Barcelona, capital europea de la alimentaci¨®n
La seguridad alimentaria es una preocupaci¨®n que comparten de forma mayoritaria los ciudadanos europeos. La UE ha dado respuesta a esta creciente exigencia social mediante la creaci¨®n de la Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria (AESA), cuyo principal objetivo consiste en asegurar un elevado nivel de protecci¨®n de la salud de los consumidores. Esta agencia deber¨¢ velar por los intereses de todos y cada uno de los consumidores europeos y deber¨¢ recuperar, pero sobre todo mantener, su confianza, que ha sufrido un grave deterioro a causa de las sucesivas crisis alimentarias.
El buen y eficaz funcionamiento de la nueva agencia comunitaria de seguridad alimentaria depender¨¢, en gran medida, del lugar escogido para su emplazamiento. ?ste deber¨¢ reunir una serie de condiciones que, sin interferir en su actividad, constituyan un valor a?adido para la AESA y garanticen una adecuada realizaci¨®n de sus objetivos. B¨¢sicamente, la ciudad que la acoja deber¨¢ ser de f¨¢cil acceso por lo que respecta a sus comunicaciones y contar con una red de transportes adecuada y r¨¢pida; adem¨¢s, deber¨¢ proporcionar una plena adaptaci¨®n e inserci¨®n del personal y de sus familias en el nuevo entorno, as¨ª como disponer de una larga tradici¨®n en seguridad alimentaria, lo que reforzar¨ªa sin duda su credibilidad ante los ciudadanos de la UE.
Accesos, tradici¨®n en seguridad alimentaria y asegurar una plena adaptaci¨®n e inserci¨®n del personal ser¨¢n las claves de la elecci¨®n
Barcelona cumple ¨ªntegramente la totalidad de dichos requisitos y por este motivo, en el mes de abril de 2000, el Gobierno de la Generalitat de Catalu?a y el Ayuntamiento de Barcelona decidieron promover conjuntamente la candidatura de Barcelona para acoger la sede de la AESA. De forma inmediata, la candidatura fue oficializada por el Gobierno espa?ol ante las instituciones comunitarias y el resto de los Estados miembros de la UE.
Desde entonces, han transcurrido ya dos a?os en los que Barcelona ha competido y sigue compitiendo con tres ciudades europeas, a saber, Helsinki, Parma y Lille. Durante todo este tiempo, las instituciones promotoras, con el apoyo de un amplio abanico de entidades con incidencia directa en los ¨¢mbitos alimentario y de la salud, se han volcado en este proyecto para presentar a las instituciones comunitarias y dem¨¢s Estados miembros la mejor oferta posible, con el pleno convencimiento de que ubicar la AESA en Barcelona facilitar¨ªa la labor y la eficacia de esta nueva instituci¨®n, que debe convertirse en el primer punto de referencia para obtener informaci¨®n cient¨ªfica sobre temas de nutrici¨®n y de seguridad alimentaria.
Para realizar sus tareas, es absolutamente indispensable que los expertos procedentes de toda la Uni¨®n Europea que configuren los comit¨¦s cient¨ªficos, los representantes de las agencias estatales de seguridad alimentaria y los funcionarios de las instituciones comunitarias responsables de la seguridad alimentaria y de la protecci¨®n de los consumidores puedan acceder con facilidad a la sede de la AESA, no s¨®lo en momentos de crisis, sino tambi¨¦n para atender el d¨ªa a d¨ªa de reuniones y conferencias.
Para ello, la ciudad elegida deber¨¢ disponer de buenas infraestructuras, tanto de comunicaciones como de telecomunicaciones. En este sentido, los m¨¢s de 1.000 vuelos directos semanales que enlazan Barcelona con las capitales europeas, junto a su posici¨®n de ciudad pionera en el empleo de nuevas tecnolog¨ªas de la informaci¨®n y las telecomunicaciones, por ejemplo en el desarrollo de la red de cable de fibra ¨®ptica, constituyen un factor b¨¢sico para el buen funcionamiento de la AESA. Esta oferta se complementa con una elevada calidad de vida, un excelente entorno t¨¦cnico-cient¨ªfico y una amplia infraestructura social y educativa en cuanto a colegios internacionales, universidades y red sanitaria, factores todos ellos que, entre otros, garantizar¨ªan la plena inserci¨®n de los colaboradores de la agencia y de sus familias en el nuevo entorno, lo que reducir¨ªa el riesgo de una excesiva rotaci¨®n del personal por falta de adaptaci¨®n personal o familiar, factor este ¨²ltimo que ha marcado negativamente el funcionamiento de otras agencias comunitarias.
Los factores arriba mencionados deber¨ªan ser determinantes en la decisi¨®n sobre la sede definitiva de la AESA. Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE, a quienes compete dicha decisi¨®n, la pospusieron en la pasada cumbre europea celebrada en Laeken, optando por instalarla en Bruselas de forma provisional. El Consejo Europeo de Sevilla, celebrado hace unos d¨ªas, tampoco sirvi¨® para que se decidiera definitivamente d¨®nde debe ubicarse esta nueva instituci¨®n, pilar fundamental de la nueva pol¨ªtica comunitaria de protecci¨®n del consumidor y de la seguridad alimentaria. Barcelona garantiza la plena operatividad y el buen funcionamiento de la AESA. Y este mensaje, que ya ha calado en nuestra sociedad, deseamos transmitirlo de nuevo al presidente del Gobierno espa?ol as¨ª como al conjunto de los l¨ªderes europeos, ahora precisamente que la presidencia espa?ola del Consejo de la UE ha llegado a su fin.
Josep Llu¨ªs Bonet es presidente de Alimentaria.
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