Silencio al otro lado del paralelo 38
Corea del Norte, que en Inglaterra 66 elimin¨® a Italia y abri¨® el f¨²tbol al continente asi¨¢tico, ser¨¢ impermeable al torneo
El pa¨ªs que abri¨® el f¨²tbol al continente asi¨¢tico est¨¢ ahora en silencio, cerrado herm¨¦ticamente, convertido en una burbuja ajena al aplastante acontecimiento que se va a celebrar a su lado. A 60 kil¨®metros de Se¨²l, al norte del paralelo 38, se escuchar¨¢ con sordina el eco del Mundial. ?ltimo reducto del estalinismo y de la situaci¨®n que gener¨® la guerra fr¨ªa, Corea del Norte ha vuelto a replegarse sobre s¨ª misma tras su inclusi¨®n en la lista de pa¨ªses satanizados por el presidente Bush. Su precariedad es abrumadora: la cuarta parte de sus 22 millones de habitantes vive de la ayuda de instituciones internacionales mientras a su alrededor emergen dos colosos econ¨®micos, China y Corea del Sur.
Miles de ingleses de Middlesbrough animaron en sus partidos a los 'folcl¨®ricos' norcoreanos
El Portugal del gran Eusebio lleg¨® a ir perdiendo por tres goles en los cuartos de final
Las carencias afectan a las necesidades m¨¢s b¨¢sicas. Electricidad, como tal, s¨®lo hay en la capital, Pyong Yang, y durante dos horas. Las restricciones afectan a todos los ¨®rdenes de la vida en una sociedad impermeable a las influencias externas. No est¨¢ permitida otra televisi¨®n que la nacional, cuyo tiempo de emisi¨®n es de seis horas, entre las 17.00 y las 23.00.
En un pa¨ªs sin parab¨®licas ni Internet -prohibido tajantemente por el r¨¦gimen-, la Copa del Mundo no se juega a 60 kil¨®metros de la frontera. Se juega en Marte. Sin embargo, Corea del Norte protagoniz¨® en su d¨ªa una inolvidable proeza que figura entre las aventuras m¨¢s asombrosas del f¨²tbol. Fue precisamente en un Mundial y hasta se puede decir que sus consecuencias fueron m¨¢s all¨¢ de la leyenda rom¨¢ntica.
Fue Corea del Norte la que dio notoriedad y cr¨¦dito al f¨²tbol asi¨¢tico cuando sus selecciones ni tan siquiera ten¨ªan derecho a un torneo propio de clasificaci¨®n. Ocurri¨® en 1966: lleg¨® a Inglaterra desde ninguna parte para eliminar a Italia, clasificarse para los cuartos de final y perder por 5-3 en un memorable partido frente al Portugal del gran Eusebio.
S¨®lo hab¨ªan pasado 13 a?os del armisticio que deriv¨® en la creaci¨®n de las dos Coreas. Eran tiempos de tensi¨®n y guerra fr¨ªa, una ¨¦poca de desconocimiento de cualquier f¨²tbol que no fuera el europeo o el suramericano. Para el resto de los continentes s¨®lo hab¨ªa una plaza en la Copa del Mundo. ?frica, Asia y Ocean¨ªa estaban integradas en un grupo ¨²nico, circunstancia que provoc¨® la protesta y posteriormente el boicoteo de las selecciones africanas.
El torneo de clasificaci¨®n qued¨® reducido a las dos Coreas y Australia. En el hipertenso clima pol¨ªtico de aquellos d¨ªas, Corea del Sur puso todos los obst¨¢culos posibles para jugar contra su vecino y termin¨® por retirarse. Australia, que no manten¨ªa relaciones diplom¨¢ticas con Corea del Norte, acept¨® jugar los dos partidos de clasificaci¨®n en territorio neutral, Camboya, donde el entonces pr¨ªncipe Sihanuk orden¨® que la mitad del estadio animara a un equipo frente a la otra mitad. Corea del Norte gan¨® los dos partidos y se clasific¨® para la gran cita inglesa. Despu¨¦s, antes incluso de de convertirse en la gran noticia del torneo, la selecci¨®n ya ofici¨® como nota folcl¨®rica en el pa¨ªs que invent¨® el f¨²tbol.
La sola participaci¨®n de Corea del Norte en el Mundial de 1966 tuvo consecuencias pol¨ªticas. El Reino Unido acept¨® la presencia del equipo asi¨¢tico a pesar la falta de relaciones diplom¨¢ticas y de la tremenda presi¨®n de Corea del Sur para impedirlo. De hecho, signific¨® una especie de reconocimiento t¨¢cito de un pa¨ªs que no exist¨ªa en la pura terminolog¨ªa occidental.
Pero no import¨® que se prohibieran la bandera norcoreana y la denominaci¨®n del pa¨ªs como Rep¨²blica Popular de Corea. El intento por negar la realidad chocaba con la evidencia de lo puramente f¨ªsico: el conjunto estaba instalado en Middlesbrough, una ciudad industrial del Noreste de Inglaterra, y recib¨ªa el apoyo masivo de la gente. Miles de ingleses de aquella regi¨®n se trasladaron en tren para apoyar a Corea del Norte en los cuatro partidos que disput¨®. Perdi¨® frente a Rusia en el primero y empat¨® con Chile en el segundo. Para el tercero se reserv¨® nada menos que una victoria frente a Italia en un partido que cautiv¨® al mundo. Italia, que viv¨ªa una edad dorada de su equipos, no pudo contener el juego el¨¦ctrico de los norcoreanos, que la sorprendieron con una velocidad ins¨®lita por entonces. Aquel gol de Pak Dok It provoc¨® el asombro general y comentarios que sobrepasaron los excesos ret¨®ricos. 'La ca¨ªda de Imperio Romano no tiene comparaci¨®n con este acontecimiento', apunt¨® un periodista brit¨¢nico.
Nunca antes una selecci¨®n asi¨¢tica hab¨ªa alcanzado los cuartos de final y nunca despu¨¦s volvi¨® a suceder. Aquella eliminatoria a?adi¨® m¨¢s elementos para la leyenda. Corea del Norte se adelant¨® frente a Portugal en el primer minuto. Luego, lleg¨® el segundo gol. Pronto, el tercero. El orden futbol¨ªstico mundial se ven¨ªa abajo. Ya se ve¨ªa una semifinal Inglaterra-Corea del Norte en Wembley, pero entonces lleg¨® la tromba del fenomenal Eusebio, que gan¨® el partido por su cuenta. Anot¨® cuatro goles y dio la vuelta al resultado.
En cualquier caso, el f¨²tbol abri¨® la puerta a un nuevo continente. Nada ha sido igual desde entonces. Tampoco para la selecci¨®n norcoreana, que se volatiliz¨®. Nunca m¨¢s ha vuelto a participar en un Mundial, pero su influencia tuvo una especie de calado ¨¦pico. Hace apenas medio a?o, Dan Gordon abandon¨® su trabajo como periodista en una cadena de televisi¨®n brit¨¢nica para cumplir el sue?o de su vida: conseguir el dif¨ªcil permiso para entrar en Corea del Norte y entrevistar a los siete supervivientes del equipo que protagoniz¨® la haza?a. Tuvo diez d¨ªas, los suficientes para desmentir las historias sobre supuestas represalias a los h¨¦roes de la victoria sobre Italia. Y no s¨®lo eso. Todav¨ªa son ¨ªdolos en un pa¨ªs que estar¨¢ ciego, sordo y mudo respecto a la Copa actual, que comenzar¨¢ el viernes a un pu?ado de kil¨®metros.
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