El retorno del 'flower power'
El dise?o retro triunfa, y Volkswagen apuesta sobre seguro. La nostalgia vende bien, y resucitar cl¨¢sicos pasados es una operaci¨®n rentable, sobre todo si tienen la historia del Escarabajo o el carisma de su pr¨®ximo proyecto, el Samba, la m¨ªtica furgoneta de los hippies que triunf¨® en los a?os sesenta. La marca alemana acaba de aprobar el 11 de junio la producci¨®n en serie del Microbus, la reinterpretaci¨®n moderna de aquel carism¨¢tico veh¨ªculo. Y se fabricar¨¢ en Hannover, en la misma factor¨ªa donde naci¨® el original.
El Microbus se present¨® como prototipo en el Sal¨®n de Detroit de 2001. Y despu¨¦s recorri¨® con gran ¨¦xito varios cert¨¢menes internacionales (Tokio, Ginebra, Francfort...). Su encanto, la acogida del p¨²blico y, en especial, la buena situaci¨®n econ¨®mica del grupo VW han sido claves para que la visi¨®n moderna del Samba haya pasado de ser un reclamo retro a convertirse en una realidad.
El nuevo modelo mantendr¨¢ probablemente el nombre de su predecesor y saldr¨¢ a la venta a principios de 2003 con una imagen muy similar a la del coche-concepto Microbus. Este prototipo se dise?¨® en el centro de dise?o de VW en California, el mismo donde se cre¨® el New Beetle. Y al igual que el nuevo Escarabajo, mantiene la fidelidad con el original en las formas y detalles, lo que constituir¨¢ uno de sus mejores argumentos. As¨ª, el escudo de la marca destacado en el centro y los trazos cuadrados de la carrocer¨ªa, las se?as de indentidad del Samba de los sesenta, se conservar¨¢n pr¨¢cticamente igual con las variaciones que exijan la aerodin¨¢mica y las nuevas normas de seguridad.
Mec¨¢nica e interior sofisticados
Lo que s¨ª cambiar¨¢ dr¨¢sticamente es el planteamiento: ya no ser¨¢ una furgoneta sencilla, compacta y econ¨®mica. El nuevo modelo tendr¨¢ m¨¢s en com¨²n con los monovol¨²menes actuales y destacar¨¢ por su refinamiento mec¨¢nico y detalles de capricho. Su evoluci¨®n ser¨¢ similar a la del New Beetle respecto al antiguo Escarabajo. Y contar¨¢ con siete asientos y muchos accesorios (neveras, mesas plegables, butacas giratorias), adem¨¢s de los ¨²ltimos sistemas audiovisuales y de entretenimiento.
La mec¨¢nica es todav¨ªa una inc¨®gnita, pero las posibilidades tecnol¨®gicas de la marca incluyen versiones de gasolina y turbodi¨¦sel, cambios manuales y autom¨¢ticos, tracci¨®n delantera y 4¡Á4... Como anticipo de su sofisticaci¨®n, el prototipo Microbus monta un motor 3.2 V6 de 241 CV con cambio autom¨¢tico-secuencial Tiptronic de cinco marchas.
Un invento holand¨¦s
Los or¨ªgenes del Samba fueron tan curiosos como los usos que tuvo en la ¨¦poca hippy. Todo comenz¨® en 1947, cuando el empresario holand¨¦s Ben Pon se reuni¨® con las autoridades brit¨¢nicas, que controlaban las f¨¢bricas alemanas despu¨¦s de la guerra, para ofrecerse como importador de Volkswagen en los Pa¨ªses Bajos. Y aprovech¨® la ocasi¨®n para mostrar los bocetos de una furgoneta de carga adelantada a su tiempo: una caja con ruedas que pod¨ªa cargar 750 kilos en 3,8 metros de longitud.
La propuesta se aprobar¨ªa s¨®lo un a?o m¨¢s tarde y tras resolver algunos problemas aerodin¨¢micos y de estructura pas¨® a la cadena de montaje. El 8 de marzo de 1950 se ensambl¨® la primera unidad, que recibi¨® el nombre de Transporter, y en 1951 se fabricaron ya 10.000 unidades. Era el comienzo de una brillante carrera comercial, y la oferta empez¨® pronto a diversificarse: versiones con caja de carga abierta, cristales laterales... Y en el Sal¨®n de Francfort de ese mismo a?o se present¨® ya el Samba, un microb¨²s basado en el Transporter. Ten¨ªa siete plazas, un interior en dos tonos y un gran techo corredizo. Los hippies ya ten¨ªan coche.
MUCHO M?S QUE UNA FURGONETA
EL SAMBA MOTORIZ? a los hippies americanos de los a?os sesenta. Pero m¨¢s que en un medio de transporte popular se convirti¨® en un aut¨¦ntico objeto de culto, un s¨ªmbolo m¨¢s del movimiento flower power. Las repercusiones sociales de este modelo fueron de lo m¨¢s singulares. Y es que se utiliz¨® como lugar de reuni¨®n, nido de amor y hasta vivienda habitual por toda una generaci¨®n. Fue testigo de la minifalda, el LSD, Janis Joplin, Jimi Hendrix y todos los iconos que definieron una ¨¦poca rebelde y transgresora. Y se convirti¨® tambi¨¦n en protagonista de anuncios de televisi¨®n, pel¨ªculas y hasta series infantiles de dibujos animados, como la famosa Scooby-Doo, en la que un grupo de j¨®venes con olfato detectivesco, acompa?ados del perro gran dan¨¦s m¨¢s famoso del mundo, viajaban a su volante en busca de casos misteriosos. En Estados Unidos, el Samba se conoc¨ªa como bully, y fue un ¨¦xito rotundo. A finales de los cincuenta, las exportaciones desde Alemania crec¨ªan a ritmos del 160% rozando las 20.000 unidades anuales. La f¨¢brica alemana de Hannover no daba abasto y VW tuvo que inaugurar otra en S?o Paulo (Brasil) para atender la demanda y de paso reducir costes acercando la produci¨®n. Volkswagen espera que el nuevo modelo tenga el ¨¦xito del New Beetle y triunfe tambi¨¦n en los Estados Unidos.
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