Turbulencias musicales en Internet
Graves turbulencias zarandean a los grandes protagonistas de la m¨²sica en Internet. Los intentos de las multinacionales discogr¨¢ficas de organizar la venta de m¨²sica en la Red desde sus propios portales o servicios (MusicNet o Pressplay) no cuajan. En el otro frente, los sitios de intercambio gratuito de m¨²sica albergan millones de usuarios, pero apenas tienen ingresos y algunos se han quedado incluso sin dinero para pagar a los abogados.
Despu¨¦s de 10 a?os de crecimiento del negocio musical, en 2001 las ventas de discos bajaron un 5%, y este a?o se espera un declive del 12%. La industria est¨¢ convencida de que la explicaci¨®n est¨¢ tanto en la pirater¨ªa de los CD como en el tr¨¢fico gratuito por Internet.
En siete meses, el n¨²mero de clientes en Europa de sitios comerciales de descarga de m¨²sica ha ca¨ªdo un 45%. El canje gratuito ha crecido un 59%
El pasado lunes, Napster presentaba suspensi¨®n de pagos, una maniobra previa a su total adquisici¨®n por el grupo Bertelsmann (BMG). Hace menos de dos a?os ten¨ªa 60 millones de amigos descargando m¨²sica gratuita desde su panza. Pero en julio de 2001 cerr¨®, acosado judicialmente, a la espera de lanzar un servicio de m¨²sica de pago del que todav¨ªa no se sabe nada. La asociaci¨®n norteamericana de las multinacionales discogr¨¢ficas (RIAA) y grupos como Mettalica lo acusaban en los tribunales de pirater¨ªa. Aquel cierre fue su primera victoria. Y esperan otras. La RIAA tiene casos abiertos contra Grokster, Kazaa, Morpheus, StreamCast y Audiogalaxy, que entr¨® en esta temida lista negra el pasado mes. El que se salva, por ahora, es Gnutella, dif¨ªcil de perseguir por su sistema t¨¦cnico altamente descentralizado.
Todos son herederos de Napster. Todos trabajan con variantes de la tecnolog¨ªa peer to peer (P2P, entre pares): el internauta se descarga su programa y cuando busca una canci¨®n concreta se despliega la lista de otros internautas que la tienen en su ordenador. Se pincha en el archivo del donante que parece m¨¢s propicio -por ejemplo, porque tiene banda ancha- y se descarga en la m¨¢quina del peticionario. Desde aquel momento, ¨¦ste tambi¨¦n estar¨¢ en la lista, haci¨¦ndola crecer, multiplicarse. Todos estos sitios argumentan que en este intercambio entre colegas no hay pirater¨ªa porque nadie vende ni compra nada. Pero las discogr¨¢ficas alegan que es un tr¨¢fico ilegal porque nadie paga derechos.
Rendici¨®n
Algunos de estos sitios pueden morir de ¨¦xito. Tienen muchos usuarios, pero las colectas son miserables. Tanto es as¨ª que las compa?¨ªas que sostienen Kazaa y StremCast han anunciado que no pueden pagar las dietas de los abogados. Kazaa est¨¢ a la espera de ser juzgada en rebeld¨ªa. 'Las querellas han puesto a la compa?¨ªa fuera del negocio. Hemos preguntado a los demandantes las condiciones de la rendici¨®n', aseguraba a la revista digital Cnet un portavoz de la empresa holandesa que est¨¢ buscando f¨®rmulas de supervivencia que han irritado a su gente.
Un paso ha sido abrir un sistema de venta de resultados de b¨²squeda. Por ejemplo, si la discogr¨¢fica de Britney Spears compra la frase 'I love rock and roll', el internauta que busque este tema... se encontrar¨¢ al principio con un enlace a la canci¨®n y la opci¨®n de comprar este archivo o el CD. Kevin Bermeister, principal directivo de la compa?¨ªa que lleva esta campa?a, espera que f¨®rmulas como ¨¦sta puedan convencer a la industria del entretenimiento de que el P2P puede funcionar. 'Los ejecutivos de las casas de discos tienen miedo de hacer algo nuevo porque sus abogados los tienen cogidos por el cuello', asegur¨® a la revista digital Wired.
El invento m¨¢s terrible fue incluir en la descarga de Kazaa un programa que se instalaba en el ordenador del internauta y abr¨ªa una puerta trasera a la compa?¨ªa que lo gestionaba, Brilliant, para alquilar a terceros el espacio libre del disco duro. Con cientos de miles de ordenadores a su alcance, pod¨ªa usarlos, un caso, para tareas de computaci¨®n distribuida. Las quejas por esta red oculta llegaron tan alto que Brilliant ha prometido no activar el programa sin el permiso expreso del propietario del ordenador. En represalia, un hacker ruso ya hab¨ªa creado un programa con las mismas prestaciones que Kazaa, pero sin el software esp¨ªa, el KazaaLite.
En noviembre del a?o pasado, usuarios de un sitio hermano, Audiogalaxy, detectaron otro programa esp¨ªa que permit¨ªa a su propietario recibir los datos de navegaci¨®n del internauta. En este caso, parece ser, el responsable no era Audiogalaxy, sino una compa?¨ªa publicitaria que lo hab¨ªa incrustado en su banner (anuncio en l¨ªnea). Estuvo activo una treintena de d¨ªas. Pero tambi¨¦n entonces un hacker hab¨ªa replicado con otro audiogalaxy sin esp¨ªas.
