Irlanda
No s¨¦ si ir¨¦ al bar de mis amigas irlandesas a ver el Espa?a-Irlanda: diversi¨®n y divisi¨®n interior, porque all¨ª yo era irland¨¦s el d¨ªa del Irlanda-Alemania, treinta irlandeses y yo en comunidad cervecera-futbol¨ªstica, m¨¢s una de las socias del bar, hispano-belga con camiseta de Irlanda ese d¨ªa. Este domingo es adem¨¢s 16 de junio, D¨ªa de Bloom, como nos recordaba el martes Ian Gibson en esta misma p¨¢gina. Bloom es uno de los h¨¦roes del Ulises de James Joyce, irland¨¦s, y la mujer de Bloom, Molly, era de Gibraltar, hija del comandante Tweedy y de la espa?ola Lunita Laredo, una perdida (seguramente Barry Gifford pensaba en Lunita cuando invent¨® su Perdita Durango). Ulises es una novela muy de aqu¨ª, como apuntaba Gibson, y las tres ciudades que aparecen en su ¨²ltima p¨¢gina son Gibraltar, Algeciras y Ronda.
No s¨¦ si alguien lee todav¨ªa el Ulises, no s¨¦ si alguien sabe qui¨¦n fue Joyce, tan famoso en otro tiempo que sal¨ªa en las novelas policiacas, quiz¨¢ porque lo persigui¨® la justicia de Nueva York y, seg¨²n sentencia, por su culpa quemaron la revista donde Ulises aparec¨ªa por entregas hacia 1920: hay una novela negra en la que un ejemplar del Ulises en el bolsillo de la gabardina salva al detective: a una novela as¨ª no consegu¨ªa traspasarla ni una bala, aunque yo conozco a alguien que la ha traspasado un par de veces, hasta el final, cuando por fin se llega a Ronda. No s¨¦ si Joyce existe todav¨ªa, pero todav¨ªa hay quien celebra en su honor el D¨ªa de Bloom, desayunando lo que desayun¨® Bloom el 16 de junio de 1904, d¨ªa en el que caben 1.001 p¨¢ginas: un ri?¨®n de cerdo a la plancha, pan con mantequilla y t¨¦.
Antes le prepara el desayuno a Molly, su mujer, t¨¦ y tostadas, se lo lleva a la cama y, mientras le explica el significado de la palabra metempsicosis (Molly ha chocado con la metempsicosis en una novela rosa de la biblioteca p¨²blica) y aparta bragas y medias sucias, a Bloom se le quema levemente el ri?¨®n de cerdo. As¨ª que hoy, para celebrar bien el D¨ªa de Bloom, conviene tener una gata, como Bloom, que le echa a su gata las partes chamuscadas. Hoy es un domingo irland¨¦s perfecto, con taberna y f¨²tbol y todas las cabezas dirigidas cat¨®licamente hacia un mismo punto, el televisor, y los vasos casi vac¨ªos y como abandonados en la barra, cerveza para los fantasmas del bar. (Hemos cogido la costumbre del bar irland¨¦s, en la calle Elvira de Granada, la calle Granada de M¨¢laga o la plaza de la Catedral de Sevilla, bares oscuros y atestados de cosas viejas, quinqu¨¦s, maletas y estuches de viol¨ªn, como en el Durty Nelly de Nerja, tesoros de emigrantes, de cuando la hambruna de la plaga de la patata llenaba en 1848 los llamados barcos-ata¨²d que hu¨ªan hacia Am¨¦rica, como me recuerda Carlos Mendo. ?El hambre siempre ha sido una estupenda, terror¨ªfica agencia de viajes!)
Feliz entre estos asuntos recreativos, historia, literatura y f¨²tbol, se me va la realidad. Quiero enterarme: pregunto si alguien sabe algo del debate pol¨ªtico en el Parlamento andaluz sobre la vida en la regi¨®n. ?Debate? ?Qu¨¦ debate? Nadie sabe nada, ni se entera. La pol¨ªtica andaluza ha desaparecido, lo que no s¨¦ si es un desastre o una magn¨ªfica se?al.
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