Sue?o de verano
Si el concepto de arte se ha extendido durante el siglo XX, abarcando los objetos y hasta los desperdicios, por qu¨¦ no incluir como museables los atractivos productos de la moda o de la industria. Este tipo de deslizamientos en los contenidos ha conducido a los museos de arte a exhibir motocicletas, ropas y mobiliario dom¨¦stico, como si se tratara del escaparate de unos grandes almacenes y, en algunos casos, as¨ª ha sido. Estas consideraciones est¨¢n relacionadas con una espl¨¦ndida exposici¨®n, organizada por una importante empresa de mobiliario, en la que se exhiben obras de 'dise?o' del escultor Isamu Noguchi.
La importancia de la obra escult¨®rica de Noguchi (Los ?ngeles, 1904-Nueva York, 1988) es suficientemente conocida, sobre todo desde la exposici¨®n que present¨® en Madrid la Fundaci¨®n Juan March en 1994. Esta importancia radica no s¨®lo en el valor intr¨ªnseco de sus esculturas, sino en la capacidad que tuvo para desbordarlas, al reclamar la atenci¨®n sobre el entorno que las rodea.
ISAMU NOGUCHI
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sof¨ªa Santa Isabel, 52 Madrid Hasta el 26 de agosto
La actual exposici¨®n muestra
precisamente estos desbordamientos escult¨®ricos y lo hace con una asombrosa puesta en escena, totalmente espectacular, ejecutada con un minucioso cuidado en todos los detalles que hace que esta exposici¨®n llegue a ser, para muchos, la m¨¢s sugerente que haya visto. Cuando ahora se exhiben estas piezas que, como he comentado, no fueron creadas para su exposici¨®n en el museo, es necesario recrear su car¨¢cter esc¨¦nico, por tanto no es desacertado que uno de los m¨¢s importantes escen¨®grafos del momento, Robert Wilson, haya sido el encargado de dise?ar los ambientes en los que se presentan las obras del escultor.
Wilson ha hecho, sin embargo, algo m¨¢s, ha compuesto una ¨®pera en cuatro actos que el espectador recorre andando. No exagero al calificar de '¨®pera' el montaje, ya que en ¨¦l hay unos personajes, una trama argumental, una escenograf¨ªa, un 'dise?o original de sonido' (sic.) y un dise?o de iluminaci¨®n que se desarrolla seg¨²n el tempo que cada espectador dedique a la contemplaci¨®n. Obviamente los personajes son las obras, las esculturas, muebles, maquetas de jardines, objetos, l¨¢mparas y elementos esc¨¦nicos de Noguchi, pero ahora estos personajes est¨¢n interpretando otro papel. Wilson, haciendo de Pirandello posmoderno, les construye un nuevo drama a trav¨¦s de una escenograf¨ªa en la que suelos, paredes, iluminaci¨®n, sonido y ubicaci¨®n les hacen ser lo que no fueron. En realidad, si decimos s¨®lo que ¨¦sta es una exposici¨®n de Noguchi mentimos un poco. ?sta es la interpretaci¨®n que un gran artista, Robert Wilson, hace de otro artista, Isamu Noguchi; es un di¨¢logo interpretativo, un homenaje en forma de fantas¨ªa teatral o, tal vez, un sue?o de verano hermos¨ªsimamente realizado.
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