'Eran m¨¢s los riesgos que las dificultades'
Diputados elegidos en 1977 y que contin¨²an en el Congreso hacen balance
'Yo descolgaba el tel¨¦fono y ten¨ªa a 50 coordinadores electorales en otros tantos tel¨¦fonos dispuestos a seguir mis instrucciones'. M¨¢s exactamente les pon¨ªa firmes, a juzgar por lo que ocurri¨® en un pueblo de Teruel donde un interventor del PSOE par¨® la votaci¨®n en una mesa y abri¨® la urna cuando hab¨ªan votado medio centenar de vecinos, porque Alfonso Guerra hab¨ªa ordenado que le enviaran a toda prisa el resultado de las primeras 50 papeletas escrutadas en 1.750 mesas. (La votaci¨®n, claro, se tuvo que repetir).
Veinticinco a?os despu¨¦s, el responsable de aquella innovadora coordinaci¨®n telef¨®nica, sustentada en una red de tel¨¦fonos punta a punta, y de aquella organizaci¨®n disciplinada -germen de la potente maquinaria electoral del PSOE-, Alfonso Guerra, despliega con orgullo esos recuerdos. Pero en junio de 2002, con 62 a?os, los acompa?a de gestos que ya no son los de un actor permanentemente en escena sino los de quien enfatiza un juicio sosegado por la lejan¨ªa de la l¨ªnea de choque, sin que por eso sus palabras dejen de traslucir el ordeno y mando que ejerci¨® durante 23 a?os.
Guerra explica que ¨¦l se estaba preparando para aquellas elecciones desde 1972, cuando fund¨® el Instituto de T¨¦cnicas Electorales, bajo la cobertura de un gabinete de estudios de mercado. Eso le permiti¨® contactar con los responsables electorales de los principales partidos socialistas europeos y asistir a campa?as y votaciones en Alemania, Francia y Suecia. Aunque dicho eso, luego subraya: 'Todo el dise?o de la campa?a del PSOE lo hicimos nosotros. Nos inventamos de todo. Y tuvimos descubrimientos fant¨¢sticos sobre la marcha. Un d¨ªa me par¨® en la calle un pintor que acababa de venir de Venezuela y, claro, me dijo que quer¨ªa ense?arme lo que llevaba en la carpeta. Lo vi y le dije: 'Sube al despacho'. Aquel pintor, Jos¨¦ Ram¨®n, fue el autor de los carteles electorales que simbolizaron el aire fresco que quer¨ªa traer el PSOE.
'La transici¨®n la hicimos para nuestros nietos m¨¢s que para nosotros mismos', sostiene Guerra, y desde esa perspectiva se siente plenamente satisfecho. En cambio, su balance de los a?os transcurridos es m¨¢s cr¨ªtico: 'En la transici¨®n, dejamos en el olvido lo que hab¨ªa hecho la derecha a cambio de que no repitiera los mismos comportamientos, y se amnisti¨® a los que hab¨ªan estado en el terrorismo, para que lo abandonaran. Pero Aznar ha vuelto a militarizar la pol¨ªtica, y ETA mata m¨¢s que cuando no hab¨ªa democracia'.
Disipar temores
Felipe Gonz¨¢lez, la estrella emergente de aquella campa?a, explica que ¨¦l era 'moderado y tolerante porque comprend¨ªa humanamente que mucha gente no quer¨ªa un cambio por miedo a que su estatus empeorara. Mi temor b¨¢sico era que efectivamente creyeran que nosotros amenaz¨¢bamos su estatus cuando lo que quer¨ªamos, por ejemplo en el caso de la Guardia Civil y de los militares, era mejorarlo. Toda la inteligencia para hacer avanzar el proceso estaba en conseguir que disminuyeran esos temores, que generaban tensi¨®n involutiva'. En aquellos momentos, agrega, 'el riesgo era mayor que las dificultades. Ahora, en cambio, no hay riesgos y s¨ª dificultad para comprender y afrontar los nuevos fen¨®menos'. El ex presidente cree que, hoy, 'est¨¢ perturbando la calidad de la democracia' el que Aznar 'se est¨¢ equivocando, o bien est¨¢ siendo ¨¦l mismo', al mostrar cada d¨ªa 'm¨¢s gestos autoritarios, junto a una oferta vac¨ªa'.
La campa?a que condujo al restablecimiento de las libertades colectivas supuso para Txiki Benegas el recorte de su libertad individual. En Gernika, en un acto contra el secuestro por ETA del empresario Javier de Ybarra, exhort¨® a no pagar el denominado impuesto revolucionario porque era 'contrarrevolucionario'. Poco despu¨¦s, le llam¨® el ministro del Interior, Rodolfo Mart¨ªn Villa, para decirle que la Ejecutiva de ETA hab¨ªa sometido a votaci¨®n si le mataba y que aunque la propuesta hab¨ªa sido derrotada, por un voto de diferencia, no se fiaba y le iba a poner escolta. Benegas discrepa hoy de quienes consideran que la democracia espa?ola se ha excedido 'en lo auton¨®mico. Es verdad que es un modelo sui generis, pero permite un gran descentralizaci¨®n, que hay que seguir ahormando'.
