Puntualizaciones del CERN

La valoraci¨®n que me merece la aprobaci¨®n en el Consejo de Ministros el 24 de mayo de un acuerdo de colaboraci¨®n entre el MCYT y el CERN para el proyecto de neutrinos al Gran Sasso es positiva.

Era necesario resolver una delicada cuesti¨®n pendiente y me he mostrado favorable a la firma del citado acuerdo. La contribuci¨®n de Espa?a a este proyecto hab¨ªa sido decidida en un consejo del CERN, celebrado en diciembre de 1999, y he entendido siempre que no respetar un acuerdo de esta naturaleza hubiera dado una imagen negativa. En mi opini¨®n, fue tal vez precipitado hacer la propuesta de participaci¨®n al proyecto CNGS en los t¨¦rminos que se hizo. El colectivo cient¨ªfico espa?ol estaba prioritariamente interesado en terminar la explotaci¨®n de los datos del programa LEP y muy atareado en hacer frente a importantes responsabilidades asumidas dentro del programa LHC. Por otra parte, la fase inicial de este proyecto, experimento OPERA, no hab¨ªa despertado grandes ilusiones en los f¨ªsicos espa?oles m¨¢s especializados en este tipo de investigaci¨®n. Aunque, en honor a la verdad, parte de la comunidad sigue cuestionando esta fase del nuevo programa del CERN, hay una segunda iniciativa, liderada por el Nobel Carlo Rubbia, experimento ICARUS, que parece m¨¢s ambiciosa y prometedora y en la que figuran f¨ªsicos del recientemente creado grupo experimental en la Universidad de Granada.

En definitiva, habr¨¢ un grupo espa?ol involucrado en este programa que rentabilizar¨¢ cient¨ªficamente la inversi¨®n comprometida. Est¨¢ previsto, por otra parte, que al menos el 50% de la contribuci¨®n se har¨¢ en equipamientos fabricados en empresas espa?olas.

En cualquier caso, lo m¨¢s relevante es que se ha solucionado un problema pendiente que pod¨ªa afectar negativamente nuestra credibilidad en el CERN y se ha impulsado la participaci¨®n de f¨ªsicos espa?oles en un nuevo programa del CERN.