Se disparan las ventas de art¨ªculos de supervivencia nuclear
El miedo a la radiaci¨®n nuclear desapareci¨® con el fin de la guerra fr¨ªa. Los refugios construidos para resistir los ataques de la Uni¨®n Sovi¨¦tica se convirtieron en bodegas y trasteros, y las reservas de agua y comida se consumieron o regalaron. Pero el miedo al artefacto at¨®mico ha vuelto, y con ¨¦l las ventas de refugios prefabricados, contadores geiger y p¨ªldoras de yoduro de potasio contra el c¨¢ncer de tiroides, una de las consecuencias m¨¢s frecuentes de la exposici¨®n a la radiactividad.
'Entre el 1 de enero y el 11 de septiembre de 2000, facturamos 300.000 d¨®lares; entre el 12 de septiembre y hoy mismo, hemos vendido por valor de siete millones de d¨®lares. El negocio se ha disparado', comenta Stephen Aukstaklnis, propietario y director general de Two Tigers Radiological, una empresa productora de art¨ªculos de supervivencia en caso de emergencia nuclear, comercializados a trav¨¦s de Internet.
Lo que m¨¢s pide la clientela son las p¨ªldoras. El Gobierno estadounidense ha almacenado grandes reservas de yoduro de potasio y promete que las distribuir¨¢ masivamente en caso de ataque con una bomba sucia o un artefacto at¨®mico, pero el p¨²blico no parece convencido. Los frascos de Two Tigers, con 200 pastillas de 65 miligramos al precio de 28 d¨®lares, se venden como rosquillas. El contador de radiactividad, sumergible y con una bater¨ªa que dura (seg¨²n el fabricante) 150 horas, se ofrece por 250 d¨®lares y es tambi¨¦n un ¨¦xito.
Tanto las p¨ªldoras como el contador son objeto de una especial demanda en los Estados de Nueva York, Nueva Jersey, Virginia y Maryland y en el Distrito de Columbia. Es decir, en las ciudades de Nueva York y Washington y en sus zonas de influencia. Los estadounidenses parecen tener muy claro cu¨¢les son los objetivos del terrorismo.
El refugio nuclear, dise?ado por el Instituto de Ciencia y Medicina de Oreg¨®n (proveedor habitual del Pent¨¢gono), se entrega ya fabricado (un gran tubo de acero de color naranja) y listo para ser enterrado en el jard¨ªn. Quiz¨¢ por su precio, 3.200 d¨®lares, s¨®lo 'un pu?ado de familias cada mes', seg¨²n Aukstaklnis, adquieren el refugio.
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