Euforia en Jap¨®n, violencia en Rusia
Un gol de Inamoto regala a Jap¨®n la primera victoria mundialista de su historia - Un muerto y un centenar de heridos en Mosc¨² por los incidentes tras la derrota
El f¨²tbol vivi¨® ayer un d¨ªa de extremos. En Jap¨®n se desat¨® la euforia despu¨¦s de la victoria (1-0) de su selecci¨®n frente a Rusia, la primera en su corta trayectoria en los Mundiales. Su primera aparici¨®n tuvo lugar hace cuatro a?os en Francia, donde gener¨® la simp¨¢tica curiosidad de lo ex¨®tico. Sus aficionados llenaban los estadios y el equipo perd¨ªa. Parec¨ªan una nota a pie de p¨¢gina en el f¨²tbol de primer nivel. En este periodo de tiempo, los japoneses han cobrado cierta importancia, siquiera por las noticias de su impresionante capacidad de asimilaci¨®n de todo lo que funciona en el mundo. Y el f¨²tbol funciona como ning¨²n otro deporte. Su planetaria difusi¨®n no pod¨ªa pasar desapercibida en el potent¨ªsimo mercado japon¨¦s. Otra raz¨®n de su crecimiento estriba en los lazos que ha establecido con el f¨²tbol europeo, igualmente interesado en explorar nuevos territorios, fundamentalmente econ¨®micos. Los fichajes de Nakata (Parma), Ono (Feyenoord) o Inamoto (Arsenal) han acercado los dos mundos, y ya no parece nada asombroso que Jap¨®n se imponga a Rusia, una selecci¨®n que nunca acaba de arrancar en los Mundiales. De nuevo, Inamoto fue el h¨¦roe japon¨¦s, con otro excelente gol. La hegemonia de Nakata en el mercado japon¨¦s comienza a ser cuestionada por este intr¨¦pido centrocampista, uno que aspira con fundamento a convertirse en protagonista del Mundial. No ha habido hasta la fecha muchos nombres novedosos entre los destacados de un torneo que parece terreno abonado para las estrellas m¨¢s conocidas, bien Owen, Vieri o Ra¨²l. A ellos se a?aden, sin duda, el senegal¨¦s Diao o Inamoto.
Las noticias de la derrota provocaron una sacudida en Mosc¨², donde cientos de v¨¢ndalos protagonizaron una org¨ªa de violencia. Una persona result¨® muerta, cosida a navajazos durante los incidentes, que alcanzaron una magnitud desconocida en la capital rusa. Un centenar de personas presentaban heridas de diversa gravedad, entre ellas un grupo de estudiantes japoneses que transitaba las calles cercanas al Kremlin a la hora del partido. En un Mundial que en Corea y Jap¨®n se desarrolla de forma apacible, con un comportamiento ejemplar de los hinchas que se han desplazado a Oriente, los incidentes de Mosc¨² ofrecen el lado m¨¢s temible del f¨²tbol, o de la excusa que ofrece para que los v¨¢ndalos perpetren sus fechor¨ªas sea donde sea.
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