero se ingres¨® el a?o pasado, procedente de donaciones y ONG, y me han respondido que 50 millones de d¨®lares', explic¨® O'Neill. 'Luego he preguntado cu¨¢nto costar¨ªa tratar a todas las pacientes embarazadas y seropositivas, unas 8.000, para evitar que contagiaran a sus hijos, y el c¨¢lculo arroja unos dos millones de d¨®lares. Con 50 millones en la mano, ?no se pueden dedicar dos a lo m¨¢s importante? Las respuestas de los m¨¦dicos han sido vagas; me dicen que mucho se destina a prevenci¨®n, y eso est¨¢ bien. Pero quiero que alguien estudie las cifras a fondo, investigue la gesti¨®n y me explique por qu¨¦ pasa esto'. 'Estas cosas me ponen furioso', corrobor¨® Bono, que hab¨ªa conversado una hora con un grupo de madres que hab¨ªan recibido el tratamiento y cuyos hijos estaban sanos.
Dan Mullins, de la ONG Oxfam (en Espa?a, Interm¨®n Oxfam), explic¨® a los periodistas que el problema era mucho m¨¢s complejo: 'Aunque el hijo est¨¦ sano, la madre sigue enferma y necesita tratamiento, y empleo para dar de comer a su familia, y luego hay que cuidarse del hijo cuando la madre muere... El problema del sida en Sur¨¢frica, como en otros pa¨ªses, es tan grave que a veces uno no sabe por d¨®nde empezar, y para el Gobierno de Thabo Mbeki la lista de problemas no se limita al sida'.
Un estudio realizado en Sur¨¢frica por la Agencia para el Desarrollo Internacional de EE UU y la Agencia Australiana para la Ayuda Internacional, en cooperaci¨®n con Pretoria, demuestra que el sida est¨¢ destruyendo la estructura social. Los hogares afectados, m¨¢s del 50%, necesitan destinar sus recursos a comida y medicinas, por lo que no disponen de dinero para educar a los ni?os. 'Las familias nucleares convencionales est¨¢n desapareciendo, porque el padre o la madre, o ambos, fallecen de enfermedades relacionadas con el sida, y aumentan los grupos familiares cl¨¢nicos y los hogares compuestos s¨®lo por hu¨¦rfanos', se?ala el estudio. El alt¨ªsimo desempleo, oficialmente del 29% pero generalmente estimado en torno al 40%, contribuye a agravar la crisis.
El presidente Mbeki ha sido muy criticado por su convicci¨®n, rectificada de forma oficial hace unas semanas, de que el VIH no es necesariamente la causa del sida, y por su escaso inter¨¦s en proporcionar medicamentos antivirales a las embarazadas seropositivas. Una sentencia judicial obliga ahora a los hospitales p¨²blicos a ofrecer el tratamiento a las embarazadas enfermas. Las medicinas cuestan unos 700 d¨®lares anuales, y el tratamiento complementario asciende a otros 300. En total, 1.000 d¨®lares al a?o por persona. 'Mbeki est¨¢ adoptando poco a poco la actitud apropiada, por lo que me parece mejor dejar de atacarle y proporcionarle apoyo', dijo Bono.
En Soweto, O'Neill y Bono tensaron como nunca antes las normas de juego previamente establecidas para que sus personalidades y circunstancias, muy distintas, no desembocaran en enfrentamiento p¨²blico durante el viaje. Ambos se llevan bien y han desarrollado una amistad real. Pero Bono es un activista con pocos compromisos y pocos pelos en la lengua, mientras O'Neill tiene la responsabilidad de cuadrar el presupuesto de Estados Unidos, el mayor del planeta, y depende tanto del presidente George W. Bush como del Congreso. Bono se permiti¨® en Sur¨¢frica calificar de 'absolutamente hip¨®crita y lamentable' la Ley Agraria aprobada por el Congreso y firmada hace dos semanas por Bush, que subvencionar¨¢ con hasta 80.000 millones de d¨®lares en los pr¨®ximos 10 a?os a los granjeros estadounidenses.
'?C¨®mo pueden exportar los africanos si nuestros productos est¨¢n subvencionados? Es un esc¨¢ndalo; con una mano les damos dinero y con la otra se lo quitamos', declar¨® Bono. La Ley Agraria permitir¨¢ a Bush contar con votos potencialmente decisivos en los estados rurales para su reelecci¨®n.
O'Neill, al que acompa?an su esposa y una de sus hijas, de 39 a?os, se emociona con facilidad y se indigna ante la miseria que encuentra. De origen muy humilde (la casa de sus padres carec¨ªa de agua y de electricidad) trabaj¨® largos a?os en la empresa privada, hizo de Alcoa la primera compa?¨ªa mundial en aluminio y tiene extraordinario talento para los n¨²meros y las estad¨ªsticas; le falta, experiencia en el ¨¢mbito del desarrollo social. 'He venido a ?frica a aprender, y lo que pueda decir aqu¨ª es provisional. Tras el verano presentar¨¦ propuestas para cambiar radicalmente los mecanismos de ayuda a los pa¨ªses pobres y hacer que resulte efectiva', dijo.
La cobard¨ªa del dinero
'Las empresas africanas reciben poca inversi¨®n por falta de infraestructuras y porque el dinero, que es cobarde, a¨²n percibe muchos riesgos pol¨ªticos y sociales en el continente; eso afecta incluso a una econom¨ªa bastante desarrollada como la surafricana', dijo ayer el subsecretario del Tesoro para Asuntos Internacionales, John Taylor, durante una reuni¨®n en la Bolsa de Johannesburgo. Pero hay otro factor muy perceptible en Sur¨¢frica: las empresas soportan un alto ¨ªndice de absentismo laboral, y pierden regularmente a empleados con experiencia, a causa del sida.
Paul O'Neill y Bono quisieron visitar la f¨¢brica de Ford en Pretoria, la mayor factor¨ªa automovil¨ªstica en el hemisferio sur, con 500 empleados, para averiguar c¨®mo se gestionaba el problema del sida. 'La empresa realiza constantemente cursillos de prevenci¨®n y anima a los empleados a que se sometan de forma voluntaria, en la propia f¨¢brica, a las pruebas para comprobar si son seropositivos; tanto los resultados como el hecho de si alguien se hace o no la prueba son totalmente secretos', declar¨® Jimmy Kabola, miembro de NUMSA, el sindicato al que pertenecen todos los trabajadores de la factor¨ªa.
El seguro m¨¦dico cubre casi totalmente los gastos de los enfermos de sida, y el sindicato paga una pensi¨®n a los hu¨¦rfanos de los fallecidos. La extra?a pareja elogi¨® la pol¨ªtica de Ford en Sur¨¢frica y la cooperaci¨®n con los sindicatos para gestionar la crisis sanitaria.
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