La ¨²ltima desgracia ha sido la detecci¨®n de virus da?inos que viajan con algunos de los archivos que se descargan de Kazaa sin saber de d¨®nde vienen, lo que extiende una sensaci¨®n de inseguridad en los usuarios.
Pero las multinacionales discogr¨¢ficas, a pesar de sus victorias en los tribunales no pueden dormir tranquilas. Los sitios gratuitos se multiplican, y sus iniciativas de pago no prosperan. Seg¨²n Jupiter MMXI, entre noviembre de 2001 y mayo de este a?o, el n¨²mero de visitantes en Europa a sitios de descarga comercial de m¨²sica ha ca¨ªdo de los 3,6 millones a menos de dos millones. Un descenso del 45%. En este mismo periodo, el n¨²mero de usuarios de programas de intercambio gratuito, como Gnutella, pas¨® de 7,1 millones a 11,3 millones, un aumento del 59%.
Servicio poco amigable
RealNetworks, AOL Time Warner, BMG y EMI lanzaron en Estados Unidos la plataforma Musicnet. No tuvo buena acogida ni entre la prensa ni entre los usuarios. Es un sistema de suscripci¨®n que seg¨²n la cuota permite escuchar o guardar en el ordenador un determinado n¨²mero de canciones. Pero hay detalles poco amigables. Si te das de baja, los archivos descargados dejan de escucharse y, sobre todo, no permite tostar la canci¨®n en un CD y escucharla en otro terminal, en el coche, por ejemplo. Sony y Universal est¨¢n detr¨¢s de Pressplay. Tambi¨¦n es por suscripci¨®n, y nunca se ofrece un CD entero. Sin embargo, en Pressplay se puede copiar el tema en un CD, una oferta que poco a poco van incorporando los sitios de descarga de pago.
Algunos de los mismos artistas que se quejaron de la pirater¨ªa de Napster han protestado ahora por los pocos centavos que los sitios oficiales de las discogr¨¢ficas les reembolsan por las descargas. La respuesta ha sido que el coste de implantaci¨®n es tan alto que las mejoras econ¨®micas tendr¨¢n que discutirse cuando el horizonte sea m¨¢s halag¨¹e?o. Un portavoz de la Sociedad Digital de Autores y Editores manifest¨® a este diario que, pese a todo, la venta por descarga en Internet tiene futuro, aunque las discogr¨¢ficas han de resolver problemas de pago con sus artistas y una situaci¨®n de monopolio de facto en la Uni¨®n Europea. Por ahora, sin embargo, los usuarios no ven argumentos para emigrar y aumenta el fest¨ªn en el P2P gratuito.
Dos experiencias en Espa?a
EN ESPA?A HAY VARIOS SITIOS que ofrecen descarga musical de pago. Vitaminic es una iniciativa italiana. Seg¨²n Salvador F¨¢brega, el responsable del portal espa?ol, tienen 340.000 archivos disponibles. El sitio luce en la portada la licencia de la Sociedad General de Autores. 'Somos legales y estamos sometidos a una competencia feroz de los Audiogalaxy y similares'. Para F¨¢brega, todo va a serenarse, a reconducirse: 'Estamos atravesando un puente de tres o cuatro a?os'. Weblisten.com es un sitio espa?ol, con tecnolog¨ªa propia, con cuatros a?os en la Red. Tienen 60.000 usuarios y 15.000 clientes de pago con distintas f¨®rmulas de abono. Por 7,78 euros, por ejemplo, sus clientes pueden escuchar todo el fondo de 120.000 canciones durante un fin de semana. 'Es una especie de tarifa plana', comenta Jaime Bernad¨¦, director general. El 10% de sus visitas llega de fuera de Espa?a, 'y hemos advertido un incremento notable desde Holanda', quiz¨¢ de usuarios de Kazaa, escaldados por lo que est¨¢ pasando ah¨ª. ?Pero por qu¨¦ alguien pagar¨¢ en Weblisten para escuchar una canci¨®n que puede descargar gratis en otro sitio? 'Captamos clientes que buscan calidad y seguridad. En los programas de intercambio de archivos hay muchos problemas: puede llegarte un virus, te bajas un archivo pensando que es una canci¨®n de Madonna y te puedes encontrar con un tema de Manolo Escobar porque no conoces ni el archivo ni qui¨¦n lo ha colgado, que puede ser un mentiroso. Nosotros partimos de formatos originales, damos atenci¨®n al cliente y usamos plataformas de pago seguro'. Y est¨¢n al corriente con las sociedades que gestionan derechos de autor. Para Bernad¨¦, el error de las multinacionales es pensar que un disco se vende igual en una tienda que en Internet. Hay que tener en cuenta el precio, los contenidos... Con un equipo base de 12 personas, Weblisten capea un temporal que ha enviado a pique a unos cuantos, menos modestos. Las discogr¨¢ficas, por su parte, en un intento de evitar que quien tenga un CD lo copie y distribuya por la Red, est¨¢n probando sistemas de cifrado que impidan escuchar un CD en el ordenador. Algunos son tan agresivos que han fastidiado el PC. Para colmo, hace apenas un mes se desvel¨® que rayando el CD con un rotulador rojo... se ca¨ªa la protecci¨®n de algunos de estos sistemas. En Espa?a, la SDAE est¨¢ desarrollando un programa ara?a para detectar copias ilegales en la Red. Necesita que los discos lleven una marca de agua, y a¨²n son pocas las discogr¨¢ficas que la colocan.
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