La sonrisa de Diouf, el 'asesino en serie'
Hasta ayer, a El-Hadji Ousseynou Diouf, el delantero senegal¨¦s del Lens, la fama le persegu¨ªa mas que le preced¨ªa. S¨®lo los afectados por el f¨²tbol (entrenadores y expertos aficionados) o especialmente interesados (intermediarios) ten¨ªan entre sus notas a este joven delantero (21 a?os), al que medios futbol¨ªsticos franceses califican como 'asesino en serie', porque marca sus goles con una peque?a sonrisa. Falto de reconocimiento mundial, los mismos medios le califican de futbolista un tanto indisciplinado, algo que contrasta con la adoraci¨®n que siente por su seleccionador, Bruno Metsu, por haber metido en cintura a una selecci¨®n dada al conflicto y al individualismo. Por si queda alg¨²n cabo suelto en su aprendizaje profesional, Diouf anunci¨® ayer que la pr¨®xima temporada jugar¨¢ en el Liverpool, que tambi¨¦n se ha hecho con el fichaje de su compatriota Salif Diao, fornido defensor. Abst¨¦nganse pues cazatalentos, porque la pieza est¨¢ cobrada.
Diouf necesit¨® apenas diez minutos para abrirse al mundo: se fue por la banda derecha, super¨® por velocidad y habilidad al grandull¨®n Desailly, corri¨® por la l¨ªnea de fondo y efectu¨® el pase de la muerte. No fue gol, pero los ojos de los aficionados ya no le perdieron de vista. Minutos despu¨¦s, hizo lo propio con Leboeuf: jugada repetida, calcada, y entonc¨¦s s¨ª fue gol. En un santiam¨¦n, Diouf -un chico con aspecto de rapero fuera del estadio- desacredit¨® a una de las mejores defensas del mundo. Ni Leboeuf ni Desailly pudieron pararle, salvo en falta, en el mano a mano. El primero, le derrib¨® cuatro veces en la primera mitad; el segundo, una. Hasta Petit, acudi¨® en auxilio de sus compa?eros, y se llev¨® una amonestaci¨®n como castigo. Las entradas de los tres pertenec¨ªan a la categor¨ªa de la impotencia.
Diouf se define por el talento, la habilidad y la velocidad, es decir resume en s¨ª mismo la definici¨®n que ¨¦l hace de su selecci¨®n: 'la creatividad y el instinto africanos m¨¢s el rigor europeo'. El Mundial encontr¨® la primera revelaci¨®n: un chico rebelde que corre y finta como un diablo.
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