Contagio argentino

El anuncio de la dimisi¨®n del presidente del Banco Central argentino, Mario Blejer (un hombre considerado pr¨®ximo al FMI, donde hab¨ªa trabajado 20 a?os), es el ¨²ltimo episodio en la larga crisis econ¨®mica que vive Argentina, la m¨¢s severa de su historia y que ahora amenaza con extenderse al resto de la regi¨®n. La reacci¨®n del tipo de cambio del peso argentino a esa renuncia se manifest¨® en una ca¨ªda hasta un nuevo r¨¦cord, de 3,75 d¨®lares, al tiempo que el mercado de acciones acentuaba su desplome. La evoluci¨®n de los mercados financieros brasile?os no ha sido m¨¢s favorable, con aumentos significativos de la prima de riesgo y descensos importantes en la cotizaci¨®n del real y de valores en la Bolsa de S?o Paulo.

La relativa inmunizaci¨®n que hasta hace poco tiempo manten¨ªan los principales socios argentinos en Mercosur ha dejado de existir. Adem¨¢s de Brasil, en cuyo caso la incertidumbre se agudiza por la posible victoria electoral del candidato del Partido del Trabajo, Lula da Silva, Uruguay ha dejado en flotaci¨®n su moneda y ha decidido la intervenci¨®n de cuatro entidades bancarias, tras intensas retiradas de dep¨®sitos. La depreciaci¨®n del peso argentino y el real brasile?o han mermado la competitividad uruguaya, que dirige el 40% de sus exportaciones a ambos vecinos.

Otras econom¨ªas latinoamericanas empiezan a percibir las primeras se?ales de contaminaci¨®n. Las monedas de Chile y M¨¦xico, tradicionalmente mucho m¨¢s protegidas, han registrado p¨¦rdidas de valor significativas en las ¨²ltimas jornadas, al igual que otras m¨¢s precarias, como las de Per¨² y Venezuela. Depreciaciones m¨¢s significativas en cuanto coexisten con una acusada desvalorizaci¨®n del d¨®lar estadounidense, en particular frente al euro. Los inversores parecen haber pasado de la dosificaci¨®n de sus riesgos en la regi¨®n a la preparaci¨®n de la huida, en algunos casos presionados por las propias autoridades de sus pa¨ªses de procedencia.

Aun cuando el creciente riesgo en Mercosur no alcanzara a m¨¢s pa¨ªses latinoamericanos, la situaci¨®n actual debe constituir ya una prioridad para los gobiernos de las principales econom¨ªas avanzadas y las agencias multilaterales. Se trata de evitar la eventualidad de una crisis similar a la que padeci¨® devastadoramente el sureste asi¨¢tico. En esa tarea es imprescindible que las administraciones de los pa¨ªses en el origen del contagio asuman la eliminaci¨®n de los riesgos que han determinado el actual deterioro, desde la definici¨®n de pol¨ªticas econ¨®micas cre¨ªbles a su saneamiento pol¨ªtico e institucional.