Trofeos generosos
En la bien presentada novillada de Jandilla, hubo de todo. Y aunque no todo fue bueno, prim¨® m¨¢s lo positivo. De los seis, el segundo fue de bandera. Incansable, encastado, tuvo son y mucha calidad. S¨®lo un defecto asom¨® en principio, su poca fuerza, aunque en el ¨²ltimo tercio se recuper¨®. Gran novillo ese segundo. Hubo otros dos, primero y sexto, que sin alcanzar el nivel del anterior tambi¨¦n fueron de nota. En este caso, esos dos novillos tuvieron un plus de nobleza superior. S¨®lo la falta de fuerza del que cerr¨® plaza hizo que se definiera de m¨¢s a menos, hasta acabar defendiendo su parcela.
Seis orejas se repartieron los novilleros, a una por novillo, y en todos los casos, excepto en el segundo, fue premio m¨¢s que generoso. Lo mejor lo firm¨® Iv¨¢n Garc¨ªa, al torear con la izquierda a su primero aunque no se prodig¨® como exig¨ªa el de Jandilla. Con el quinto estuvo vulgar.
Jandilla / Maraya, Garc¨ªa, Ram¨®n
Novillos de Jandilla, bien presentados y nobles. Juan Maraya: oreja y oreja. Iv¨¢n Garc¨ªa: oreja tras aviso y oreja. Reyes Ram¨®n: oreja y oreja tras aviso. Plaza de Castell¨®n. 1 de junio. 1? de Beneficencia. Entrada m¨ªnima.
Voluntarioso pero poco centrado y sin temple, Juan Maraya, al que sus paisanos apoyaron durante toda la tarde. Se le vio poco placeado. Por su parte, Reyes Ram¨®n, acad¨¦mico y buscando siempre la est¨¦tica, cuaj¨® dos labores serias pero sin mayor lucimiento.
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