La esperanza no ha muerto
Esta derrota de la selecci¨®n francesa frente a Dinamarca es ante todo la derrota de un equipo. No debe poner en duda el futuro del f¨²tbol franc¨¦s. Podemos aguardar el futuro con serenidad. Para convencernos de ello basta con recordar el ¨¦xito de la selecci¨®n sub 21, finalista de la Eurocopa en Suiza, o el t¨ªtulo de campe¨®n del mundo logrado por los jugadores sub 17 hace unos meses.
Es cierto que la selecci¨®n absoluta es el escaparate de esta formaci¨®n, pero los cimientos son muy s¨®lidos y, desde hace varios a?os, hemos desarrollado nuestro propio sistema. El f¨²tbol franc¨¦s ya no puede sufrir los periodos de fracaso que, en el pasado, siguieron a los periodos triunfales, como fue el caso en 1958, por ejemplo, en la ¨¦poca del gran Reims y de la semifinal de la Copa del Mundo, o tras la era Platini, de 1982 a 1987.
Teniendo en cuenta nuestra organizaci¨®n y el trabajo realizado desde hace a?os, estamos en condiciones de asumir este rev¨¦s. La cantera se renueva de forma autom¨¢tica y las generaciones seguir¨¢n sucedi¨¦ndose de forma natural. Adem¨¢s, desde 2000 hemos puesto en marcha un plan de formaci¨®n sumamente riguroso con una filosof¨ªa y una ¨¦tica muy precisas que aplica estas directrices.
Francia sigue por delante de los dem¨¢s pa¨ªses europeos en materia de formaci¨®n, aunque ¨¦stos se inspiran ya en gran medida en lo que hacemos. Pero, a diferencia de ellos, tambi¨¦n hemos formado a nuestros propios entrenadores a trav¨¦s del t¨ªtulo de formador. Ellos son los depositarios de esta formaci¨®n a la francesa.
Esta capacidad nos permite mantenernos por delante. El f¨²tbol franc¨¦s sigue estando a la vanguardia porque formamos bien a nuestros jugadores y entrenadores. La mejor prueba de ello es que la gran mayor¨ªa de los integrantes de la selecci¨®n francesa juegan en los principales clubes europeos. Adem¨¢s, nuestros educadores y nuestros t¨¦cnicos tambi¨¦n son muy codiciados. Los clubes franceses, obligados por la Federaci¨®n Francesa de F¨²tbol a contar con centros de formaci¨®n, recurren en gran medida a sus escuelas de f¨²tbol para formar sus equipos. As¨ª, se ha convertido en una filosof¨ªa general. Esta eliminaci¨®n prematura no puede poner en tela de juicio el trabajo ya realizado. Podemos mirar el futuro con optimismo.
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