Sinfon¨ªa pastoral
Igual no hac¨ªa falta ni leerse la archifamosa pastoral de los obispos. Quiero decir para parecer un reba?o, porque eso es lo peor. Si ya es malo que a los prelados les d¨¦ igual que ETA y Batasuna puedan ser la misma cosa y que piensen en los presos como en las ¨²nicas v¨ªctimas de un conflicto en el que creen con una fuerza y fe m¨¢s propias del Concilio de Trento, todav¨ªa es m¨¢s grave que les hagamos caso. Bien mirado, se trata de un escrito firmado por dos contribuyentes y un tal Bl¨¢zquez, como le denomin¨® con todo el desprecio que pudo Arzalluz cuando le nombraron pastor de la di¨®cesis vizca¨ªna; cuando nombraron al tal Bl¨¢zquez, claro, porque Arzalluz ya era el Papa que es. Resulta de lo m¨¢s extra?o, por no decir sospechoso, que se conceda m¨¢s importancia a sendos papeles firmados por tres obispos y por trescientos y pico curas que a uno que hubieran suscrito los peluqueros, ?ay F¨ªgaro!, que para algo son m¨¢s y tambi¨¦n est¨¢n en contacto con el cliente haciendo muchas veces de aut¨¦nticos confesores o, cuando menos, de depositarios de las confidencias de quienes se vienen a cortar el pelo, sustancia tan importante o m¨¢s que algunas conciencias, ya que al menos crece.
Porque la de los curas es otra. En perfecto acto de obediencia, se han apresurado a echar su cuarto a espadas. No parece sino que el reloj corra hacia atr¨¢s y nos hallemos devueltos a la ¨¦poca carlista cuando las sotanas se volv¨ªan trabucaires y predicaban lo m¨¢s retr¨®grado a fin de que no pudiera darse la sociedad de ciudadanos capaces de gobernarse por s¨ª mismos. S¨®lo han faltado en la pastoral obispal y en la ep¨ªstola de los abates la consideraci¨®n de la Ley de Partidos como un producto demon¨ªaco, y la amenaza del fuego del Infierno contra quien no se sienta nacionalista para completar el cuadro o, como quien dice, la vieja estampa. De hecho, se echa mucho de menos la presencia del viejo Sat¨¢n pinchando con el sarde en el culo a los tibios y trag¨¢ndose con las fauces a los retardatarios mientras llora con rabia la p¨¦rdida de los militantes de Batasuna a quienes ya tendr¨ªa en el bote -su bote de Pedro Botero- de no haber tanta intercesi¨®n episcopal. Porque lo ocurrido pone de manifiesto que el PNV, como cabeza visible de la Iglesia -digo, del nacionalismo-, sue?a con el regreso a una sociedad estamental.
Lo ha confesado Ibarretxe: lo que piensan los curas es lo que piensa la mayor¨ªa de los vascos y vascas, sin darse cuenta de con eso podr¨ªa estar quit¨¢ndose argumentos a favor de la Sagrada Consulta, porque si lo que piensan los curas es lo que piensan los vascos bastar¨ªa con ir a misa no solo para resolver el Gran Examen sino para que las vascas/cos y los vascos/cas pudieran ir sabiendo lo que pensaban en cada momento. Resulta que el misterio de la Consulta va a ser como el de la Trinidad, ya que uno es tres, tres uno y tres en uno, porque tambi¨¦n lubrica y quita la ro?a. Al parecer, se est¨¢ tratando de mantener a la grey, llamada tambi¨¦n pueblo -pero ya no llano o vasallo, como en el Antiguo R¨¦gimen, sino vasco-, en una suerte de minor¨ªa de edad, puesto que ya no va a valer lo que exprese en las urnas si no es como gran coartada peri¨®dica; vamos, que s¨®lo va a contar su opini¨®n en la medida en que refrende a los hechiceros de la tribu en su puesto. Por lo dem¨¢s, lo que pudiera decir en concreto, o sea, en el matiz, no contar¨ªa para nada.
Con un pueblo minorizado s¨®lo hay que reforzar los otros dos estamentos, la nobleza, que s¨®lo se adquiere mediante larga militancia en el Partido, a falta de conseguirla cabalgando en las campa?as contra el infiel -aunque todo est¨¢ por ver ya que ah¨ª est¨¢n los ac¨®litos de Batasuna-, y una curia devuelta al respeto del palio y de la palabra de Dios, aunque s¨®lo sea la de Arzalluz, para conseguir la copia perfecta de los tiempos del Rey Sol, por lo menos. En realidad ?para qu¨¦ queremos cosas como una sociedad civil, un Estado de derecho, una autonom¨ªa de conciencia y un tonto laicismo si no llevan a ninguna parte? Con lo bien que se vive diciendo a todo am¨¦n y estando en misa y repicando... Casi hasta le voy a cambiar el t¨ªtulo a la columna porque se lo he robado a Beethoven y, como todo el mundo sabe, Beethoven era un maldito defensor de los valores republicanos.
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