La gran tormenta de Arenas

And¨¢bamos los progresistas preocupados porque no encontr¨¢bamos el detonante de una respuesta con contundencia a la pol¨ªtica del PP. Los desmanes del Gobierno de Aznar en su pol¨ªtica fiscal, beneficiando siempre a las rentas del capital en perjuicio del conjunto de los asalariados, se maquillan con la reducci¨®n de unos euros en la declaraci¨®n del IRPF, mientras suben de forma dr¨¢stica los impuestos indirectos.

El fracaso de la pol¨ªtica de inmigraci¨®n y de la Ley -segunda- que promulg¨® el PP, se intenta apagar por la criminalizaci¨®n de los inmigrantes a trav¨¦s de datos estad¨ªsticos que se han sabido falsos.

La arrogancia del Gobierno, imponiendo una Ley de Universidades contra toda la comunidad educativa, se camufla tras el fracaso de la modernizaci¨®n de las Universidades y sin decir que ese fracaso es consecuencia de una pol¨ªtica err¨¢tica del Gobierno en los ¨²ltimos seis a?os.

El fracaso de la pol¨ªtica alimentaria, en la defensa de nuestros sectores pesqueros o agr¨ªcolas; el fracaso de la pol¨ªtica hidr¨¢ulica; la propia vertebraci¨®n del estado de las autonom¨ªas, la pol¨ªtica sanitaria... todo se intenta ocultar tras las peque?as pantallas de los est¨®magos agradecidos, en un ejercicio sin precedentes de censura y manipulaci¨®n.

Pues bien, en este clima y ante la impotencia de la izquierda de no acertar nunca en la estrategia, 'Arenas desat¨® la tormenta' y metiendo la mano en el avispero del desempleo, ha puesto al PP de Andaluc¨ªa en una situaci¨®n sin precedentes. Bueno s¨ª, con un precedente: la situaci¨®n de la UCD del 143.

Si el secretario general del PP hubiera sido de otra tierra, los andaluces posiblemente tampoco le perdonar¨ªan, como no perdonaron a Mart¨ªn Villa, ni al propio Su¨¢rez (Gonz¨¢lez); ni perdonar¨¢n a Aparicio, ni a Aznar... pero tendr¨ªan la atenuante de desconocimiento.

Pero Arenas sabe la fibra que est¨¢ tocando con el recorte del subsidio de desempleo y el PER en Andaluc¨ªa. Sabe que los recortes perjudicar¨¢n a las familias m¨¢s d¨¦biles, a los pueblos con m¨¢s parados, a los comercios m¨¢s peque?os, al polvero m¨¢s humilde, al trabajador de su pueblo de Olvera ...

Lo hace con premeditaci¨®n y alevos¨ªa. Y por rencor, que es el ¨²ltimo est¨ªmulo que deber¨ªa mover a un responsable pol¨ªtico. Lo hace da?ando, tal vez conscientemente, la imagen de su partido en Andaluc¨ªa, como si ya no tuviera bastante con sus l¨ªderes locales, provinciales y regionales.

'La tormenta de Arenas' debiera servir al menos para despertar el esp¨ªritu de Clavero en el PP. Lo de Pimentel no es suficiente. ?l ya est¨¢ fuera. Hace falta el gesto de un partido que, a trav¨¦s de alg¨²n andaluz de su Gobierno, reconcilie a la derecha con Andaluc¨ªa. Creo, sinceramente, que eso es mucho esperar de una gente tan subida a la parra.

Mal le ir¨¢ a Andaluc¨ªa y a Espa?a entera con la reforma aprobada por medio del decretazo. Pero, al menos, est¨¢ sirviendo para poner en evidencia la prepotencia de un partido, el PP, que representa a la derecha de toda la vida. Ahora se ve con mayor nitidez el enga?o de la pol¨ªtica de impuestos, las diferencias de un d¨ªa a otro en el costo de la 'bolsa de los garbanzos' (que dir¨ªa Fraga), el rostro del nacional-catolicismo en la pol¨ªtica educativa.

Parad¨®jicamente, 'la tormenta de Arenas' nos ha abierto los ojos.