Opel vuelve a pinchar
Anuncia 500 millones de p¨¦rdidas y endurece su dr¨¢stico ajuste de costes
Que este ejercicio no ser¨ªa f¨¢cil para Opel era de sobra conocido. En 2001, la marca alemana, propiedad de General Motors, registr¨® p¨¦rdidas operativas por 674 millones de euros y anunci¨® un ambicioso programa de reestructuraci¨®n, el Plan Olympia, con el que pretende recortar su producci¨®n europea en 350.000 veh¨ªculos, un 15% del total, y reducir en 2.500 personas su plantilla en Alemania, para de esta manera ahorrar unos 2.000 millones en costes. Todo ello, sin embargo, podr¨ªa resultar insuficiente: tal y como van las cosas, Opel tambi¨¦n este a?o sumar¨¢ p¨¦rdidas operativas de hasta 500 millones de euros, seg¨²n han alertado ya sus directivos.
Opel sigue perdiendo cuota. La ca¨ªda en las ventas ha sido dram¨¢tica en el primer cuatrimestre: un 21% en Alemania y casi un 14% en Europa occidental. En Alemania ha cedido un 2,2% en la cuota del mercado, hasta el 10,2%. En parte, los problemas se deben a la poca aceptaci¨®n del nuevo Vectra, del que ya s¨®lo se esperan vender 35.000 unidades en Alemania y de 100.000 a 120.000 menos de las previstas en Europa. Tambi¨¦n el desempe?o de los dos otros modelos importantes (Astra y Corsa) deja que desear: sus ventas caen con fuerza. Su ¨²nico veh¨ªculo de ¨¦xito es hoy el Zafira.
Cinco o seis a?os
Su presidente, Carl-Peter Forster, recuerda cada vez m¨¢s a un bombero que tiene que apagar m¨²ltiples incendios a la vez. 'Pasar¨¢n cinco o seis a?os hasta que los clientes vuelvan a confiar plenamente en nosotros', confes¨® recientemente al diario Welt am Sonntag. 'Algunos de quienes hoy est¨¢n pensando en comprarse un coche en el pasado se sintieron decepcionados por Opel', admiti¨®.
El primer cometido, por tanto, es aumentar la calidad. Este proceso, sin embargo, causa trastornos: el nuevo Vectra, por ejemplo, ha resultado m¨¢s complicado de lo previsto y se est¨¢ fabricando un 15% menos de los veh¨ªculos programados. Dificultades similares son previsibles para los pr¨®ximos a?os, en los que adem¨¢s quiere renovar toda su gama de veh¨ªculos antes de 2008. Cada seis meses, un nuevo Opel, promete Forster.
Al tiempo, el grupo tiene que seguir reduciendo costes. En Alemania, donde a finales de 2001 ten¨ªa 37.707 empleados, ha iniciado ya negociaciones con el comit¨¦ de empresa sobre ulteriores recortes en las retribuciones. En principio, Opel pretende atenerse al incremento salarial del 4% negociado por el sindicato IG Metall. Donde previsiblemente habr¨¢ recortes es en los beneficios que figuran fuera de convenio: en total, Forster pretende ahorrar 150 millones.
Al igual que sus competidores, Opel tambi¨¦n intenta reducir los costes en los suministros, racionalizar la producci¨®n, revisar su funcionamiento administrativo y emprender una nueva ofensiva publicitaria. Otros ahorros se esperan de la reestructuraci¨®n de los concesionarios, iniciada ya en Alemania, donde los 890 distribuidores actuales deber¨¢n reducirse a 470.
Forster conf¨ªa en que podr¨¢ lograr resultados equilibrados en 2003. En el horizonte, sin embargo, hay una inc¨®gnita: el posible desembarco de GM en la enclenque Fiat y la consiguiente fusi¨®n de la marca italiana con Opel. Hasta ahora, la matriz -que ya tiene el 20% de la compa?¨ªa de Torino y coopera con ella en la fabricaci¨®n de motores- ha evitado una postura un¨ªvoca en este asunto. En el caso de que opte por hacerse con Fiat, Opel se enfrentar¨ªa a una nueva reestructuraci¨®n, mucho m¨¢s profunda que la prevista por el Plan Olympia.
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