Una moneda al aire
Los precedentes hist¨®ricos y el prolijo n¨²mero de conflictos de estos d¨ªas no invitan a mirar con optimismo a la selecci¨®n espa?ola
Aunque es un equipo con carencias indiscutibles en la defensa, Espa?a tiene a su favor un grupo sencillo y un trayecto posterior sin obst¨¢culos insalvables. Tampoco le faltan jugadores de clase, casi todos en el centro del campo y en el ataque: el tri¨¢ngulo Val¨¦ron-Ra¨²l-Trist¨¢n, Baraja... El problema es que tendr¨¢ que preocuparse demasiado de blindar a la defensa. Hierro es imprescindible, pero comienzan a pesarle los a?os, m¨¢s cuando tiene que jugar cada cuatro d¨ªas. Nadal siempre ha dependido m¨¢s de su condici¨®n f¨ªsica que de su calidad. Y parece m¨¢s r¨ªgido y lento que nunca. Tampoco hay garant¨ªas en el lateral izquierdo, extremadamente d¨¦bil. En estas condiciones, la gente que deber¨ªa proteger a Ra¨²l, Valer¨®n y Trist¨¢n tendr¨¢ que estar m¨¢s atenta a achicar agua en la defensa. Es una temible paradoja porque obligar¨¢ a los centrocampistas a un esfuerzo descomunal si quieren estar en todos los sitios. Todo esto, sin que haya demasiadas noticias sobre el modelo que seguir¨¢ el equipo. Muy a ¨²ltima hora, Camacho se ha dado cuenta de los desequilibrios en la selecci¨®n y ha apuntado algunas ideas que apenas han sido puestas en pr¨¢ctica. Si es un cambio hacia el 3-4-3 o hacia el 4-3-3, pillar¨¢ a los jugadores desprevenidos y a los t¨¦cnicos sin apenas rodaje en los nuevos entramados. A la vista de esta situaci¨®n y del ruidoso ambiente, hay todo el derecho a pensar que esta selecci¨®n es una moneda al aire.
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