Hemos tocado fondo..., ahora a escarbar
Si hemos de creer el diagn¨®stico de nuestras autoridades, la econom¨ªa espa?ola ha tocado fondo en su ca¨ªda. A juicio del secretario de Estado de Econom¨ªa, la recuperaci¨®n est¨¢ en marcha, aunque 'no ser¨¢ muy intensa, ni rectil¨ªnea, y m¨¢s bien ser¨¢ lenta'. Como ven, se pone la venda antes de la herida. El problema es que han dicho lo mismo en los dos trimestres anteriores. Claro que todo es cuesti¨®n de mantener el pron¨®stico porque, tarde o temprano, la econom¨ªa rebotar¨¢. La cuesti¨®n es cu¨¢ndo: ?en el segundo semestre del a?o en curso, como machaconamente nos han venido diciendo?
Siempre he pensado que no hab¨ªa ning¨²n indicio serio para esperar un repunte r¨¢pido de la econom¨ªa. Si de verdad la burbuja tecnol¨®gica de la segunda mitad de la d¨¦cada de 1990 fue la m¨¢s intensa de los dos ¨²ltimos siglos, como as¨ª parece, no es posible que se pueda digerir en poco tiempo, y no va a ser una digesti¨®n f¨¢cil. Tengo la impresi¨®n de que estamos a las puertas de tener que afrontar la primera reconversi¨®n industrial de la nueva econom¨ªa (telefon¨ªa m¨®vil UMTS, televisi¨®n digital, cable e Internet). El endeudamiento multimillonario de muchas empresas de estos sectores es insostenible. La limpieza del balance, inflado por fondos de comercio exorbitantes, provocar¨¢ a¨²n ca¨ªdas importantes en la capitalizaci¨®n de las empresas y en la riqueza financiera de los inversores. Por esta parte, no hemos tocado fondo.
Por otra, no veo ning¨²n indicio de que las fuerzas que han tirado de la econom¨ªa espa?ola en los ¨²ltimos a?os puedan seguir haci¨¦ndolo. Todo lo contrario. Tanto el consumo de las familias y la creaci¨®n de empleo como las ventas al exterior van a verse debilitados. El endeudamiento de las familias y de las empresas est¨¢ en l¨ªmites insostenibles. Es de los m¨¢s elevados de Europa. Ha llegado el momento de volver a la frugalidad, recomponer las reservas y pensar en el ahorro. Mientras tanto, esperemos que no se deprecie el precio de los activos en que han invertido las familias (viviendas) y las empresas (compras de compa?¨ªas en otros pa¨ªses), y que no repunten los tipos de inter¨¦s de las hipotecas por el efecto de la inflaci¨®n creciente. No veo mejor panorama por el lado del empleo. Para anticipar su evoluci¨®n, lo mejor es fijarse en el comportamiento de la inversi¨®n empresarial en bienes de equipo. Sus efectos multiplicadores sobre el empleo son muy intensos. Hay que pensar que de cada 100 empleos nuevos creados en el periodo 1986-2001, 87 han sido inducidos por la formaci¨®n de capital. Pues bien, los datos que tenemos muestran una ca¨ªda continuada de esta variable empresarial, mayor a¨²n en Catalu?a (3% en el a?o 2001) que en el conjunto de Espa?a (ca¨ªda del 1,9%). Las otras dos fuerzas que pueden tirar de la demanda no parecen estar por la labor. El consumo p¨²blico vive una etapa de exceso de virtud y santo temor al d¨¦ficit, encabezado por el ministro Montoro. Siempre podr¨ªa quedarnos la esperanza en la exportaci¨®n. Pero tampoco veo a nuestros grandes compradores -Estados Unidos y Europa- muy por la labor. Para complicar m¨¢s el panorama, el repunte del euro frente al d¨®lar es posible que satisfaga a los m¨¢s europe¨ªstas, pero har¨¢ m¨¢s dif¨ªcil la exportaci¨®n y el mantenimiento del PIB.
Si todos los indicadores apuntan a¨²n hacia abajo, no veo, aunque me esfuerzo, de d¨®nde pueden venir las fuerzas que impulsen la recuperaci¨®n que anuncian nuestras autoridades. La pregunta real es c¨®mo podemos contener la ca¨ªda. Dado que, como he dicho, no creo que las familias y las empresas puedan, durante unos trimestres, volver a la alegr¨ªa del consumo y de la inversi¨®n, s¨®lo queda el mantener el activo sobre el que se bas¨® el buen comportamiento de la econom¨ªa espa?ola en el ¨²ltimo sexenio. Cuando en una ocasi¨®n se le pregunt¨® al presidente Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar cu¨¢l era la raz¨®n del milagroso comportamiento de la econom¨ªa espa?ola a partir del a?o1997, sin cortarse respondi¨®: 'El milagro soy yo'. Va camino de ser c¨¦lebre la confianza de Aznar en sus capacidades taumat¨²rgicas. Pero la verdadera causa del milagro econ¨®mico de esos a?os fue el comportamiento de los sindicatos y de los salarios. Dif¨ªcilmente otro gobierno, del signo que sea, podr¨¢ verse favorecido por un periodo tan largo de paz laboral y salarios bajos.
Esa paz sindical est¨¢ amenazada por tres fuerzas. Por una parte, por el propio ciclo sindical, que necesita alternar periodos de paz con otros de movilizaci¨®n sindical. En segundo lugar, por ese irrefrenable deseo de reforma que parece impulsar al Gobierno de Aznar en su final de mandato, y que en este caso se ha materializado en el decretazo. Por ¨²ltimo, por la aparici¨®n, de nuevo, de expectativas de inflaci¨®n, m¨¢s all¨¢ del efecto de redondeo del euro. Esas tres fuerzas amenazan con una mayor agresividad sindical. La huelga del 20-J podr¨ªa ser el pistoletazo. ?Recuerdan los efectos sobre los salarios, la inflaci¨®n y el empleo de la huelga general del 14-D de 1988? Si sucede lo mismo, y hemos tocado fondo, ahora el riesgo es ponernos a escarbar.
Ant¨®n Costas es catedr¨¢tico de Pol¨ªtica Econ¨®mica de la Universidad de Barcelona.
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