Relato de una fuga continua

Nueve noches en las ¨²ltimas siete semanas. ?se es el tiempo que ha pasado Ana en el centro de menores de Torrelodones, en el que vive desde marzo pasado. Y una de cada cuatro es el promedio de clases a las que esta menor, todav¨ªa en edad de escolarizaci¨®n obligatoria, ha asistido desde que ingres¨® en este centro de la Comunidad de Madrid.

As¨ª lo denuncia Elvira, la madre de Ana, una adolescente de 15 a?os cuya tutela asumi¨® la Comunidad el pasado 24 de enero despu¨¦s de que la menor acusara a sus padres de unos malos tratos que ellos niegan y que fueron tambi¨¦n descartados por el juez en un juicio posterior, seg¨²n explican los progenitores.

El padre, sin embargo, s¨ª fue condenado a una multa por darle a su hija 'dos bofetadas'. La muchacha ingres¨® ese d¨ªa en el centro de menores de Hortaleza, y de all¨ª pas¨® en marzo al de Torrelodones. Desde que perdieron la tutela de Ana, sus padres han llamado a todas las puertas y han presentado quejas a varias autoridades, desde el presidente del Gobierno regional, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, hasta el defensor de Menor, Pedro N¨²?ez Morgades, pasando por la Fiscal¨ªa General del Estado. Quer¨ªan respuestas y cambios en los centros de menores, a los que acusan de una 'falta de control total' sobre sus acogidos.

Ana s¨®lo ha dormido nueve noches en el recinto en las ¨²ltimas siete semanas

Los padres de Ana, que, al igual que la menor, emplean nombres falsos para proteger a su otro hijo, de 11 a?os, aseguran que desde que su hija ingres¨® en el centro de Torrelodones las fugas han sido continuas.

As¨ª lo reconoce tambi¨¦n la Consejer¨ªa de Servicios Sociales. 'Estamos intentando controlar sus fugas. Pero no podemos hacer nada m¨¢s que aguantar que se escape y seguir con las tareas educativas', admite Rosa V¨¢zquez, responsable del ¨¢rea de coordinaci¨®n de los centros de menores de la Comunidad de Madrid.

Los educadores del centro de Torrelodones han explicado a Elvira, seg¨²n relata ella, que su hija ha regresado en ocasiones al centro 'muy desmejorada'. 'Dicen que m¨¢s de una vez ha vuelto bebida y que ha perdido muchos kilos', cuenta desesperada la madre. 'Cualquier d¨ªa de ¨¦stos me la encuentro muerta en una cuneta', suspira.

Elvira y su marido no entienden por qu¨¦ a una menor con este historial no se le impide de ahora en adelante la salida del centro. Ni tampoco por qu¨¦ nadie se cerciora de que acuda a sus clases. Pero la respuesta de la consejer¨ªa es clara: 'Los centros de menores son abiertos, no podemos impedirle a nadie la salida. Y, en cuanto a asistir a clase, Ana no ha ido cuando ha estado fugada, pero muchas otras veces la hemos acompa?ado al colegio', afirma V¨¢zquez.

Estas explicaciones no satisfacen a la pareja, que reclama desde hace dos meses que su hija sea sometida a un profundo examen psiqui¨¢trico, ya que sospechan que padece un trastorno de conducta. Los servicios sociales consideran que no es necesario. 'Una psic¨®loga de la Comunidad est¨¢ examinando a Ana y no est¨¢ alarmada. Considera que la menor s¨®lo est¨¢ confusa', responde Rosa V¨¢zquez.Hace dos semanas, en una reuni¨®n entre la psic¨®loga que trata a Ana, los educadores del centro y los responsables del Instituto Madrile?o del Menor y la Familia, se estudi¨® proponer a Ana que se sometiera a esa prueba voluntariamente. 'Pero la respuesta de ella fue fugarse de nuevo. La encontr¨® la Guardia Civil de Villalba tres d¨ªas despu¨¦s, y se march¨® de nuevo a las dos horas', recuerda la madre. La semana pasada, la Guardia Civil devolvi¨® a Ana al centro despu¨¦s de ser denunciada por robar en una tienda de Torrelodones. Se escap¨® de nuevo, y desde entonces permanece en paradero desconocido.

Los padres de la joven acusan a Servicios Sociales y a la Fiscal¨ªa de Menores de mantenerles desinformados y de no contrastar con ellos, entre otras cosas, las acusaciones de su hija. 'Se quedaron con nuestra hija y no vinieron a casa ni hablaron con los vecinos para comprobar que no ha habido nunca malos tratos', se queja Elvira.

El 5 de junio pasado, la madre de Ana acudi¨® a la oficina del defensor del Menor, Pedro N¨²?ez Morgades, en busca de apoyo. 'Sabemos que est¨¢ a favor de la creaci¨®n de centros cerrados. Es lo ¨²nico que pedimos. No un reformatorio, sino centros en los que se controle m¨¢s a j¨®venes como mi hija', concluye Elvira. Ella y su marido no ven a su hija desde el 24 de abril.