Jes¨²s L¨®pez Cobos asegura que llega al Teatro Real como 'jefe de m¨¢quinas'
El m¨²sico firm¨® ayer un contrato que le vincula con el centro oper¨ªstico entre 2003 y 2007
No se han agotado los s¨ªmiles marineros para el Teatro Real. Si el anterior gerente, Juan Cambreleng, dijo al dimitir de su cargo, en diciembre de 2001, que abandonaba el barco porque no pod¨ªan llevarlo 'dos capitanes', Jes¨²s L¨®pez Cobos, que firm¨® ayer como director musical entre 2003 y 2007, se ha subido a bordo de una estructura direccional mejor organizada: 'Vengo a un barco en el que ya hay un capit¨¢n', se?al¨® en referencia a la gerente, In¨¦s Arg¨¹elles; 'un timonel', por el director art¨ªstico, Emilio Sagi, 'y un jefe de m¨¢quinas, que soy yo'.
Ha tardado un a?o en decidirse, pero ha merecido la pena a juzgar por la cara de satisfacci¨®n de todos los presentes ayer en la puesta de largo como responsable musical de Jes¨²s L¨®pez Cobos. Estaban sus dos compa?eros de direcci¨®n, In¨¦s Arg¨¹elles -que declar¨® que con el nombramiento emempezaba la etapa de 'consolidaci¨®n y proyecci¨®n'- y Emilio Sagi; el presidente de la Orquesta del Teatro Real, Pedro Gonz¨¢lez; y los dos representantes de la Administraci¨®n que le propusieron incorporarse al cargo: Luis Alberto de Cuenca, secretario de Estado de Cultura, y Eduardo Casanueva, patrono del Real por la Comunidad de Madrid.
L¨®pez Cobos, que lleg¨® ayer de Par¨ªs, donde dirige ahora Carmen, de Bizet, fue claro, sincero y meridiano en todo lo que se le pregunt¨®. 'Me gusta trabajar en equipo, es algo que he experimentado en la ?pera de Berl¨ªn -teatro del que fue director musical nueve a?os-, pero para eso los contratos de cada uno de nosotros tienen que estar muy claros y es algo en lo que yo hice hincapi¨¦ porque no quer¨ªa que pasara lo del equipo de direcci¨®n anterior. Las cosas tienen que estar muy claras y las responsabilidades de cada uno tambi¨¦n', afirm¨®.
Su concepto de jefe de m¨¢quinas cal¨® hondo: 'El que est¨¢ abajo, en el foso, trabajando con la orquesta y el coro que son las garant¨ªas de que se salve una noche de ¨®pera', asegur¨®. Y para eso, lo primero que exigi¨® fue estabilidad para la orquesta. Incluso, que el contrato con los m¨²sicos durara dos a?os m¨¢s que el suyo: 'Las orquestas de funcionarios est¨¢n condenadas a desaparecer, lo s¨¦, pero una estabilidad para el futuro es necesaria y da tranquilidad. El hecho de que la orquesta firmara su vinculaci¨®n con el teatro por siete a?os tambi¨¦n lo ped¨ª yo porque as¨ª ten¨ªa la seguridad de que el a?o que yo acabara mi contrato nadie iba a estar preocupado por lo que fuera a pasar al a?o siguiente y yo podr¨ªa trabajar tranquilo', confes¨®.
Cinco meses a tope
Su trabajo con la orquesta, que antes del nuevo acuerdo que le une al teatro era la Sinf¨®nica de Madrid y ahora ha quedado constituida como Orquesta y Coros del Teatro Real, ser¨¢ la base de su labor. Se mostr¨® dispuesto a convertirse en titular de la misma: 'Por m¨ª no hay ning¨²n inconveniente', dijo. En 2002-2003 dirigir¨¢ dos montajes y durante sus a?os en el puesto har¨¢ tres. Tambi¨¦n podr¨¢ cubrir 15 plazas nuevas entre los m¨²sicos y asegura que trabajar¨¢ en dedicaci¨®n exclusiva durante cinco meses pero que no abandonar¨¢ los compromisos que tiene contra¨ªdos para trabajar en las ¨®peras de Par¨ªs, Chicago y en el Metropolitan de Nueva York.
En cuanto a lo que ¨¦l considera que debe ser un teatro de ¨®pera, demostr¨® estar en total consonancia con los dos nuevos directores: 'No es un lugar de reuni¨®n social, sino un centro de difusi¨®n de la cultura y por tanto debe estar abierto a todo el mundo, a los j¨®venes, a los ni?os, a la ense?anza', declar¨®.
Las malas experiencias que ha tenido como responsable de orquestas en Espa?a han servido de lecci¨®n positiva: 'Las cosas han cambiado mucho musicalmente en este pa¨ªs. Por eso tambi¨¦n acepto ahora. Hace 20 a?os entr¨¦ por la puerta de esta casa para firmar un contrato como director asociado para despu¨¦s ser titular y todos saben c¨®mo termin¨® esa historia'.
Aquello acab¨® mal. Pero L¨®pez Cobos siempre defendi¨® que el Real deb¨ªa convertirse en teatro de ¨®pera. Su aspiraci¨®n se vio culminada ayer: 'Estoy muy feliz de ser testigo y parte de ello', asegur¨®. Como muestra, proyect¨® un v¨ªdeo en el que el hist¨®rico tenor italiano Lauri Volpi cantaba La donna ¨¨ mobile, de Rigoletto, en el teatro hace ya 25 a?os y en un espa?ol clar¨ªsimo reivindicaba el Real como teatro l¨ªrico madrile?o. El p¨²blico de entonces respondi¨® con un aplauso radical y L¨®pez Cobos defini¨® aquella noche como 'una de las m¨¢s emocionantes de las que se han vivido aqu¨ª'.
Babelia
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