La memoria en piedra de la batalla de Brunete
El municipio quiere restaurar las casamatas franquistas y republicanas para integrarlas en una ruta tur¨ªstica
'Cuando acab¨® la batalla, la grande, la apocal¨ªptica, los muertos estaban por todas partes. Hab¨ªa cientos, miles... Tirados en la calle... Y nosotros los pon¨ªamos en pilas de 20, de 30, les ech¨¢bamos gasolina y un poco de madera para que ardieran...'. Juan, de 84 a?os, era joven cuando el general Franco se sublev¨® en julio de 1936. Fue reclutado por los franquistas y enviado a Brunete. En este pueblo del oeste de Madrid, en julio de 1937, hace 65 a?os, se libr¨® una terrible batalla entre las tropas llamadas nacionales y las republicanas.
Pero Juan no est¨¢ solo con sus recuerdos. El Ayuntamiento ha decidido recuperar los vestigios b¨¦licos de esta batalla que s¨®lo dej¨® en pie la iglesia y a unos pocos supervivientes con la memoria rota. Se trata de hacer visitables, dentro de una ruta ecol¨®gica, algunas de las 14 casamatas que quedan dispersas por todo el municipio y que fotografi¨® Robert Capa durante la contienda.'El objetivo es que los fortines se conviertan en recuerdo de algo que nunca deber¨ªa haber sucedido y que nunca debe volver a suceder', explica el alcalde, F¨¦lix Gavilanes (PP). Gavilanes tiene presente c¨®mo su padre, al igual que todos los habitantes del municipio, tuvo que dejar su pueblo natal hasta que fue reconstruido en los a?os cuarenta por la extinta Direcci¨®n General de Regiones Devastadas.
'El objetivo es que los fortines se conviertan en recuerdo de algo que no deber¨ªa haber sucedido', dice el alcalde, del PP
Brunete sigue de esta forma la iniciativa del municipio de Arganda del Rey -testigo de la afamada batalla del Jarama, donde en febrero de 1937 se enfrentaron las tropas republicanas con las franquistas que intentaban tomar Madrid- que quiere construir monumentos de paz en los fortines, fortificaciones, trincheras, nidos de ametralladoras y b¨²nkeres que a¨²n quedan del conflicto fratricida. Pero si Arganda ha pedido a la Consejer¨ªa de las Artes que declare todos los restos como bien de inter¨¦s cultural, Brunete ha tomado las riendas en el Plan General de Ordenaci¨®n Urbana y ha catalogado los fortines como bienes protegidos.
Ahora, el servicio municipal de limpieza se tendr¨¢ que poner manos a la obra y limpiar los restos que se han ido acumulando en las casamatas y en las galer¨ªas que los un¨ªan. Los alumnos de la escuela taller dar¨¢n el siguiente paso: su restauraci¨®n.
De momento, tres aficionados al estudio de la guerra civil -Manuel Monterde, Jes¨²s Ortega y Roberto S¨¢nchez- se han puesto a catalogar los fortines y a sopesar cu¨¢les pueden ser m¨¢s f¨¢cilmente recuperables, ya que algunos est¨¢n en parcelas privadas y de otros tan s¨®lo quedan los cimientos. De hecho, fueron ellos quienes se dirigieron al Ayuntamiento para intentar hacer algo con los restos 'de una batalla en la que murieron m¨¢s de 35.000 personas', seg¨²n Monterde.
Los fortines que a¨²n quedan, esparcidos a ambos lados de la M-600, en la antigua carretera 501, fueron levantados por contendientes de ambos bandos. Y se puede deducir a simple vista d¨®nde se guarecieron unos y otros. Los nacionales son m¨¢s compactos, de hormig¨®n armado sobre una estructura met¨¢lica en forma de cruz griega, y suelen estar conectados por t¨²neles entre s¨ª. Los republicanos son mucho m¨¢s precarios, 'm¨¢s artesanales', explica S¨¢nchez. Y precisa: 'Se ve que empleaban el material que encontraban: piedras, ladrillos, cascotes. Es normal, porque los ingenieros y profesionales se quedaron con los nacionales'.
'Si le digo la verdad, a m¨ª me hace m¨¢s ilusi¨®n el nuevo colegio o que el municipio llegue a tener tren que recuperar los fortines, porque la batalla de Brunete no fue nada agradable para los habitantes', admite el alcalde. 'S¨®lo hay una cosa que me hace ilusi¨®n: hace a?os, cuando hablabas de este pueblo, te dec¨ªan: 'Ah, s¨ª, donde muri¨® tanta gente'. Y hoy, esto ya no sucede, afortunadamente', asegura.
Aun as¨ª, Gavilanes no ha podido evitar que el proyecto haya levantado la curiosidad y provocado el recuerdo de los que directa o indirectamente fueron v¨ªctimas de la contienda. 'Fui un soldado que pas¨® all¨ª muy malas horas, muy malos meses, y me parece muy bien que no se olvide, que sepan lo que pasamos los combatientes de uno y otro lado', dice Juan, sorprendido todav¨ªa de que sobre las ruinas que dej¨® la guerra se haya vuelto a levantar un pueblo. 'Cuando yo estuve en 1938 no hab¨ªa nada. No quedaba casa sobre casa. Tan s¨®lo parte del cementerio, donde, se lo juro de verdad, ten¨ªamos que sacar a los muertos para utilizar las fosas como trincheras', cuenta este testigo de una de las m¨¢s dolorosas batallas de la guerra civil.
Tras la pista de un hermano muerto
'Por desgracia, el d¨ªa de Santiago de 1937 muri¨® un hermano m¨ªo en este frente [Brunete]. Viniendo en el tren de Madrid hab¨ªa dos se?ores comentando que a uno de ellos tambi¨¦n le hab¨ªan matado a un hermano. Contaba que hab¨ªan enterrado a todos los muertos en fosas comunes. Y comprendo que sea as¨ª'. Con estas palabras se dirige una se?ora de 79 a?os a F¨¦lix Gavilanes, alcalde de este municipio de 7.000 habitantes, para pedirle pistas sobre su hermano. 'Perd¨®neme mi atrevimiento, pero desear¨ªa tanto poder saber algo... Si tengo la suerte de saber d¨®nde descansa, morir¨ªa m¨¢s tranquila', dice la mujer en una carta escrita a mano.
No es la primera consulta que recibe el Consistorio de un particular que busca alg¨²n rastro de alg¨²n familiar fallecido hace m¨¢s de 65 a?os. 'Estamos acostumbrados a que nos escriban historiadores, curiosos o los propios familiares para pedirnos informaci¨®n sobre la batalla o sobre alguno de los familiares que desaparecieron', aseguran fuentes del Ayuntamiento de Brunete.
Un ciudadano suizo se dirigi¨® el pasado noviembre al alcalde para intentar localizar el cuerpo de un antepasado gallego suyo en el cementerio de la localidad. Tan s¨®lo ten¨ªa un parte de bajas archivado en ?vila, donde constaba que su pariente 'fue herido de bala en la cabeza en un hecho de armas ocurrido el 25 de julio de 1937 en el puente de Brunete'. Seg¨²n sus noticias, su familiar falleci¨® en la localidad, pero no ten¨ªa constancia. 'Tampoco se ha podido confirmar el rumor de que sus restos podr¨ªan estar en la bas¨ªlica del Valle de los Ca¨ªdos porque los servicios centrales de Patrimonio Nacional no han encontrado documentaci¨®n alguna', explica el regidor.
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