?rboles con doble vida
El sector maderero organiza la gesti¨®n anual de m¨¢s de 2.000 toneladas de residuos
El municipio de Lucena, en la provincia de C¨®rdoba, concentra a un buen n¨²mero de empresas dedicadas a la fabricaci¨®n de muebles. En esta actividad se consumen importantes cantidades de madera que, una vez procesada, da lugar a un conjunto variopinto de residuos en los que abundan las astillas, virutas y serr¨ªn. Hasta hace bien poco este tipo de desechos se aprovechaban en funci¨®n de las aplicaciones que pudieran buscarles las mismas f¨¢bricas, elaborando con ellos tableros y piezas de aglomerado, o bien terminaban emple¨¢ndose como combustible. En ambos casos se reutilizaban los desechos pero sin someterse a ning¨²n programa de gesti¨®n que organizara esta actividad.
Un centenar de fabricantes, reunidos en la Sociedad de Residuos Industriales de la Madera de C¨®rdoba (Rimacor), han decidido racionalizar el aprovechamiento de estos materiales, no s¨®lo en Lucena sino en el conjunto de la comunidad andaluza, con especial atenci¨®n a las provincias de C¨®rdoba y Ja¨¦n. En el municipio lucentino ya se vienen procesando, todos los a?os, unas 400 toneladas de desechos, a los que ahora hay que sumar otras dos mil toneladas procedentes del resto de Andaluc¨ªa. El tratamiento de todos estos residuos se concentrar¨¢ en dos plantas, situadas en Lucena y Villa del R¨ªo, que este mismo verano, y gracias a una inversi¨®n global que supera el mill¨®n de euros, comenzar¨¢n a operar a pleno rendimiento.
Mediante este procedimiento ser¨¢ posible, como primer paso, separar de los restos de madera aquellas sustancias consideradas t¨®xicas y peligrosas, como pinturas, barnices o disolventes. De ellas se har¨¢ cargo la Empresa de Gesti¨®n Medioambiental (Egmasa), que participa, con un 20 % del capital, en Rimacor. Libre de estos contaminantes, la madera podr¨¢ ser reutilizada, sin riesgos, en la fabricaci¨®n de diferentes productos, evitando, como ocurr¨ªa hasta ahora en algunos casos, los problemas derivados de la exportaci¨®n de bienes en cuya composici¨®n aparec¨ªan trazas de productos qu¨ªmicos nocivos, algo frente a lo que se muestran particularmente sensibles la mayor¨ªa de los pa¨ªses europeos.
En opini¨®n de Juan Pablo Dur¨¢n, consejero delegado de Rimacor, 'esta sociedad es, posiblemente, el mayor proyecto de cooperaci¨®n empresarial que existe en Andaluc¨ªa y su rentabilidad es muy diversa'. No s¨®lo busca abaratar el tratamiento de los residuos, compartiendo entre diferentes productores las cargas de este procedimiento, sino que, adem¨¢s, 'las firmas asociadas obtienen, as¨ª, certificados de calidad, con especial atenci¨®n al apartado ambiental, que cada vez son m¨¢s valiosos a la hora de competir en los diferentes mercados'.
Los residuos t¨®xicos y peligrosos se remiten, una vez clasificados, a la Planta de Inertizaci¨®n de Palos de la Frontera (Huelva), instalaci¨®n que recibi¨® el pasado a?o 425 toneladas de estos desechos procedentes de las f¨¢bricas de muebles lucentinas. En el horizonte del a?o 2004 los responsables de Rimacor esperan poder prestar este servicio en sus propias plantas, lo que evitar¨¢ el trasiego de estas sustancias, disminuyendo as¨ª el riesgo de contaminaci¨®n y los costes de tratamiento. En toda Espa?a s¨®lo funcionan media docena de instalaciones de este tipo, situadas en Castilla-La Mancha, Catalu?a y Valencia.
Por otro lado, la recuperaci¨®n de un volumen importante de astillas, virutas y serr¨ªn permitir¨¢ reducir las importaciones a las que se ven obligadas aquellas f¨¢bricas dedicadas a la elaboraci¨®n de tableros de aglomerado. A escala nacional este sector compra todos los a?os, en el mercado extranjero, cerca de 350.000 metros c¨²bicos de restos de madera.
Sin embargo, es frecuente que los residuos acaben en un vertedero o se destinen, como combustible, a hornos de distintas naturaleza o plantas de biomasa que los emplean para producir electricidad. En ambos casos, sostienen los especialistas de Anfta, el rendimiento ecol¨®gico y econ¨®mico es mucho m¨¢s reducido que si se volvieran a introducir en el ciclo productivo. Aunque sea un recurso natural renovable, los restos de madera son demasiado valiosos, y tienen demanda m¨¢s que suficiente, como para quemarlos. Si todos se destinaran al sector energ¨¦tico, como han propuesto algunos especialistas, los fabricantes de tableros se ver¨ªan obligados a incrementar en un 300 % el volumen de ¨¢rboles que hoy consumen y a multiplicar, por consiguiente, las talas y las importaciones.
Comentarios y sugerencias a prop¨®sito de Cr¨®nica en verde pueden remitirse a: sandoval@arrakis.es
Almacenes de carbono
El di¨®xido de carbono (CO2), presente en los gases que se liberan en cualquier combusti¨®n, es el responsable del denominado 'efecto invernadero' y, por tanto, del progresivo calentamiento que viene sufriendo la atm¨®sfera terrestre. La comunidad internacional trata de frenar las emisiones de este contaminante para no provocar un cambio clim¨¢tico de consecuencias catastr¨®ficas. El Protocolo de Kyoto, cuyo cumplimiento centrar¨¢ buena parte de las discusiones en la pr¨®xima Cumbre de Johannesburgo, est¨¢ orientado, precisamente, a reducir los vertidos de esta sustancia en los pa¨ªses industrializados. Pero no s¨®lo cabe atajar este problema limitando los vertidos contaminantes a la atm¨®sfera, tambi¨¦n se han propuesto diferentes medidas que buscan 'capturar y retener' la mayor cantidad posible de di¨®xido de carbono, algo que, por ejemplo, vienen haciendo las principales masas boscosas del planeta ya que, en el proceso de la fotos¨ªntesis, retiran CO2 de la atm¨®sfera para producir ox¨ªgeno. Cuando se tala un ¨¢rbol, el di¨®xido de carbono que ha ido procesando est¨¢ fijado en su propia estructura vegetal, y s¨®lo se libera de nuevo a la atm¨®sfera si esa madera se quema. Por este motivo, los fabricantes de tableros de aglomerado consideran que es mucho m¨¢s interesante, desde el punto de vista ambiental, reutilizar los restos de madera antes que emplearlos como combustible, ya que un solo metro cuadrado de este tipo de tableros es capaz de fijar unos 650 kilos de CO2. La Consejer¨ªa de Medio Ambiente tiene intenci¨®n de dictar una estrategia andaluza de lucha contra el cambio clim¨¢tico en la que, por ejemplo, se establezcan las emisiones de CO2 a escala regional y, tambi¨¦n, el grado de cumplimiento que en la comunidad aut¨®noma se est¨¢ prestando al Protocolo de Kyoto.
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