Inter¨¦s general, beneficio privado
Una de las novedades del Mundial ha sido su tratamiento televisivo. Condenada por su presupuesto, TVE no retransmiti¨® el evento y dej¨® que Antena-3 y Via Digital se llevaran el gato al agua. Aunque se trataba de un gato t¨®xico, ya que queda la duda de c¨®mo puede asumir una cadena privada una inversi¨®n de este calibre que, adem¨¢s, le ha quitado para siempre su condici¨®n de inter¨¦s general al f¨²tbol, subastado por una FIFA que, ¨¢vida de d¨®lares, prefiri¨® venderse al mejor postor y no atender ofertas de mayor influencia. Antena-3 empez¨® el Mundial con una euforia l¨®gica, producto de la novedad. El hecho de que, en la primera fase, s¨®lo emitiera en directo los partidos de la selecci¨®n espa?ola (adem¨¢s del de apertura y alguno m¨¢s) y la demencial diferencia horaria dificultaron la fidelizaci¨®n de los hinchas, que tambi¨¦n tuvieron que cambiar de h¨¢bitos y que, en la ¨²ltima fase, tuvieron la suerte de recuperar cierta normalidad. S¨®lo los abonados a Via Digital pudieron seguir todos los partidos y a Antena-3 le qued¨® el plato fuerte de la selecci¨®n de Camacho. La diferencia horaria hizo el resto: seguir los partidos y res¨²menes noct¨¢mbulos requer¨ªa de una disposici¨®n de tiempo minoritaria. El fen¨®meno sociol¨®gico m¨¢s interesante ha sido la recuperaci¨®n del bar con televisi¨®n para ver partidos a horas intempestivas. En las grandes ciudades, eso ha generado bulliciosas reuniones en las que se mezclaban canallas de after-hours, emigrantes pendientes de su selecci¨®n y sospechosos intentando escaquearse en horas de trabajo y pidiendo Coronitas a las nueve de la ma?ana como si de caf¨¦s con leche se tratase.
As¨ª las cosas, Antena-3 apost¨® por lo m¨¢s l¨®gico: los res¨²menes comentados y unos espacios previos a los partidos en los que se recuperaba la tertulia futbolera, algo a lo que TVE lleva tiempo renunciando. Repitiendo el modelo popularizado por Jos¨¦ Maria Garc¨ªa, cuya ausencia ha permitido a la SER instaurar su hegemon¨ªa en el sector radiof¨®nico, se re¨²ne a t¨¦cnicos y ex-jugadores y se comenta la jugada incluso cuando no la hay. Mientras dura el partido, los comentarios contribuyen a crear opini¨®n. Una hora antes del partido, es otro cantar. Confiando en la profesionalidad de Olga Viza y J.J Santos en el lugar de los hechos y de Mat¨ªas Prats y Manu Carre?o en Madrid, Antena-3 ha ido creando un soporte te¨®rico a trav¨¦s de comentaristas como, entre otros, Del Bosque, Luis Aragon¨¦s, Joaqu¨ªn Caparr¨®s, Maceda, V¨ªctor Mu?oz y un grupo de corresponsales grandilocuentes. Pero el gran fichaje ha sido, sin duda, Juanma Lillo. Los comentarios de este t¨¦cnico, inducidos por un Manu Carre?o que supo estar en su sitio, desbancan al mism¨ªsimo M¨ªchel y sit¨²an a Lillo en la cima de la ret¨®rica cient¨ªfico-futbol¨ªstica con unos an¨¢lisis que, lo confieso, me resultaban tan fascinantes como incomprensibles. Lillo ser¨¢, a partir de ahora, un superh¨¦roe de la labia al que, sin acritud, deber¨ªamos llamar Prosopopeye.
El mero hecho de ver los partidos con comentaristas diferentes a los del equipo retransmisor habitual supone una regeneraci¨®n saludable. Sobre gustos no hay nada escrito, y aunque hay quien opina que, desde la independencia de lo privado, se ha abusado de patrioterismo, me temo que esta tendencia ha inundado buena parte del planeta medi¨¢tico. El que est¨¦ libre de pasodoblismo que tire la primera piedra. Los res¨²menes y entrevistas de la primera fase tuvieron a Camacho como estrella y se fraguaron en este clima de serena cordialidad que Olga Viza sabe crear a su alrededor. Una Viza que, a medida que transcurr¨ªan los d¨ªas, parec¨ªa interesarse m¨¢s por el destino del perrito Camach¨ªn que por los avatares de nuestra armada vencible, quiz¨¢s porque su intuici¨®n le llevaba a agarrarse a una modesta certeza emocional para poder soportar el varapalo colectivo. La realizaci¨®n ha sido de alto nivel aunque menos flexible y con menos matices que las que suelen darnos Canal+ o TV3. Las repeticiones, los ¨¢ngulos de enfoque, toda la parafernalia que convierte en privilegiado al tele-espectador ha funcionado. En cuanto a los comentarios, obvios y reiterativos, siempre nos queda la posibilidad de quitar el sonido y escuchar la radio, tan superior en matices que incluso los goles se cantaban un segundo antes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.