Las elecciones legislativas dejan indiferentes a los argelinos, hastiados por los problemas cotidianos
Los sondeos prev¨¦n una fuerte abstenci¨®n pese a la campa?a del presidente Buteflika
La calle reci¨¦n pavimentada y la pintura a¨²n fresca en la calzada no bastan para animar a muchos ciudadanos a acudir a las urnas. Con tan s¨®lo dos horas de agua corriente cada tres d¨ªas, una inflaci¨®n que roe el escaso poder adquisitivo, un tercio de la poblaci¨®n en paro y la violencia end¨¦mica que no cesa, los habitantes de Argel tienen demasiado problemas cotidianos para interesarse de cerca por la convocatoria, el jueves, de las segundas elecciones legislativas desde que hace diez a?os el Ej¨¦rcito interrumpi¨® un proceso electoral que hubiese dado la victoria a los islamistas.
Pasado ma?ana, casi 18 millones de argelinos que poseen carn¨¦ de elector, sobre una poblaci¨®n de 30 millones de habitantes, deber¨ªan designar a los 389 miembros de una asamblea legislativa con escasos poderes en el sistema presidencialista que impera en Argelia. Podr¨¢n elegir nada menos que entre 23 partidos y 120 listas locales independientes, aunque es probable que la mayor¨ªa parlamentaria acabe siendo similar a la actual.
La escasa asistencia de p¨²blico a los m¨ªtines, los carteles de propaganda electoral arrancados o pintarrajeados con insultos son la mejor ilustraci¨®n del desinter¨¦s, a veces incluso de la irritaci¨®n, que la cita con las urnas suscita entre buena parte de la poblaci¨®n de la capital. 'Tenemos otras cosas m¨¢s urgentes en las que pensar', afirma Ahmed, un frutero. Otros habitantes sospechan que el resultado est¨¢ decidido de antemano.
Un sondeo efectuado a principios de mes por encargo del diario independiente El Watan indica que s¨®lo el 53% de los argelinos cumplir¨¢ con su deber electoral. Pero ese porcentaje cae en picado entre los j¨®venes, los parados y en algunos barrios marginales de la capital. En las anteriores legislativas la abstenci¨®n fue del 34%.
No s¨®lo el hast¨ªo ante las dificultades de la vida diaria provoca la deserci¨®n electoral. Toda una regi¨®n, la Cabilia rebelde, pretende boicotear los comicios y algunos partidos muy implantados all¨ª y en otras zonas del pa¨ªs, como el Frente de Fuerzas Socialistas o el Reagrupamiento para la Cultura y la Democracia, han llamado al absentismo electoral. M¨¢s all¨¢ de los l¨ªmites de la Cabilia, los disturbios que se producen espor¨¢dicamente en varios lugares de la geograf¨ªa argelina pueden acabar en defecci¨®n de votantes.
Empe?ado a toda costa, en contra de la opini¨®n de buena parte de la clase pol¨ªtica, en celebrar los comicios, el presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, se ha echado al ruedo de la batalla electoral. Ha recorrido el pa¨ªs pidiendo a los argelinos que 'voten masivamente'. Buteflika aspira, probablemente, a solicitar un nuevo mandato dentro de dos a?os y considera estas elecciones como una primera vuelta de las pr¨®ximas presidenciales.
En Tlemcen, en el oeste del pa¨ªs, ha logrado movilizar a la muchedumbre. Menos rebelde que Cabilia y menos hastiada que la capital, la Argelia profunda no manifiesta el mismo rechazo a la campa?a electoral.
En Argel, las incursiones movilizadoras de Buteflika han tenido menos ¨¦xito. Con gritos de 'No al voto', 'Poder asesino' y 'Elecciones pasadas por agua pero sin agua', el presidente fue acogido por un grupo de estudiantes, la semana pasada, en el campus de la Universidad de Buzar¨¦. Diecinueve estudiantes fueron detenidos y, el domingo, con una celeridad nada habitual, un tribunal conden¨® a 2 de ellos a dos a?os de c¨¢rcel, otros 11 pasar¨¢n ocho meses entre rejas y 2 fueron puestos en libertad.
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