El Museo del Prado recrea la 'sala reservada' con los mejores desnudos
23 pinturas recuerdan las habitaciones privadas de reyes y nobles con obras er¨®ticas
Ad¨¢n y Eva, de Durero; las Tres Gracias, de Rubens, y las majas de Goya comparten una de las paredes de la exposici¨®n La Sala Reservada y el desnudo en el Museo del Prado. Las obras maestras de la pintura universal, ocultas y secuestradas en estancias privadas entre los siglos XVI y XIX, forman parte del conjunto de 23 pinturas, seleccionadas entre la colecci¨®n real del Prado, abiertas al p¨²blico hasta el 29 de septiembre.
El director del Prado, Miguel Zugaza, dijo ayer en la presentaci¨®n que la muestra forma parte de una 'nueva visibilidad' de los contenidos de la colecci¨®n del museo. 'En esta recuperaci¨®n de la sala reservada figuran iconos de obras maestras de la colecci¨®n, en un di¨¢logo muy especial para los ojos modernos y lleno de di¨¢logos antiguos en la historia privada del museo'. A?adi¨® que con esta exposici¨®n el Prado 'demuestra el poder de la colecci¨®n y el esp¨ªritu abierto para acercar sus obras al p¨²blico con este friso tan extraordinario de pintura'.
La exposici¨®n refleja una parte de la investigaci¨®n de Javier Port¨²s, conservador del museo, que en 1998 public¨® el libro La Sala Reservada del Museo del Prado y la colecci¨®n de pintura de desnudo en la corte espa?ola, 1554-1838 (Museo del Prado). Una parte del mismo figura ahora como cat¨¢logo de la muestra (Turner), con textos de Javier Port¨²s sobre las salas reservadas y las obras expuestas, y de Ana Gonz¨¢lez Mozo, con un ensayo de reconstrucci¨®n de la sala reservada del Prado entre 1827 y 1838, con el emplazamiento de las 74 obras, donde figuran parte de las piezas expuestas ahora y otras de Tiziano, Tintoretto, Giordano, Rubens, Poussin, Carracci, Brueghel el Joven, Reni, Durero, Albani y Van Dyck. Javier Port¨²s opina que esta sala era 'descafeinada y ambigua' por la calidad de las obras y los desnudos menos transgresores o censurables, que pod¨ªan ser vistos por gente de 'calidad social'. 'Era un p¨²blico t¨ªpicamente masculino; las mujeres son las grandes ausentes'.
'Es una exposici¨®n de desnudos, pero sobre todo de pintura', afirm¨® Javier Port¨²s al identificar la historia y la est¨¦tica del Prado con el desnudo y los h¨¢bitos de convivencia con el desnudo. 'El desnudo es la forma est¨¦tica por excelencia, donde confluyen muchos campos distintos, donde el pintor demuestra que es artista, con el dominio de la anatom¨ªa y el color, como se aprecia en la historia de la pintura europea'.
Port¨²s tambi¨¦n destaca la reflexi¨®n del Prado sobre su propia historia, en una acumulaci¨®n de obras maestras procedentes de las colecciones reales. 'El museo se puede ver seg¨²n los criterios de las escuelas nacionales, como impuso la museograf¨ªa desde finales del siglo XVIII, pero la historia de la pintura se escribe en Europa como un lenguaje que no conoce fronteras, con artistas de distintas nacionalidades que aqu¨ª establecen un di¨¢logo, como ocurre con Rubens y Tiziano y con Vel¨¢zquez y el ¨²ltimo Goya'.
Las pinturas expuestas han permanecido en alg¨²n momento en las salas reservadas de los reyes o en el gabinete de Godoy, como es el caso de La maja vestida y La maja desnuda, seguramente colocadas encima de la puerta de entrada.
Javier Port¨²s ha seguido el secuestro de estas obras y su disfrute privado, desde que en 1554 Tiziano informa a Felipe II del env¨ªo de Venus y Adonis y otros cuadros mitol¨®gicos para su camerino. Felipe III mantiene ocultos los cuadros mitol¨®gicos de Tiziano, mientras que Felipe IV los coloca, junto a otros cuadros de desnudo, en el llamado Cuarto Bajo de Verano, una habitaci¨®n a la que, seg¨²n el inventario del Alc¨¢zar de Madrid, acude el rey 'despu¨¦s de comer'. La colecci¨®n de desnudos se coloca en las estancias llamadas B¨®vedas de Tiziano, con obras de Rubens, Luca Cambiaso, Durero, Tintoretto y Ribera. Carlos III ordena quemar algunos cuadros, que evitan el pintor Mengs y el marqu¨¦s de Esquilache, pero son confinados en la Casa de Rebeque (junto al Palacio Real) y en el Buen Retiro. A partir de 1792 se env¨ªan a la Academia de San Fernando y en 1827 al Prado.
Rubens copia a Tiziano
En la sala se exponen juntos Ad¨¢n y Eva de Tiziano y la copia que realiz¨® Rubens durante su estancia en Madrid en 1628 en misi¨®n diplom¨¢tica. Adem¨¢s de atender los encargos de Felipe IV, Rubens se enfrent¨® a los tizianos de la colecci¨®n real. Javier Port¨²s observa en este di¨¢logo un homenaje pero tambi¨¦n la competencia, al medirse con el maestro el pintor m¨¢s famoso de Europa. 'M¨¢s que copiar, tradujo a su propio estilo la obra del veneciano'. El intercambio de miradas se centra en este duelo y entre otros autores de las 23 piezas expuestas, de las que 17 permanecieron en la sala reservada de Felipe IV, que visitaba a la hora de la siesta y cubr¨ªa los desnudos con telas cuando entraba alguna mujer. Tiziano y Rubens ocupan los mayores espacios pero tambi¨¦n est¨¢n las telas de Durero, Tintoretto, Veron¨¦s, Annibale Carracci, Guido Reni, Francesco Furini y las dos majas de Goya, tras su viaje a Estados Unidos. Desde la misma sala, el visitante traza l¨ªneas de desnudos y choca con el Cristo crucificado de Zurbar¨¢n.
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