Colin Davis cree que el secreto para dirigir orquestas es no tener poder

'La m¨²sica es libertad', proclama Colin Davis. Y parece una creencia que en ¨¦l es radical. Quiz¨¢ por eso y por una vida, basada en la fe en la m¨²sica y en la necesidad de trasmit¨ªrsela a los j¨®venes, recibe hoy de manos de la reina Sof¨ªa el Premio Yehudi Menuhin. Davis, que ha donado su cuant¨ªa, 18.000 euros, a becar a j¨®venes int¨¦rpretes, defiende la direcci¨®n de orquesta sin dictaduras: 'El secreto es no tener poder', dice.

Pura cepa brit¨¢nica es Colin Davis (Surrey, 1927), con su acento ingl¨¦s refinado de esos que aparecen en las pel¨ªculas acad¨¦micas con mayordomos y un tono de voz susurrante que eleva a medida que sube la emoci¨®n de su discurso. Generalmente, esto ocurre cuando habla de la m¨²sica como dogma de fe, o de ciertos compositores a los que reza cada vez que interpreta. Hoy recibe el Premio Yehudi Menuhin, que otorga la Escuela Reina Sof¨ªa, de manos de la Reina, y despu¨¦s escuchar¨¢ a los alumnos de la instituci¨®n en un concierto que ofrecer¨¢n con obras de Corelli, Haendel, Biber y Rameau, dirigidos por Jordi Savall.

La raz¨®n por la que ha recibido el premio es por su dedicaci¨®n a los j¨®venes. 'Si a los ni?os no se les ense?a, llegar¨¢ el desastre, porque la m¨²sica es una forma de civilizaci¨®n', asegura. ?l ha predicado con el ejemplo. Tiene cinco hijos. Dos se dedican a la m¨²sica profesionalmente, y cuando se juntan todos forman un quinteto. 'La educaci¨®n empieza en casa. No veo por qu¨¦ a los j¨®venes s¨®lo hay que ense?arles pop y f¨²tbol', dice. 'Hay otras cosas que si se les transmiten bien pueden generar el mismo entusiasmo'.

Pese a que la educaci¨®n le preocupa, no ve el futuro con excesivo pesimismo: '?Crisis? ?Qu¨¦ crisis? Los m¨²sicos vivimos en una crisis eterna', susurra con esa iron¨ªa que borra de un plumazo a base de carcajadas. 'En tiempos de Shakespeare se hablaba de crisis. Hay dos m¨²sicos en Romeo y Julieta que dicen: 'Si nos quedamos al entierro podremos cenar'. Pero siempre habr¨¢ inter¨¦s en esta forma de arte: 'Porque es poderosa. Ahora hay conciertos, orquestas, el p¨²blico viene a vernos, varias instituciones nos subvencionan. No nos sentimos especialmente culpables del desastre'.

Ahora dirige la Orquesta Sinf¨®nica de Londres. Lo hace a su estilo, por libre: 'El secreto es no tener poder. Cuando lo tienes, empiezan los odios, los temores y la m¨²sica es libertad. Hubo un tiempo en que los maestros eran dictadores, pero yo no creo en eso. Cuando entr¨¦ en la Sinf¨®nica de Londres mis condiciones fueron, vale, entro, pero no quiero poder, no quiero controlar los papeles, las audiciones, ni nada, y en ese ambiente todo el mundo est¨¢ c¨®modo y se puede disfrutar'. Pero otra cosa es la autoridad: 'La autoridad no se ejerce por llevar uniforme. Bastante rid¨ªculos somos ya como para ponernos uno. La autoridad es una virtud personal que se transmite porque se tiene y el ejemplo es Cristo. No llevaba uniforme, pero menuda autoridad ten¨ªa'.

?sa es su manera de entender el oficio. ?sa y la diversi¨®n: hay gente que se dedica a esto con aut¨¦ntico entusiasmo y hay otros que aburren y eso es un crimen contra la humanidad. A ¨¦sos habr¨ªa que expulsarles m¨¢s all¨¢ de los muros de las ciudades', afirma en tono de poeta cl¨¢sico.