Un muerto y un centenar de heridos en Mosc¨²
La derrota rusa degenera, ante la pasividad policial, en los m¨¢s fuertes disturbios en la capital rusa desde 1993
La derrota de la selecci¨®n rusa ante la japonesa (1-0) en la Copa del Mundo provoc¨® graves disturbios en el centro de Mosc¨² con el resultado de una persona muerta a navajazos y un centenar de heridos, la mitad de los cuales precisaron ser hospitalizados.
Un representante de la fiscal¨ªa moscovita confirm¨® a las ocho de la tarde, en el primer canal de la televisi¨®n, la existencia de una persona muerta en un coche con signos de haber sido golpeada y acuchillada. Sin embargo, el jefe de la polic¨ªa, Vladimir Proninew, hab¨ªa negado previamente esta informaci¨®n, difundida asimismo por la agencia Interfax. 'No hay ning¨²n muerto', dijo Pronine, quien comunic¨® que cuatro agentes, entre ellos un teniente coronel, fueron heridos.
La desilusi¨®n se torn¨® ira en la plaza en la que se segu¨ªa el partido por una pantalla gigante
Artefactos explosivos, una ambulancia volcada, un conductor borracho atropellando a la gente...
Los incidentes -los m¨¢s violentos desde 1993, cuando se produjo el asalto al Parlamento- comenzaron despu¨¦s de que Jap¨®n marcara el gol que le dio la victoria sobre Rusia, seg¨²n coment¨® el director de un hotel cercano, y fueron protagonizados por decenas de hinchas que se hab¨ªan reunido en la plaza Menezhnaya, a 100 metros del Kremlin, donde se hab¨ªan instalado dos pantallas gigantes para seguir el partido.
La desilusi¨®n se convirti¨® en ira y la reacci¨®n de parte de los aproximadamente 7.000 asistentes fue cobrando una inusitada violencia que fue desplaz¨¢ndose desde el citado lugar hasta las inmediaciones de la Duma [C¨¢mara Baja del Parlamento ruso], cuya fachada fue da?ada.
El vandalismo fue creciendo y, al parecer, fue algo m¨¢s que una explosi¨®n incontrolada. En la zona, la polic¨ªa hall¨® c¨®cteles molotov, lo que induce a pensar que algunos alborotadores hab¨ªan previsto los incidentes independientemente del resultado del partido.
El alboroto adquiri¨® cotas extremas. Una ambulancia que acud¨ªa a asistir a los heridos fue asaltada y volcada y uno de los m¨¦dicos que viajaba en ella sufri¨® golpes y cortes en la cara propinados por una decena de atacantes. Un aficionado borracho tambi¨¦n lanz¨® el autom¨®vil que conduc¨ªa contra tres viandantes, que resultaron heridos de gravedad.
La violencia no ten¨ªa un objetivo particular, aunque cinco estudiantes japoneses fueron golpeados y pateados y un restaurante nip¨®n fue asaltado y su cocina destrozada. Los periodistas que se encontraban en el lugar de los hechos tambi¨¦n recibieron pu?etazos.
La pasividad policial result¨® evidente a pesar de que los incidentes se produjeron en una zona especialmente sensible y protegida de la ciudad. La sorpresa con la que recibieron los incidentes result¨® no menos extra?a. El crecimiento de la violencia en Mosc¨² es patente desde hace tiempo, lo que ha movido al Parlamento a promover una ley contra el extremismo.
La mezcla del f¨²tbol, el alcohol -la cerveza corri¨®- y las bandas hac¨ªa prever alg¨²n tipo de incidente al margen del resultado -en Inglaterra, y pese a la victoria ante Argentina, tambi¨¦n se desat¨® la violencia el viernes pasado y se produjo un muerto-. Pero fuentes de la propia polic¨ªa moscovita reconocieron su falta de previsi¨®n al afirmar que no esperaban una afluencia tan grande ante las pantallas gigantes de televisi¨®n. Por eso s¨®lo se encontraban en la zona un centenar de agentes antidisturbios, seg¨²n conform¨® su director.
La embajada de Jap¨®n en Mosc¨² fue mas previsora y hab¨ªa recomendado a sus compatriotas que no pasearan por las calles en el caso de que su selecci¨®n se impusiera a la rusa.
La magnitud de los incidentes oblig¨® a recurrir a los grupos de operaciones especiales Omon, que llegaron a amenazar con disparar contra los alborotadores si prosegu¨ªan los destrozos, que se prolongaron por espacio de una hora.
El vicejefe del aparato del Gobierno ruso, Alex¨¦i Volin, afirm¨® que los incidentes 'son un insulto a los millones de personas que han apoyado al equipo ruso' y a?adi¨® que sus autores 'ser¨¢n castigados'.
La sorpresa fue generalizada y las autoridades rusas tardaron en reaccionar. Las primeras opiniones provinieron de funcionarios del Ayuntamiento. Ni siquiera el alcalde dio la cara. Los incidentes concluyeron hacia las 18.30 (las 20.30, hora peninsular espa?ola).
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