Cultura deja sin dotaci¨®n al Centro de Estudios de la Guerra Civil

El funcionamiento del Centro de Estudios y Documentaci¨®n de la Guerra Civil Espa?ola 'no podr¨¢ dar lugar a incremento del gasto p¨²blico, se llevar¨¢ a cabo con los medios personales y materiales existentes en el Archivo General de la Guerra Civil Espa?ola', seg¨²n ha establecido una orden del Ministerio de Educaci¨®n y Cultura publicada ayer en el BOE. La limitaci¨®n presupuestaria y de personal contradice las posiciones y declaraciones mantenidas hasta ahora sobre la importancia y ubicaci¨®n del Centro de Estudios por parte de los responsables del Ministerio de Cultura y del grupo popular del Ayuntamiento de Salamanca, especialmente del alcalde, Juli¨¢n Lanzarote. Tanto el alcalde como la entonces ministra de Cultura, Esperanza Aguirre, utilizaron con reiteraci¨®n este centro como uno de los pilares para justificar la existencia y funcionamiento del Archivo General de la Guerra Civil, creado como tal por acuerdo del Consejo de Ministros del 12 de marzo de 1999, en el que se estableci¨® que se integra este Centro de Estudios y Documentaci¨®n.

La orden publicada ahora determina que el centro 'podr¨¢ coordinar trabajos de investigaci¨®n y publicaciones, as¨ª como organizar congresos, seminarios, exposiciones, mesas redondas, ciclos de conferencias y cualquier otra clase de actividades de inter¨¦s relacionadas con la guerra civil espa?ola, los a?os que la precedieron y los posteriores hasta el restablecimiento de la democracia'.

Sin sede propia

La orden contradice el anuncio realizado hasta ahora por el alcalde, la ex ministra Aguirre y el entonces presidente del Gobierno regional, Juan Jos¨¦ Lucas, en el sentido de que el nuevo centro contar¨ªa con una sede propia e, incluso, con un presupuesto significativo para su funcionamiento. Durante varios a?os se anunci¨® que se fijar¨ªa la sede de este ¨®rgano de estudio y documentaci¨®n en el c¨¦ntrico palacio de Orellana, edificio renacentista del siglo XVI perteneciente a la familia nobiliaria P¨¦rez de Herrasti, que lo tiene sometido a un reconocido grado de abandono.

En noviembre de 2000, el secretario de Estado de Cultura, Luis Alberto de Cuenca, se?al¨® en rueda de prensa que se hab¨ªa acordado situarlo en este palacio y consider¨® que era una sede 'digna, amplia y acorde con la importancia del centro que all¨ª se pretende instalar'. Pocos meses despu¨¦s, en enero de 2001, el director general del Libro, Fernando Lanzas, adelant¨® la marcha atr¨¢s ministerial, asegurando que el establecimiento del centro 'no implica necesariamente tener una sede propia'.

Pese a ello, la decisi¨®n de contar con el palacio de Orellana sigui¨® adelante. Sin embargo, ni la negociaci¨®n emprendida por el alcalde ni la cesi¨®n jur¨ªdica manejada como f¨®rmula de recambio permitieron adquirir el palacio de Orellana, ante lo cual el alcalde afirm¨® que se proceder¨ªa a la expropiaci¨®n del mismo, actuaci¨®n favorecida por tratarse de un edificio declarado bien de inter¨¦s cultural y que ten¨ªa signos evidentes de degradaci¨®n.