Cerca de Euskadi, en La Rioja, el adinerado abogado del Estado ?lvaro de Lapuerta personaliz¨® la reforma del r¨¦gimen anterior por quienes participaron en ¨¦l. Con 49 a?os, hab¨ªa sido durante una d¨¦cada procurador por el tercio familiar en las Cortes franquistas. Cuando ahora se le pregunta cu¨¢l fue su impresi¨®n al ver en el hemicilo del Congreso a Santiago Carrillo y Dolores Ib¨¢rruri, la respuesta refleja su veteran¨ªa: 'Carrillo, como todos, incluido Su¨¢rez, quer¨ªa olvidar el pasado, porque eso les conven¨ªa para que hubiera un cambio. El ¨²nico que no parti¨® del olvido fue Fraga. Y los que le seguimos apostamos por la reforma frente a la ruptura. Su¨¢rez', agrega, 'hizo una cosa esencial para su victoria, poco antes de las elecciones: decir por televisi¨®n que si no ganaba ¨¦l ganar¨ªan los marxistas. Con ese mensaje capitaliz¨® el voto del miedo, y hundi¨® electoralmente a Alianza Popular' (logr¨® s¨®lo 16 esca?os). A pocos meses de retirarse de la vida parlamentaria, con 74 a?os, la ¨²nica carencia que ve el tesorero nacional del Partido Popular en la calidad de la actual democracia es que 'ni el PP fue una oposici¨®n perfecta ni el PSOE lo es, porque los socialistas piensan m¨¢s en hacer da?o al Gobierno que en Espa?a'.
Para el diputado popular y ponente de la Constituci¨®n de 1978 en representaci¨®n de UCD, Gabriel Cisneros, 'el ¨²nico agujero negro de estos 25 a?os de democracia es que no se ha producido la integraci¨®n del nacionalismo vasco en el marco constitucional, y que contin¨²a el terrorismo. S¨®lo en la calidad de la vida parlamentaria percibo un cierto deterioro, en cuanto a la oratoria. La pr¨¢ctica habitual en la transici¨®n era que los discursos se dec¨ªan, no se le¨ªan. Y hab¨ªa m¨¢s comunicaci¨®n espont¨¢nea entre los grupos. Ahora hay m¨¢s estanqueidad'. Cisneros encabez¨® en 1977 la candidatura para el Congreso por Soria. No era un novato. Hab¨ªa sido procurador y director general de Asuntos Sociales en el Ministerio de la Gobernaci¨®n con Fraga y Mart¨ªn Villa.
Barrido del pasado
Pero en aquellas elecciones fue menos decisiva la veteran¨ªa pol¨ªtica que la sinton¨ªa con el deseo de un cambio tranquilo. Uno de los beneficiarios de eso fue el actual portavoz del PP en el Congreso, Luis de Grandes, que siendo un abogado democratacristiano, de 32 a?os, barri¨® electoralmente en Guadalajara al l¨ªder de Falange, Raimundo Fern¨¢ndez-Cuesta, de 79 a?os, y a un ex ministro de Agricultura, candidato a diputado por Alianza Popular, Tom¨¢s Allende y Garc¨ªa Baxter. De Grandes recuerda entre risas que el programa electoral de UCD le lleg¨®, para ser repartido, la v¨ªspera de la votaci¨®n.
Veintinco a?os despu¨¦s, la ¨²nica mujer que estuvo en el Congreso elegido en 1977 y que est¨¢ tambi¨¦n en el de ahora, Soledad Becerril -entonces de UCD y hoy del PP-, ve sobre todo elementos positivos en el funcionamiento de la democracia pero reconoce dos d¨¦ficit: un sistema judicial ¨¢gil y la persistencia del terrorismo.
M¨¢s bregado que ella en aquella ¨¦poca, en la que ejerc¨ªa como abogado laboralista tras haber renunciado como comandante jur¨ªdico de la Armada, el socialista Carlos Sanju¨¢n se da?¨® de manera irreversible la garganta en un mitin de la campa?a electoral al querer traspasar con su voz la barrera del miedo reinante en un pueblo malague?o. Le hab¨ªan colocado el atril, sin megafon¨ªa, en el centro de la plaza pero junto a una fuente de siete ca?os. La pareja de la Guardia Civil se plant¨® a ocho metros, frente a ¨¦l. Nadie se atrevi¨® a ponerse delante. As¨ª que se esforz¨® en que le oyeran quienes ten¨ªan temor a acercarse. M¨¢laga fue la provincia con mayor porcentaje de voto socialista. Ahora, Sanju¨¢n opina que el PP est¨¢ volviendo a lo que en 1977 se intent¨® zanjar: 'Las dos Espa?as: la suya, que es la aut¨¦ntica, y la de quienes no est¨¢n de acuerdo con ellos'.
(Adem¨¢s de los citados, tambien fueron elegidos en 1977 y est¨¢n hoy en el Congreso los socialistas Jaime Blanco, Manuel Mar¨ªn, Carlos Navarrete y Luis Y¨¢?ez, y los populares Luis Gamir, Jos¨¦ Rivas y Alfonso Soriano).
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