?Por qu¨¦?
?Qui¨¦n es el responsable de la corrida? El presidente. ?D¨®nde est¨¢? En el palco. ?C¨®mo se llama? Don Jos¨¦ Manuel S¨¢nchez Garc¨ªa. Pues este se?or hurt¨® a los espectadores la integridad del espect¨¢culo, puso en serio peligro el f¨ªsico de los toreros y benefici¨® a la empresa. ?Por qu¨¦? Que se lo pregunten al ministro del Interior, que es su jefe.
Llovi¨® durante toda la tarde, arreci¨® media hora antes del festejo y el agua ca¨ªa torrencialmente a las siete en punto, cuando, inexplicablemente, sonaron clarines y timbales indicando el comienzo del festejo.
El ruedo era una aut¨¦ntica piscina llena de agua y fango, el p¨²blico se guarec¨ªa como pod¨ªa de la lluvia y muchos protestaban con gritos tales como 'sinverg¨¹enza, sinverg¨¹enza' y 'fuera del palco'. A la gente no le gusta que le tomen el pelo... Pues el del palco, como el que oye llover, que ¨¦l s¨ª pod¨ªa o¨ªr, pero no se mojaba, porque el tal palco est¨¢ resguardado. Lista que es la autoridad.
Escolar / Meca, Higares, Ramos
Toros de Jos¨¦ Escolar, bien presentados, astifinos, fibrosos, que desarrollaron genio y agresividad en todos los tercios; s¨®lo el 6? fue bravo en el caballo y noble en la muleta. Fern¨¢ndez Meca: estocada (silencio); dos pinchazos, casi entera y un descabello (silencio). ?scar Higares: dos pinchazos y estocada (silencio); estocada contraria, nueve descabellos -aviso- y seis descabellos (pitos). Jos¨¦ Ignacio Ramos: pinchazo, estocada atravesada, dos pinchazos y un descabello (pitos); estocada baja y dos descabellos (leve petici¨®n y gran ovaci¨®n). Plaza de Las Ventas, 6 de junio. 23? corrida de feria. Casi lleno.
A los espectadores se les hurt¨® la corrida porque no es posible un desarrollo normal de la misma en un barrizal, con los toreros preocupados por mantener la verticalidad, y con at¨ªpicas reacciones de los toros.
A los toreros se les puso en serio peligro porque all¨ª no se pod¨ªa torear. Es m¨¢s, intentar hacerlo era una aut¨¦ntica temeridad. Si no lleg¨® la cornada fue por un verdadero milagro.
Adem¨¢s, lo que hab¨ªa en los corrales no era precisamente un encierro de toros artistas, sino seis ejemplares de una ganader¨ªa considerada dura y que, como despu¨¦s se comprob¨®, desarrollaron peligro, genio y agresividad.
El se?or del palco puede argumentar que los toreros quer¨ªan torear. Cre¨ªble, pero inaceptable. Los tres carecen de contratos y para dos de ellos era su ¨²nica oportunidad en la feria. Pero para eso est¨¢ el se?or del palco, para evitar que las necesidades se tornen en tragedia.
Y la ¨²nica beneficiada, la empresa. Curioso.
Si se suspende la corrida, la empresa s¨®lo cobra el seguro, que es una cantidad muy inferior a lo que entra por taquilla. Si no se suspende, los beneficios son altos porque el papel est¨¢ vendido y la terna es barata.
?Por qu¨¦ no se suspendi¨® el festejo? Un misterio.
?Qui¨¦n se atreve ahora a enjuiciar a tres toreros que pasaron un aut¨¦ntico quinario delante de unos toros de mala condici¨®n y en un piso enfangado hasta los tobillos?
Si ellos dieron su conformidad para la celebraci¨®n de la corrida, en su ingenuidad llevan la penitencia. El triunfo era pr¨¢cticamente imposible.
Fern¨¢ndez Meca lidi¨® a su primero mientras ca¨ªda el diluvio universal. Bastante hizo con sortear sus peligrosas coladas; y el quinto no ten¨ªa un pase, con la cara por las nubes en todo momento.
Higares dio un mitin con el descabello, pero se mostr¨® m¨¢s decidido que en su actuaci¨®n anterior. Y Ramos banderille¨® bien a sus dos toros, nada pudo hacer ante su violento primero y arranc¨® muletazos muy estimables al sexto, el ¨²nico que embisti¨® a la muleta. Antes lo hab¨ªa toreado con mucho garbo por ver¨®nicas y en un buen quite por chicuelinas.
En el tercer toro dej¨® de llover; a las nueve sali¨® el sol y se hizo presente un fr¨ªo helador. El enga?o se hab¨ªa consumado. ?Por qu¨¦? Que se lo pregunten al ministro.
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