Richard Gere deja de ser objeto de deseo en un filme sobre la infidelidad
El actor presenta en Madrid 'Infiel', junto a Olivier Mart¨ªnez y el director Adryan Lyne
Se sabe el favorito pero intenta disimularlo, aunque con un guardaespaldas en la puerta de la habitaci¨®n del hotel. A sus 52 a?os, Richard Gere rechaza su imagen de sex symbol y asegura, parece que con convicci¨®n, que no tiene poder para controlar su carrera. Gere present¨® ayer en Madrid junto al actor franc¨¦s Olivier Mart¨ªnez y el director Adrian Lyne, Infiel, una pel¨ªcula sobre el poder, el deseo sexual y la infidelidad que se estrena el pr¨®ximo viernes en las pantallas espa?olas. 'Claro que puedo perdonar la infidelidad, aunque las mujeres no se lo crean', asegur¨® Gere.
El mejor piropo que recibi¨® ayer Richard Gere, al menos en p¨²blico, no vino de una mujer, sino de su compa?ero de reparto en el filme. Olivier Mart¨ªnez quit¨® importancia al hecho de trabajar al lado de un gran actor como Gere -'tengo suerte porque ¨¦l no es el primero, yo empec¨¦ con Mastroianni'- para resaltar la actitud del int¨¦rprete en el rodaje. 'Eso s¨ª que es una suerte, trabajar al lado de un ser humano que se comporta siempre de manera interesante y humilde. Si alguna vez a m¨ª se me sube a la cabeza mi trabajo, pensar¨¦ en ¨¦l', dijo Mart¨ªnez.
De momento lo que s¨ª ha hecho Mart¨ªnez a sus 36 a?os es desbancar a Gere, como objeto de deseo en un filme, algo que hasta hace nada parec¨ªa impensable. 'Garantizo a todas las mujeres aqu¨ª presentes que Olivier es mucho mejor que yo', contest¨® divertido Richard Gere a la pregunta de una periodista. Infiel narra c¨®mo la vida envidiable de un matrimonio -ricos, guapos, felices- formado por Richard Gere y la actriz Diane Lane, da un vuelco definitivo y tr¨¢gico cuando ella conoce a un joven (Olivier Mart¨ªnez) e inicia con ¨¦l una relaci¨®n marcada por una pasi¨®n y un deseo sexual incontrolados.
'La infidelidad es el asunto superficial de la pel¨ªcula, lo m¨¢s importante es lo que hay debajo de la historia: c¨®mo dos personas han dejado de crecer juntas y les ha faltado valor para conocerse a s¨ª mismos. La infidelidad de la mujer les descubre a los dos un lado oscuro que desconoc¨ªan de s¨ª mismos. Ella descubre su irrefrenable sexualidad y ¨¦l la ira y el poder', defendi¨® Gere ante las preguntas sobre la penalizaci¨®n que se hace en el filme de la infidelidad conyugal. ?l, sin embargo, confes¨® que s¨ª ser¨ªa capaz de perdonar una infidelidad en su vida real, siempre y cuando eso ayudara a que la relaci¨®n de pareja se fortaleciera. 'Aunque cuando digo esto, las mujeres parecen no creerme', a?adi¨® como sorprendido.
Convertido al budismo desde hace a?os y alumno aventajado de la filosof¨ªa religiosa del T¨ªbet, Richard Gere sabe transmitir tranquilidad y serenidad a su alrededor. Camisa gris y pantalones vaqueros grises, cierra los ojos cuando se concentra en las respuestas mientras se recuesta relajado en un mullido sof¨¢, pero sin misticismos. 'El budismo no ha cambiado mi proceso creativo, pero s¨ª el enfoque de mi energ¨ªa que aporto en mi vida y mi trabajo, porque ahora disfruto m¨¢s trabajando que hace 30 a?os', explica este actor, absoluto gal¨¢n de t¨ªtulos como American Gigolo, Oficial y caballero y Pretty woman. Para lo que no tiene explicaci¨®n es para los desmanes que se perpetran hoy en el mundo en nombre de la religi¨®n. 'No he estudiado juda¨ªsmo ni tampoco el Islam, pero la ra¨ªz de toda religi¨®n es el amor, y hay algo radicalmente malo cuando se desliga de ese concepto global del amor. La respuesta a conflictos como el de Israel y Palestina podr¨ªa ser la que dio en su d¨ªa la primera ministra israel¨ª Golda Meir cuando dijo: 'este conflicto no terminar¨¢ hasta que amemos a nuestros hermanos m¨¢s de lo que odiamos a nuestros enemigos'.
Sorprendentemente, Gere rechaza cualquier supuesto poder y estrategia sobre su carrera. 'Yo no controlo nada, ?c¨®mo entonces voy a controlar mi carrera? Los proyectos vienen y uno los elige o no. Yo empec¨¦ en la m¨²sica y siempre pens¨¦ que me gustar¨ªa hacer alguna pel¨ªcula musical o, luego, m¨¢s tarde, sobre el Tibet. Y nada. Las cosas llegan cuando llegan'.
Esa misma sensaci¨®n tiene el actor Olivier Mart¨ªnez, de padre espa?ol y madre francesa. 'Que no' repite, 'que los actores no sabemos lo que nos va a pasar, que no existen las estrategias'. Mart¨ªnez, que con Infiel se ha convertido en Estados Unidos en todo un sex symbol, rechaza este calificativo -'obra de los periodistas, y no lo digo con ¨¢nimo de enfrentamiento'-, y se define a s¨ª mismo como un trabajador, un artesano. 'Yo no me veo como la gente me ve, no soy modelo ni cantante de rock, soy un hombre normal que trabaja d¨ªa a d¨ªa'.
Un final abierto
Infiel deja un final abierto para que cada espectador se imagine lo que buenamente quiera. Adrian Lyne, un director brit¨¢nico que vive en Par¨ªs y trabaja en Estados Unidos, se enfrent¨® a los estudios de Hollywood para conseguir que el final fuera abierto. 'Los estudios quer¨ªan que termin¨¢ramos con el marido entreg¨¢ndose a la polic¨ªa, les convenc¨ª para que lo dej¨¢ramos en la ambig¨¹edad', explic¨® Lyne, realizador de cintas como Atracci¨®n fatal, Nueve semanas y media o Una proposici¨®n indecente.
No fue su ¨²nica discrepancia con los estudios. Lyne, que ha hecho una libre interpretaci¨®n de La mujer infiel, la pel¨ªcula que en 1969 dirigi¨® Claude Chabrol, ten¨ªa muy claro desde un principio que lo que le interesaba retratar era a una pareja feliz, sin motivos aparentes para aventuras extramatrimoniales. 'Los estudios quer¨ªan que reflej¨¢ramos a un matrimonio en crisis para luego poder explicar mejor el por qu¨¦ de la aventura. Les convenc¨ª de lo contrario. La naturaleza es arbitraria', explica Lyne, quien tuvo claro desde la primera idea del proyecto su deseo de reflejar en la pel¨ªcula, y en tiempo real, los efectos que la relaci¨®n amorosa de la mujer con el amante tiene en su relaci¨®n estable.
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