Espa?a comienza la fase cr¨ªtica
Frente a Irlanda comenzar¨¢n las respuestas de la selecci¨®n: por un lado est¨¢ su decepcionante realidad hist¨®rica; por otro, las excelentes se?ales que emite ahoraFrente a Irlanda comenzar¨¢n las respuestas de la selecci¨®n: por un lado est¨¢ su decepcionante realidad hist¨®rica; por otro, las excelentes se?ales que emite ahora
Espa?a comienza hoy su recorrido por la fase cr¨ªtica de la Copa del Mundo, el punto de sus habituales decepciones hist¨®ricas. Desde 1950 no alcanza las semifinales y no tiene el protagonismo que pod¨ªa esperarse del prestigio de su f¨²tbol. Cada oportunidad perdida, cada decepci¨®n, ha abundado en la idea de la fatalidad, como si la selecci¨®n no pudiera escapar a su destino.
En los ¨²ltimos meses se hab¨ªa instalado en los aficionados algo parecido a una desconfianza de car¨¢cter protector. Parec¨ªa m¨¢s saludable mantener distancias con el equipo que entregarse a un optimismo siempre quebrado por la realidad. Pero el f¨²tbol es una materia demasiado emotiva como para negarse a sus satisfacciones. En tres partidos Espa?a ha vuelto a generar entusiasmo y esperanza, sin reparar en las frustraciones anteriores, como si no importara nada de lo que ha sucedido anteriormente.
Se ven signos positivos en todo lo que sucede. Por primera vez, el equipo ha ganado los tres partidos de la primera fase, sin verse envuelto en dramatismos. Ha sido una trayectoria feliz en un torneo muy doloroso para pa¨ªses acostumbrados al ¨¦xito, como Argentina y Francia. De alguna manera, el equipo ha revertido su tendencia al sufrimiento para afrontar en una posici¨®n de seguridad la segunda parte del torneo. Espa?a ha marcado una media de tres goles por partido, ha tenido momentos de buen juego, ha superado con eficacia las adversidades que le han surgido -la resistencia de Eslovenia en la primera parte, la desventaja ante Paraguay- y se ha mantenido serena. Ha puesto todas las condiciones para que sus jugadores se sientan en la mejor situaci¨®n posible: convencidos de sus posibilidades, sin complejos de inferioridad. En t¨¦rminos psicol¨®gicos, Espa?a nunca ha entrado mejor a la segunda fase.
Hay derecho a pensar que el equipo est¨¢ preparado para asumir el desaf¨ªo. Si lo ha conseguido con tanta naturalidad en la primera fase, ?no ser¨¢ que existen las condiciones para lograrlo en la segunda? Frente a Irlanda comenzar¨¢n las respuestas. Por un lado est¨¢ la decepcionante realidad hist¨®rica; por otro, las excelentes se?ales que emite la selecci¨®n. Se trata, por tanto, de un momento cr¨ªtico. Irlanda supone una prueba interesante para medir la fibra del equipo espa?ol. Por su car¨¢cter, el f¨²tbol irland¨¦s mide menos su calidad que la firmeza de sus adversarios. Por ah¨ª empieza el reto de Espa?a, por asumir que tendr¨¢ enfrente un rival limitado pero muy competitivo, un fenomenal banco de pruebas para proseguir por el camino trazado en la primera ronda del Mundial.
Lo que suceda con Espa?a se sabr¨¢ hoy. Lo que ocurri¨® con Inglaterra y Alemania ya se sabe. Ganaron sus dos partidos y se clasificaron para los cuartos de final. Los alemanes, entre agon¨ªas, con un gol en el pen¨²ltimo minuto frente a Paraguay. Los ingleses prosiguieron su camino con una sencilla victoria ante Dinamarca, triunfo que no oculta un dato interesante: Inglaterra ha abandonado su tradicional generosidad, con el punto de ingenuidad que se quiera, por un estilo defensivo que en nada remite a la idea que se tiene de su f¨²tbol.
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