Brasil y antibrasil
A veces, un titular es una lecci¨®n no s¨®lo de periodismo, sino de historia y de pol¨ªtica. 'Brasil se echa a temblar ante el avance de Lula', se dec¨ªa ayer aqu¨ª, cr¨®nica de Francesc Relea desde Buenos Aires. Los votantes que cada d¨ªa aumentan para este candidato -'l¨ªder izquierdista'- no pueden ser Brasil. En las encuestas presidenciales, Lula va a la cabeza, en nombre del Partido de los Trabajadores. Sus enemigos de la derecha piensan en coaligarse antes de que en las elecciones del 6 de octubre gane el no-Brasil, o el Brasil que no tiembla ante esta perspectiva. 'La antiespa?a', se dec¨ªa aqu¨ª de los rojos. Se re¨²nen los representantes del verdadero Brasil 'mientras la econom¨ªa brasile?a empieza a sufrir', termina el titular: es la econom¨ªa la que tiembla, la que se horroriza de que gane el Partido de los Trabajadores.
No es un dislate: un pa¨ªs es su econom¨ªa. Recuerdo el tiempo en que en Espa?a los rojos clandestinos o a medio salir de su armario dec¨ªan que Franco iba a caer 'por la econom¨ªa'. Franco cambi¨® de econom¨ªa y no cay¨®. Mejor dicho, fue el Opus el que cambi¨® la econom¨ªa de Franco (plan de desarrollo), y contin¨²a ganando. Equival¨ªa a aquella frase de los resistentes al dogma, del marxismo: el capitalismo caer¨¢ por sus contradicciones internas. Y en el fondo la postura que alimenta este titular es muy exacta: no son los habitantes de las favelas, no son los que sufren la 'tristeza do Brasil', ni la torcida que sale a las calles para celebrar que son 'pentacampeones' lo que representa 'Brasil': no son iguales. Cuando empez¨® la democracia con el sistema 'censitario', el derecho al voto se daba a las personas conscientes: con ciertos ingresos, sabiendo leer y escribir y las cuatro reglas: y una edad provecta. Varones. La presi¨®n popular fue forzando a aumentar el n¨²mero de votantes hasta llegar al 'sufragio universal'; pero se mantuvo un n¨²mero cerrado de candidatos, limitados tambi¨¦n por edad, posesiones, sexo, profesi¨®n. Cuando eso se suprimi¨®, se crearon los partidos, que son los que seleccionan los candidatos y cierran las listas, y forman alianzas, pactan o acuerdan, mientras dan la sensaci¨®n de odiarse: es 'la familia pol¨ªtica'.
Por eso Brasil, la clase pol¨ªtica, la econom¨ªa, tiembla de que ganen los hambrientos, parados, los nadies de los suburbios y los campos. Se hundir¨ªa la econom¨ªa.
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