El candidato dolido
Oliva reprocha al partido el 'desprecio' hacia su candidatura y dice que cualquiera que gane 'ser¨¢ mejor que el PP'
Lunes, 20.30. Unos 40 socialistas, de los 490 de la agrupaci¨®n centro, se dan cita en un austero local de la calle Hernando de Zafra para o¨ªr al candidato Francisco Oliva. El p¨²blico oscila entre los 30 y los cincuenta y pico. A ojo de buen cubero, mitad hombres, mitad mujeres. Salvo un par de corbatas, todos visten de modo informal, incluso el candidato. Compa?eros de trinchera como son, se tiran m¨¢s de un cuarto de hora estrechando manos los unos a los otros. Entre las caras conocidas destacan Jos¨¦ Asenjo, Chiqui Guti¨¦rrez del ?lamo, Enrique Linde, Jaime Alonso, Josele Aguilar, Auxiliadora Almagro... Entran. Se api?an porque el local tiene pocos metros cuadrados. 'Nadie podr¨¢ decirnos que no hemos llenado', bromea un militante. Otro se preocupa de que el candidato salga en la foto flanqueado por mujeres. Estrategia para contrarrestar el efecto que pudiera tener en los electores la condici¨®n de mujer de la contrincante.
Silencio. Nadie fuma. Empieza la charla y salen los demonios internos. Se hacen reproches al partido por apostar por la secretaria provincial y candidata, Marisa Bustinduy, y despreciar a Oliva. Una actitud que Jos¨¦ Asenjo -ex vicesecretario regional- tacha de 'sectaria y excluyente'. Asenjo, encargado de presentar al candidato, hace una reflexi¨®n profunda con palabras llanas: 'El proceso de primarias es hermoso y democr¨¢tico, pero jodido dentro del partido' A tenor de la herida abierta por las primarias, su apreciaci¨®n no va descaminada. (Ayer, por ejemplo, Oliva denunci¨® ante la comisi¨®n de garant¨ªas el uso de la imagen del secretario general, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, en una foto con la delegaci¨®n de M¨¢laga en la reciente convenci¨®n del PSOE, en la que tambi¨¦n aparece la vicesecretaria regional Mar¨ªa del Mar Moreno, que Bustinduy utiliza como cartel y pegatina de su campa?a).
Aplausos y empieza Oliva. Tiene que venderse y convencer. As¨ª que tras reprochar a la ejecutiva provincial, encabezada por su contrincante, de ignorar al grupo socialista en el Ayuntamiento de M¨¢laga, del que ¨¦l es portavoz, resume los golpes m¨¢s fuertes asestados al gobierno local del PP: una denuncia que oblig¨® a dimitir a un concejal por irregularidades urban¨ªsticas, el procesamiento de otro edil popular por infidelidad en la custodia de documento y la imputaci¨®n de otra representante del Partido Popular por pagar una obra antes de que estuviera hecha. Por eso, le duele el 'desprecio' del partido. El silencio del auditorio se mantiene incluso mientras bebe agua. No es para menos. La cr¨ªtica que hace es dura. Viene a decir que se pueden evitar las primarias con el consenso, pero que dejar que se presenten varios candidatos y respaldar luego con las fuerzas org¨¢nicas a uno de ellos 'es tanto como elegir a dedo'.
Hecha la catarsis interna, llega la hora de arremeter contra los verdaderos adversarios: los populares. Oliva relata que el grupo sufri¨® 'las humillaciones' de la anterior alcaldesa, Celia Villalobos; que con el PP las viviendas de protecci¨®n oficial han ido en franco retroceso, que hay cuellos de botella en la circulaci¨®n, etc¨¦tera, etc¨¦tera. Para cargarse de raz¨®n, da cifras. Suena un m¨®vil inoportuno. El murmullo de los que se han quedado en la puerta, porque no caben, es mandado a callar por los que se apretujan dentro. Oliva sigue. Se quita y se pone las gafas varias veces. Tiene menos tics y menos flequillo que en las anteriores primarias, en las que derrot¨® a Eduardo Mart¨ªn Toval, tambi¨¦n entonces en contra del aparato del partido. Asenjo tercia y lamenta que en las primarias hayan primado las cuestiones internas m¨¢s que poner al PSOE 'en condiciones de ganar a la derecha', sobre todo, cuando del ¨¦xito de las elecciones municipales depender¨¢n las auton¨®micas y generales.
Tras media hora de exposici¨®n, Oliva recuerda que las primarias no son un plebiscito sobre Bustinduy y que cualquiera que gane, siempre ser¨¢ mejor que el PP y ocupar¨¢ la alcald¨ªa. Luego vienen cuatro preguntas. Tan diversas como si Villalobos volver¨¢ a presentarse, en qu¨¦ fall¨® el PSOE para perder el gobierno local, c¨®mo compromete el endeudamiento a la ciudad y qui¨¦n dijo que el partido no lo respalda. Pregunta esta ¨²ltima con cierre de filas en torno al candidato dolido: 'No te habr¨¢ apoyado la comisi¨®n ejecutiva provincial, pero los que hacemos el partido, s¨ª'.
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