El Parlamento italiano aprueba una ley que crea el delito de inmigraci¨®n clandestina

La nueva ley de inmigraci¨®n italiana, destinada a dificultar al m¨¢ximo la entrada ilegal de extranjeros, fue aprobada ayer en el Congreso por 279 votos contra 203, y una sola abstenci¨®n, en medio de la airada protesta de la oposici¨®n. El Olivo calific¨® el texto -que tendr¨¢ que obtener a¨²n la luz verde del Senado- de 'manifiesto del nuevo racismo y del odio social', en palabras de Luciano Violante, portavoz de los Dem¨®cratas de Izquierda. La ley crea el delito de inmigraci¨®n clandestina y prev¨¦ que se tomen obligatoriamente las huellas digitales a los inmigrantes legales.

El texto recoge las propuestas de la Liga Norte, el grupo que basa su ideario actual en la guerra a la inmigraci¨®n, y que ayer salud¨® la nueva ley como una 'victoria pol¨ªtica' propia.

Italia se adecua con una nueva ley al nuevo clima europeo de preocupaci¨®n por la inmigraci¨®n incontrolada, calificado por las autoridades comunitarias como el mayor problema al que debe hacer frente la Uni¨®n Europea. S¨®lo que el rigor y severidad que adopta el Gobierno de Silvio Berlusconi parece dirigido, sobre todo, a poner freno al descontento de amplios sectores de la poblaci¨®n obsesionados con el aumento de la delincuencia, que las estad¨ªsticas ligan a la presencia de centenares de miles de 'extracomunitarios' sin permiso de residencia, obligados a enrolarse en las redes mafiosas para sobrevivir.

La oposici¨®n considera, sin embargo, que el nuevo texto, tildado de 'racista', lejos de frenar la entrada clandestina de inmigrantes, la har¨¢ m¨¢s f¨¢cil al distraer a la polic¨ªa con nuevas tareas como la toma de las huellas digitales a los inmigrantes legales y la expulsi¨®n de los extranjeros que entraron de forma irregular.

Francesco Rutelli, l¨ªder de La Margarita que agrupa a los centristas de El Olivo, reclam¨® del Ejecutivo el compromiso de introducir la obligaci¨®n de tomar las huellas digitales al conjunto de los italianos, tal y como preve¨ªa ya una ley aprobada por el Gobierno de El Olivo.

Tanto los diputados de Los Verdes como los comunistas del Partido de los Comunistas Italianos consideraron 'repugnante' la ley, entre otras cosas, por esta discriminaci¨®n en las medidas de identificaci¨®n policial.

Todo apunta a que la nueva ley responde por completo a las aspiraciones de la ex separatista Liga Norte. Una idea del esp¨ªritu que anima a la Liga la dio el portavoz liguista en el Congreso, Alessandro C¨¨, quien dirigi¨¦ndose a la izquierda, declar¨®: 'Odia a los italianos, a las familias, a las que han arrebatado las casas para favorecer a los extracomunitarios. La nuestra es una victoria pol¨ªtica contra vuestros planes diab¨®licos'.

Medidas severas

Umberto Bossi, l¨ªder liguista se apunt¨® tambi¨¦n el '¨¦xito' de la ley, mientras Gianfranco Fini, vicepresidente del Gobierno neg¨® que pueda calific¨¢rsela de 'xen¨®foba'. 'La ley conjuga el rigor contra los clandestinos con una obligada solidaridad hacia los que vienen a Italia a trabajar y se integra en nuestra sociedad'.

El nuevo texto, conocido con el nombre de sus dos principales art¨ªfices, Bossi-Fini, (Umberto Bossi, l¨ªder de la Liga, y Gianfranco Fini, l¨ªder del posfascista Alianza Nacional), contempla medidas severas contra los inmigrantes clandestinos que se arriesgar¨¢n a cumplir de uno a cuatro a?os de c¨¢rcel si son detenidos en suelo italiano despu¨¦s de haber sido expulsados ya una vez del pa¨ªs, y endurece las penas contra los traficantes de clandestinos.

La ley dificulta tambi¨¦n la posici¨®n de los trabajadores extranjeros legalmente establecidos porque recorta la validez del permiso de estancia, que deber¨¢ renovarse cada dos a?os y no cada tres como ocurr¨ªa ahora y exige un a?o m¨¢s de estancia (ahora se requer¨ªan cinco) para obtener el permiso de residencia definitivo en el pa¨ªs. Las cosas se ponen complicadas tambi¨¦n para los inmigrantes con un trabajo en regla que pueden ser expulsados, aun con el permiso de estancia vigente, si pierden el empleo.

El Gobierno italiano decidir¨¢ anualmente el n¨²mero de inmigrantes que son autorizados a entrar en el pa¨ªs, y las embajadas, en colaboraci¨®n con oficinas territoriales, se ocupar¨¢n de satisfacer la demanda de mano de obra extranjera, que planteen las familias y empresas italianas. Uno de los puntos que m¨¢s debate ha provocado dentro de la propia coalici¨®n de Gobierno ha sido el alcance de las medidas de regularizaci¨®n que acompa?ar¨¢n a la ley.

Mientras los dos partidos centristas del Gobierno de Berlusconi hab¨ªan propuesto la regularizaci¨®n de todos los inmigrantes que trabajan en negro en Italia, la Liga Norte dio la batalla por limitar la medida de gracia a las trabajadoras dom¨¦sticas y a los asistentes que cuidan ancianos y enfermos en el pa¨ªs. En estos momentos, en Italia hay 1,2 millones de trabajadores extranjeros en regla, pero la cifra de inmigrantes sin papeles se sit¨²a entre los 300.000 y el medio mill¨®n de personas.