Valer¨®n ya no se ve imprescindible
A fuerza de colocarle fuera de su lugar, Camacho abruma al media punta del Deportivo
- Casillas. Apenas tuvo que intervenir. Respondi¨® con los reflejos de costumbre al remate de Arce que precedi¨® al gol paraguayo. Sin embargo, despej¨® la pelota hacia el medio y no hacia un lado como procede en estos casos. Se equivoc¨® en un centro alto que le pill¨® a medio camino en la salida y que estuvo a punto de convertirse en otro tanto. En el segundo tiempo desactiv¨® los pocos centros que le enviaron.
- Puyol. No encuentra el punto a su juego. Su vigor es indiscutible, pero parece m¨¢s vulnerable defensivamente de lo que se preve¨ªa. Su contribuci¨®n tendr¨¢ que mejorar porque su velocidad resulta esencial en una defensa lenta.
- Hierro. Los recursos est¨¢n, pero su falta de velocidad es un problema. Santa Cruz estuvo a punto de aprovecharse de ello en una jugada en la que el central arranc¨® con toda la ventaja. Necesitar¨¢ a Puyol para corregir este tipo de situaciones.
- Nadal. Mejor¨® su actuaci¨®n con respecto al primer partido. Especialmente, porque Paraguay abus¨® de los pelotazos frontales. Y ah¨ª mantiene su vigencia. Pero su lentitud y su falta de cintura son demasiado evidentes.
- Juanfran. Su entusiasta actuaci¨®n estuvo contrarrestada por las graves limitaciones t¨¦cnicas que tiene. Colabor¨® en el despliegue de ataque, pero sin ninguna claridad. No se encontr¨® con especiales preocupaciones defensivas. Arce llegaba desde demasiado lejos.
- Luis Enrique. Tal y como se han puesto las cosas, tendr¨¢ que pelear la titularidad con Valer¨®n. En la banda derecha no funciona. No logra desbordar casi nunca. Es evidente que su posici¨®n est¨¢ en la media punta, donde su f¨²tbol es infinitamente m¨¢s expansivo.
- Baraja. Le sucedi¨® lo mismo que en el primer partido: no es un medio centro puro. Cumple con sus obligaciones abnegadamente, pero ni es un especialista defensivo ni un distribuidor natural. Lo suyo es otra cosa: lo que hizo en el segundo tiempo. Se descolg¨® de Helguera y estuvo activo en las jugadas de ataque.
- Valer¨®n. A fuerza de colocarle fuera de su sitio, Camacho le est¨¢ abrumando con tareas que no puede y no sabe abarcar. Esto le ha hecho perder confianza porque ya no se siente imprescindible. Lo m¨¢s probable es que regrese a la media punta, donde su contribuci¨®n puede ser capital si recupera la fe en sus posibilidades.
- De Pedro. Su pie izquierdo funciona mejor que nunca. Quiz¨¢ no alcanz¨® el nivel que demostr¨® frente a Eslovenia, pero colabor¨® con eficacia en la construcci¨®n del juego y dio algunas muestras de su precisi¨®n en los centros. De uno de ellos lleg¨® el segundo gol, aunque con la inestimable ayuda de Chilavert.
- Ra¨²l. El mejor. Su presencia fue constante durante todo el encuentro y sobre todo cuando peor pintaban las cosas. Remat¨® m¨¢s que nadie, protagoniz¨® la jugada del penalti, ayud¨® al medio campo y persigui¨® a los defensas como si le fuera la vida. Su nivel de atenci¨®n es inigualable.
- Trist¨¢n. Todo lo contrario que Ra¨²l. Nunca estuvo cuando se le necesit¨®. Desapareci¨® del partido de forma flagrante: ning¨²n remate, ninguna jugada, ning¨²n intento de desestabilizar a los centrales. Su destino es el banco.
- Morientes. Un caso a analizar. Despu¨¦s de dos a?os en los que ha jugado sin confianza y energ¨ªa, su prestaci¨®n ha sido decisiva en los dos partidos. Por fin, es el delantero potente y goleador que parec¨ªa perdido para la causa. Su titularidad ya no se discute.
- Helguera. No hizo nada especial. Sin embargo, su entrada fue decisiva para el buen orden del equipo, que se sinti¨® m¨¢s sostenido en el medio campo. En contra de lo que hace en el Madrid, jug¨® como medio centro, liberando a Baraja. Eso le obliga a no caer en su tendencia al descontrol.
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