L¨ªder a carcajadas
El ex madridista Geremi, carism¨¢tico y bromista, asume con ambici¨®n la capitan¨ªa de Camer¨²n
Ahora que Geremi se fue, ?qui¨¦n har¨¢ entretenidas las sobremesas? Si en el vestuario del Madrid de los ¨²ltimos tiempos se respiraba un clima se?orial, ahora que Geremi ya no est¨¢ todo ser¨¢ un poco m¨¢s serio. Menos divertido. Parafraseando la rumba: 'Menos humano, m¨¢s raro'.
El camerun¨¦s (Bafusan, 1978) lleg¨® al Madrid en 1999 despu¨¦s de pasar por el f¨²tbol paraguayo y por el Besiktas, turco. Hace una semana fue traspasado al Chelsea, ingl¨¦s, por unos 12 millones de euros. Para ¨¦l ser¨¢ un alivio marcharse. En Madrid era un jugador acorralado por el star system. Viv¨ªa triste desde que se qued¨® fuera del equipo titular, a comienzos de la temporada, y estaba ya resignado a cumplir un papel de menor enjundia.
A veces se superpon¨ªa a Figo y no ten¨ªa ni el glamour ni eso que en el mundillo futbol¨ªstico se llama jerarqu¨ªa internacional. Una condici¨®n medio intangible que, por lo visto, es requisito madridista indispensable y que Geremi no posee a pesar de haber conseguido dos Copas de ?frica y una medalla de oro en los Juegos Ol¨ªmpicos de Sydney 2000.
Es un atleta superdotado, pero le traicionan su escaso pie, su falta de elegancia y una marcada tendencia a conducir la pelota sin pausa ni direcci¨®n. '?Qu¨¦ quiere este chico?', se pregunt¨® una vez uno de los capitanes blancos; '?pasar a trav¨¦s de los contrarios?'.
Parec¨ªa un cuerpo extra?o
Geremi parec¨ªa un cuerpo extra?o en el Madrid, pero ahora es el capit¨¢n de Camer¨²n. Carism¨¢tico, indispensable para crear cohesi¨®n en el grupo y determinante en el campo. Es el encargado de lanzar las faltas y Lauren, el ex jugador del Mallorca y hoy en las filas del Arsenal, su compa?ero en la banda derecha, le permite doblarlo con frecuencia para centrar o disparar. En la defensa tiene fondo para ir y volver durante todo el partido. Sube, rompe, baja y cierra.
El Padrino, Caracortada y 'las pel¨ªculas de mafiosos en general' sobre bandas, pandillas y pistoleros son sus preferidas. Le gusta coleccionar relojes de lujo y conducir un Mercedes. El rap es su m¨²sica preferida. Toda esta parafernalia violenta esconde un tipo cari?oso. Y, sobre todo, un optimista recalcitrante. 'Quiero ganar el Mundial', dijo hace poco; 'tenemos un equipo fuerte porque trabajamos todos. Todos somos humildes y tenemos gente que decide arriba'.
Cuando lleg¨® Zidane al Madrid, hace un a?o, la presencia del franc¨¦s resultaba inc¨®moda para muchos, en plena pretemporada en Suiza. Es un futbolista tan mitificado que hasta genera respeto y temor en sus nuevos compa?eros. Romper el hielo de la convivencia no fue, pues, f¨¢cil, pero all¨ª estaba Geremi. Hac¨ªa magia, hablaba hasta por los codos y ten¨ªa un poder de contagio extraordinario. Era el centro de las sobremesas y no ten¨ªa reparos en sentarse junto a Zidane. 'En esta mesa est¨¢n sentados los dos mejores jugadores de ?frica', dijo una vez. La carcajada fue general.
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