Un tribunal nigeriano decide hoy si una mujer es lapidada
'Las piedras no deben ser ni tan grandes como para que la persona muera de una o dos pedradas, ni tampoco tan peque?as como para que no puedan ser consideradas piedras.'. El C¨®digo Penal basado en la ley de Al¨¢, la shar¨ªa (t¨¦rmino ¨¢rabe que significa 'lo que est¨¢ prescrito'), es muy espec¨ªfico respecto al tipo de piedras que hay que utilizar en una lapidaci¨®n. Ni muy grandes ni muy peque?as ser¨¢n las piedras que se lanzar¨¢n contra Amina Lawal si no prospera la apelaci¨®n de su abogado contra su condena a morir lapidada por ad¨²ltera, que el Tribunal Superior de la shar¨ªa de Funtua, en el Estado de Katsina (Nigeria), analizar¨¢ hoy.
Amina Lawal es una musulmana de 30 a?os, pobre y analfabeta, que fue sentenciada a muerte por lapidaci¨®n el pasado 22 de marzo por haber tenido un beb¨¦ cuando estaba divorciada. El embarazo fuera del matrimonio es prueba suficiente para ser acusada de adulterio, de acuerdo con el nuevo C¨®digo Penal, basado en la shar¨ªa, que se aplica en el Estado de Katsina. Amina Lawal se cas¨® a los 14 a?os y, tras su divorcio, qued¨® a cargo de sus hijos. Seg¨²n sus declaraciones a la agencia France Presse, su temor es c¨®mo va a afectar el caso a sus padres y qu¨¦ pasar¨¢ con su hija Wasila si ella es ejecutada.
Amina Lawal no tuvo abogado durante el juicio. Tras la sentencia a muerte, la organizaci¨®n nigeriana de mujeres Baobab contrat¨® a un abogado defensor, que se est¨¢ encargando de la apelaci¨®n. Amnist¨ªa Internacional hab¨ªa recogido hasta ayer por la tarde en la p¨¢gina web www.amnistiapornigeria.org 80.000 firmas para salvar a Amina Lawal de morir lapidada.
Castigos crueles
Doce estados del norte de Nigeria introdujeron en enero del a?o 2000 nuevos c¨®digos penales basados en una interpretaci¨®n fundamentalista de la shar¨ªa. Su aplicaci¨®n ha abierto la puerta a la aplicaci¨®n de la pena de muerte, la tortura y otras formas de castigo crueles, inhumanos y degradantes. Las organizaciones de mujeres y derechos humanos de Nigeria est¨¢n llamando la atenci¨®n sobre el tipo de personas a las que se les est¨¢n aplicando sentencias de lapidaci¨®n, flagelaci¨®n o amputaci¨®n de miembros. Estas asociaciones denuncian que se trata de personas pobres y normalmente mujeres.
Tanto el caso de Amina Lawal como el de Safiya Hussaini, quien se salv¨® de morir lapidada despu¨¦s de que un tribunal revocase su condena a muerte por mantener relaciones sexuales extramatrimoniales, se inscriben en el pulso entre el resurgimiento islamista en el norte de Nigeria (un 50% de la poblaci¨®n del pa¨ªs es musulmana) y la resistencia del poder federal y de los sectores cristianos y animistas (40% y 10% respectivamente).
Tal fue la tormenta pol¨ªtica que se levant¨® en Nigeria por el caso de Safiya que, una semana antes de su absoluci¨®n, el propio ministro de Justicia envi¨® un escrito a las autoridades regionales en el que declaraba que ese tipo de condenas contraven¨ªan la Constituci¨®n de Nigeria.
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